Antes de todo, y por no herir susceptibilidades, quiero manifestar mi profundo respeto por todo el ciclismo vasco y mi máxima admiración por la afición de Euskadi. Y una vez dicho esto –o quizás por esta misma razón- me gustaría plantear una pregunta almodovariana, no se si retórica o si , ojalá, pudiera tener respuesta:
¿Que ha hecho el ciclismo vasco para merecer esto?
Y es que habría que analizar muy detenidamente por qué proyectos tan consolidados o tan prometedores como Euskaltel, Orbea, Fundación Euskadi, Ner Group o Aizpuru Ugarte, entre otros, han desaparecido o están a punto de hacerlo. ¿Qué es lo que ha fallado? ¿Han sido causas objetivas o existe algún protagonismo subjetivo? Y sobre todo una cuestión que me inquieta, ¿por qué esa ley del silencio alrededor cuando hay muchas –no todas- razones que son de dominio público?
En todo caso, una reflexión que debería terminar con una respuesta a una de las preguntas más famosas de la filmografía de Almodóvar, la que lanza Marisa Paredes a Imanol Arias en ‘La flor de mi secreto’: