Alberto Contador acostumbraba a visitar la Vuelta a España vestido de largo y elegante mientras los ciclistas daban vueltas por el circuito madrileño. En ese epílogo de la carrera cuyo líder viste de rojo, el ciclista de Pinto repasaba sus hazañas recientes, daba cuenta de sus próximos objetivos y mostraba un aire alejado de la competición.
Este año Alberto Contador no pisó la caravana de la Vuelta y la siguió desde la distancia, desde el Canadá, nada menos, compitiendo en las carreras que el World Tour ha llevado hasta ese precioso país. Incluso esos días manifestó en su twitter que era su deseo estar en la prueba que luce dos veces en su palmarés. Vaga promesa, aunque útil para muchos, pues no han de pasar cosas hasta entonces.
De esta guisa arranca el reportaje central del último número del Vélo Magazine, la revista francesa de cabecera y la prolongación del Tour de Francia y L´ Équipe en el quiosco mensual. Contador es portada con el nada desdeñable titular: “Contador no está acabado”. Siempre dicen que un corredor cuando gana cae bien, pero que cuando aburre de ganar empieza a fastidiar. Pues bien, Contador ha sido empezar a perder y tener medios tradicionalmente críticos dispuestos a suavizar su saña.