Este jueves por la tarde, desde el Equipo Kern Pharma hemos dado inicio a 21 minutos de #CiclismoReal. Se trata de una serie de conversaciones compartidas mediante Instagram Stories en las cuales miembros de nuestro equipo explican aspectos clave del alto rendimiento deportivo. Inevitablemente referiremos a menudo las circunstancias actuales de confinamiento, pero nuestro deseo e idea es que el conocimiento que compartamos sea útil más allá de esta situación extraordinaria.
En el ‘piloto’ de hoy, nuestra nutricionista Amaia Martioda y nuestro corredor Urko Berrade han abordado un tema crítico para el rendimiento deportivo: la hidratación. Cuando reina el mal tiempo (y ahora que estamos confinados), los ciclistas suelen recurrir al rodillo, un dispositivo que convierte la bicicleta en estática y cuyo uso genera una tasa de sudoración muy elevada, con la consecuente pérdida de líquidos y sales. Es muy importante saber cómo hidratarse durante el rodillo y cómo rehidratarse tras su uso.
A continuación, compartimos con vosotros una serie de claves apuntadas por Amaia y Urko en el directo:
(1) En el rodillo nuestro cuerpo genera mucho calor. Para compensarlo, nuestro cuerpo suda, y no solemos darnos cuenta de cuánto: nos secamos con la toalla y no percibimos el agua que perdemos. Debemos procurar pedalear en una zona bien ventilada, a ser posible exterior; y, si tenemos que pedalear en interior por fuerza, un ventilador es ideal para ayudar al cuerpo a refrigerarse y que expulse menos agua.
(2) Al sudar no sólo perdemos agua: también electrolitos. Por eso, si estamos entrenando con cierta intensidad, no basta avituallarse sólo con agua: si bebemos dos bidones a la hora, conviene que uno de ellos sea isotónico para reponer, especialmente, el sodio, que es el mineral encargado de la rehidratación durante el esfuerzo. Otra opción: un comprimido de Finisher Sales Minerales y Vitaminas por cada hora de ejercicio. Tomar sólo agua puede provocar que disminuya la concentración de sodio en nuestro cuerpo. Esto, en sesiones muy largas, puede llegar a provocar dolor de cabeza, contracturas, congestión, dolores de barriga… Tanto durante el esfuerzo como después del mismo.
(3) Cuando estamos en una época de encadenar sesiones de rodillo, la rehidratación después de pedalear es muy importante. Si entrenamos por la mañana, una estrategia muy efectiva es tener una botella de agua cerca durante la tarde con objeto de acordarnos de beber cada cierto tiempo. Otra idea: probar a cocinar con salsa de soja, rica en sodio, con mucho sabor y sin valor calórico, para recargar nuestros depósitos de sales minerales.
(4) Es interesante pesarse antes y después de montarse en el rodillo, especialmente cuando vas a encadenar varias sesiones, con objeto de medir la pérdida de agua y saber cuánto y cómo nos tenemos que rehidratar de cara al día siguiente. Por norma general, la sesión de rodillo no debe costarnos más de un 2% de peso; esto es: si pesamos 70kg no deberíamos perder más de 1,4kg. Para calcular cuánto beber, multiplicamos la pérdida que tengamos por 1,5; por ejemplo, si perdemos 1,4kg deberíamos beber 2,1 litros a lo largo de la tarde. No nos equivoquemos: en el rodillo no se pierde peso… ¡sino agua!.