Linarez: Un profesional venezolano confinado en Madrid

Linarez este año © Miranda

La vida pasa algo menos lenta para Leangel Linarez (22 años, Barinas, Venezuela). Hasta hace nada, la veía pasar desde el lado de la ventana que da a su rodillo. Ahora, al menos, puede abrir la puerta y salir a entrenar. Aun así, no es el debut como profesional que imaginó junto a su actual equipo, el Miranda Mortagua de Portugal.

Desde hace años, el joven sprinter venezolano, dejó su país natal para probar suerte en España. Vive en Fuenlabrada, Madrid, junto a su novia, que también emprendió viaje con él. Ahora, observa la situación actual como un español más: «Actualmente estamos viviendo como casi todo el mundo una situación difícil. Esperamos que por el bien de todos poco a poco vaya pasando y pueda volver todo a la normalidad. La Comunidad de Madrid, donde yo resido, ha sido una de las zonas más afectadas por la COVID-19 y está siendo duro ver y escuchar situaciones que está viviendo la gente. Confiamos y esperamos atisbar la luz al final del túnel. El ciclismo está totalmente parado acá en Europa como en todo el mundo prácticamente. Confiamos que para julio o agosto podamos volver a las carreras», analiza con una mezcla de resignación y esperanza.

Y es que, la crisis mundial propiciada por la pandemioa ha trastocado el que iba a ser su primera temporada completa como profesional: «Es un palo muy gordo, tenía muchas ilusiones puestas en esta temporada al igual que el equipo en mí. Pero los ciclistas somos fuertes y esta situación nos debe hacer más fuerte si cabe aún. Cuando volvamos a la competición llegaremos con muchas ganas y mucha ilusión. Confío poder hacer un buen final de año cuando las competencias retornen. Mi segundo puesto en la Prova de Abertura de Aveiro me dio moral y luego mi participación junto a los grandes del ciclismo en Algarve fue un bonito arranque pero que me dejo con las miel en los labios», afirma rotundo.

Leangel, tan rápido en los sprints como en aparcar a un lado los malos momentos, se niega a pensar que las grandes victorias al sprint conseguidas en el campo amateur puedan quedar diluidas con la situación actual. Que la decisión de cruzar el Atlántico pudiera haber sido en vano: «Vine a Europa para demostrar mi calidad, para ganar carreras y para poder dar el salto al profesionalismo. Y poco a poco he ido consiguiendo mis metas. Me quedo con el sinsabor de a veces no poderlas compartir con mis familiares debido a la lejanía, pero sé que ellos me apoyan y están pendientes de mí y disfrutan viéndome triunfar. Todas esas victorias son para ellos, que se han sacrificado mucho por mí para que pueda llegar aquí. Aprovecho para agradecerles todo lo que han hecho y hacen por mí, y como no a mi chica que esta acá conmigo y es la que me apoya y me anima en el día a día», señala con el brillo en los ojos que aporta su emocional dedicatoria.

Sus grandes resultados como amateur, con varias e importantes victorias en 2019, le valieron un primer guiño para debutar como profesional, en calidad de aprendiz con su actual equipo: «Mi gran temporada con varias victorias unido a un buen movimiento de mi representante Marcelino Pacheco, provoco que el Miranda Mortagua se fijará en mi y me diera la oportunidad de correr con ellos como stagiare y debutar en ´la Grandisima´, la Vuelta a Portugal. Posteriormente tras realizar también una Vuelta al Futuro con ellos me ofrecieron firmar mi primer contrato como profesional. Siempre estaré agradecido a Pedro Silva por la gran oportunidad que me ha brindado. El cambio es muy brusco, pero es llevadero. Lógicamente el nivel es más alto y la forma de correr es muy diferente que en amateur. Creo que el paso que he dado ha sido muy bueno y que no he notado mucho el cambio. Ahora me toca hacerme más corredor y pronto podré estar metiéndome en las peleas de los grandes sprints», recalca con determinación.

Por eso, Leangel no se amilana cuando deja vislumbrar sus objetivos: «Mi principal objetivo deportivo es poder correr las mejores carreras del mundo con los mejores e ir creciendo día a día tanto como ciclista como persona«, afirma.

Su talento no es aislado ni casual. Es el resultado del trabajo de una generación de corredores de su país que, como él, dejaron sus familias para soñar con llevar lejos el nombre de Venezuela en el ciclismo: «La verdad que hay una camada de corredores muy interesante, gente de la talla de Orluis Aular, Leonel Quintero, Chacon, Belandria, Villegas, Yair Torres… Lo han hecho muy bien en Europa y estamos demostrando que si nos dan la oportunidad podemos llegar muy lejos. Somos todos de la misma quinta y nos hemos criado compitiendo casi todos juntos y ahora es un placer poderlos ver por acá dando mucha presencia al ciclismo venezolano en Europa», expresa con orgullo.

Leangel no quiere terminar esta charla sin tener un detalle para su país.  Para la gente que le apoya: «Siempre estaré agradecido por las muestras de cariño y por todo el apoyo que recibo desde mi Venezuela. Decirles que estamos aquí para representarlos a todos y demostrar que el ciclismo venezolano tiene mucho potencial a nivel mundial y que poco a poco nos estamos haciendo nuestro hueco. Que apoyen a los jóvenes y que poco a poco sigan saliendo nuevos talentos», solicita apasionado.


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