Si a la incertidumbre deportiva, que no será poca, añadimos la derivada del coronavirus, el Tour de Francia se va a vivir, a partir de la próxima semana, una de sus ediciones más impredecibles de los últimos años. Más si cabe, después de que ASO haya hecho saber a los equipos que expulsará de carrera a aquellas escuadras en las que dos de sus empleados testen positivo o presenten síntomas graves de la enfermedad.
Así se lo han comunicado a los equipos en un documento de casi 20 páginas en el que destacan que el principal objetivo de estas normativas es “crear una burbuja alrededor de la carrera a través de estrictas medidas sanitarias y de test”.
Otra de las medidas adoptadas por el Tour en este difícil 2020 es la de limitar a 30 personas, incluidos los ocho ciclistas, el número máximo de personal que podrá desplazar cada equipo en la carrera. A todo ello, hay que sumar que todo el personal tendrá que pasar, al menos, cuatro test durante la carrera y que los corredores deberán completar dos veces al día un cuestionario sobre su salud.
Además, los grandes protagonistas de la prueba deberán portar sus mascarillas también dentro del autobús del equipo y deberán llevar siempre consigo un diario sanitario.
Y todo ello, coronado por la ya mencionada decisión de que todo aquel equipo en el que dos de sus empleados, ya sean ciclistas o auxiliares, arrojen pruebas positivas o presenten síntomas graves de la enfermedad, será expulsado de carrera. Una medida que no se limitará a la carrera y que entrará en vigor desde el día 26 de agosto, momento en el que las distintas expediciones llegarán a Niza para los distintos actos del Grand Départ.