Carlos Rodríguez (2001, Ineos Grenadiers) prepara la que será su segunda temporada en la élite, aún sin cumplir los 20 años. El talento español hace un balance positivo de su debut tras pasar directamente de la categoría júnior al WorldTour y firmar cuatro años con el Ineos. Un 2020 en el que ha demostrado que tiene madera para ser ciclista profesional. Hasta dónde puede llegar está por descubrir. «Espero seguir en el ciclismo muchos años», afirma.
¿Qué tal va la pretemporada?
Empecé hace un par de semanas y poco a poco estoy metiendo más volumen. El equipo solía hacer una concentración en diciembre en Mallorca y se ha aplazado por la actual situación. De momento no está confirmado pero quizá en enero tengamos una concentración. Cualquier cosa que necesitamos estamos en contacto y desde el equipo siempre se aseguran de que estemos bien. En pretemporada se hace lo típico, algo de gimnasio, caminar, bicicleta de montaña… Para variar y también construir la base sin forzar de más. Sin duda, es una de las partes principales de la temporada porque sin base no llegas a ningún lado.
¿Qué valoración hace de tu debut profesional en un 2020 tan atípico?
No me he visto mal, pero tengo mucho por mejorar todavía. En algunas carreras, en algunos momentos importantes, me he visto en una posición que no me esperaba el año pasado ni este año. Por eso, estoy bastante contento de cómo ha ido y creo que el equipo también. Dentro de lo que cabe en esta temporada peculiar no me puedo quejar para nada. Es verdad que cuando los más fuertes apretaban me faltaba un punto, pero luchaba todo lo que podía y tampoco me quedaba muy atrás. Estoy satisfecho.
Y ha conocido las clásicas belgas, con los mejores casi hasta el final.
Son carreras distintas y de ellas aprendes más que de las que estás más habituado. Son carreras en las que se va a tope todo el día y en las que la posición es muy importante. No sé si son mis carreras preferidas pero se aprende bastante. Es otro tipo de competición que para nada me resulta desagradable.
Su adaptación a la categoría ha sido buena entonces. ¿Cómo se ha sentido entre tanta estrella de este deporte?
Tengo suerte de contar con unos compañeros que son estupendos. Desde el primer día me he sentido acogido en el equipo. Me han ayudado en todo lo que necesitaba y también me han enseñado muchísimo. Parece que estés viendo un sueño y más sabiendo de dónde vienes y de dónde estaba hace unos meses. Tengo claro que es una oportunidad que tengo que aprovechar al máximo y dar lo mejor de mí.
El equipo hizo una apuesta a largo plazo con su fichaje.
Por eso fue firmar cuatro años con el equipo. Por no tener ninguna presión y aprender poco a poco. Ahora mismo no importan tanto los resultados, sino más bien el aprendizaje. Todos queremos rendir el máximo posible. El que más quiere dar lo mejor de mí mismo soy yo, para verme delante y que el trabajo tenga recompensa.
¿Le deja espacio el ciclismo para sus estudios –estudia ingeniería mecánica y eléctrica-?
Sí, era algo importante para mí. Dave (Brailsford) también lo ha visto bastante bien desde el principio. Piensa que es una parte esencial, que no solo me forme como ciclista, también como persona y que tenga otras cosas en la mente de las que pueda aprender. El primer año en la Universidad me lo tomé con bastante calma y no cogí todas las asignaturas. Sí que es verdad que en alguna concentración, donde estás prácticamente todo el día entrenando o haciendo actividades, vas un poco más agobiado. El año pasado lo pude sacar bien y este año también he estado ocupado pero me lo tomo como algo que lo sacas adelante porque te viene bien para un futuro.
Por lo tanto, satisfecho con su decisión.
Sí, yo creo que no hubiese podido tomar una decisión mejor. Aparte de todo lo que estoy aprendiendo, por cómo me tratan desde el equipo, de la tranquilidad que me transmiten. Yo creo que no podía haber estado en mejor sitio.
Después de su primera temporada, ¿se ve ciclista en el futuro?
¡Eso espero! Nunca puedes saber lo que te espera en el futuro. Yo espero seguir progresando y aprendiendo y seguir en el ciclismo muchos años más. Si todo va por el buen camino, espero dar pasos y estar muchos años y ganarme la vida con ello. Espero demostrar lo que puedo valer. Algo de talento tengo (risas), espero tener la mitad de talento que tienen muchos de mis compañeros de equipo.
Los jóvenes pegan fuerte, ahí están su compañero Egan Bernal, Tadej Pogacar o Remco Evenepoel. ¿Cuál crees que es la razón?
Quizá la forma de entrenar. Se habla mucho de los vatios. Aquí en España siempre se ha dicho que se lleva a los corredores más tranquilos. Sí que es verdad que en otros países a nivel junior entrenan prácticamente como profesionales. Entonces, si tienes el motor y entrenas como un profesional, ese nivel lo vas a tener. Y ahora con los potenciómetros se ve el nivel al que está cada uno y eso no engaña. ¿Que sea adecuado para todo el mundo? Tampoco tiene que significar eso.