Como no podría ser de otra forma por su condición de diabético, los caminos del Novo Nordisk, y del velocista polaco Mateusz Rudyk se unirán en 2021, como anunciaba ayer en Twitter. «Me complace anunciar que me he unido a la familia del Team Novo Nordisk. Estaré orgulloso de ser el embajador del equipo. ¡Gracias a Phil Southerland por su apoyo y confianza! ¡Ahora juntos por una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y juntos ‘Cambiemos la diabetes’ en todo el mundo!».
Novo Nordisk, cuyo objetivo es “inspirar, educar y empoderar a todos los afectados por la diabetes para que persigan sus sueños”, cuenta desde 2013 con un equipo profesional con 19 corredores de 13 países, entre los que está el español David Lozano; con otro conjunto de desarrollo con 12 ciclistas, y ahora con dos pistards, ya que junto al recién fichado Rudyk se encuentra la velocista norteamericana Mandy Marquardt, de 29 años.
“Unirme al Team Novo Nordisk es una etapa importante en mi carrera para mí. El equipo está formado por personas con diabetes, como yo, y demuestra que con diabetes se puede ser un deportista profesional y lograr altos resultados en el deporte”, indica en la web de la escuadra el polaco, que aspira al podio en los Juegos Olímpicos y que puede hacer historia por ello en Tokio, como se desarrolló el pasado mes de diciembre.
23 diciembre
Pocas alternativas se han vislumbrado en las últimas citas para romper el dominio ‘oranje’ en la velocidad, de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio. Un nuevo milagro británico -nunca descartable-, la mejor versión de Matt Glaetzer, la experiencia y las ganas de Azizulhasni Awang o Max Levy en el keirin… y la progresión de Mateusz Rudyk, el velocista que más cerca suele quedar de Harrie Lavreysen y Jeffrey Hoogland, con el bronce en el Mundial de Apeldoorn, convirtiéndose en el primer polaco en lograr una medalla en velocidad
A sus 25 años -tendrá 26 recién cumplidos en la cita olímpica-, no se conforma con ese tercer lugar en el podio. “Si pensara que no puedo vencer a los neerlandeses, ciertamente no entrenaría como entreno. Todo el tiempo, mi entrenador y yo creemos que podemos vencerlos, porque ya he tenido una pelea bastante igual con ellos en muchos sprints. No se puede negar que hasta ahora eran los primeros y son los mejores del mundo, pero creo que puedo pelear de igual a igual con ellos”, declaraba recientemente en Natorze.pl.
Pero también puede hacer historia si se convierte en el primer pistard diabético insulinodependiente que consigue estar en un podio olímpico. Entre los seguidores del ciclismo en pista es más conocido el caso de la norteamericana Mandy Marquardt, por sus continuos mensajes en las redes sociales en relación con esa enfermedad. Pero Rudyk también se ha significado en esta batalla… y nos ha dado a conocer una magnífica historia de superación.
Y es que cuanto tenía 12 años le diagnosticaron diabetes, y un año más tarde, problemas con la tiroides que le generó la enfermedad de Hashimoto, un trastorno del sistema inmunitario contra dicha glándula. Ni que decir tiene que la respuesta más fácil era que se olvidará del deporte, algo a lo que no se resignó su familia de deportistas: su padre, Zbigniew, había sido ciclista y sus hermanos menores, Bartosz y Jakub seguirían su camino, con el primero de ellos también con éxitos en los velódromos, aunque como fondista.
Afortunadamente no se rindieron hasta que dieron con el especialista adecuado que no sólo no le desaconsejó el ciclismo, sino que se lo recomendó y a los 13 años le pronosticó: “Puedes comenzar tu carrera y convertirte en campeón del mundo”. Y en eso está este polaco de Wroclaw -o Breslavia- que aparte de luchar contra los neerlandeses tiene que hacerlo con sus niveles de azúcar, aunque es algo que tiene ya controlado.
Más inesperadas fueron las circunstancias vividas este otoño cuando se contagió de coronavirus en la concentración de su selección que preparaba el Europeo. Rudyk tenía claro que, al ser una persona de riesgo, no iba a acudir al Campeonato, que solamente estaba en una fase más de su preparación hacia Tokio… aunque no esperaba que la infección golpeara a toda la selección, que acudió con sólo ciclistas a Plovdiv. “Pasé toda la enfermedad asintomáticamente. No notamos que nada anduviese mal en el entrenamiento, ni tampoco los análisis de sangre y el ECG cardíaco mostraron nada”.