Lo vimos en Bieles, donde tuvo la nada despreciable excusa de las ruedas mágicas con las que Niels Albert calzó a su entonces pupilo Wout Van Aert. Lo comprobamos en Valkenburg, donde, impotente, le vimos llorar desconsolado tras un día nefasto. Y lo hemos vuelto a ver, de tanto en tanto, a lo largo de todos estos años. Pese a su enorme calidad, su increíble talento, su indudable virtuosismo sobre una bicicleta y su indiscutible versatilidad, Mathieu van der Poel tiene un punto débil casi incomprensible en un hombre de su talla: una preocupante debilidad mental que le provoca cruzarse y, en ocasiones, hundirse cuando las cosas se le tuercen sin explicación aparente. Y, a la vez, posee el antídoto perfecto: la perfección sobre una bici.
Como se esperaba, el campeón del mundo saliente y su némesis, Wout Van Aert, se destacan ya desde la primera vuelta. Ninguno de los dos se ve, afortunadamente, lastrado por caídas o errores en los primeros metros del complicado trazado de Ostende y ya en el primer paso por la playa consiguen abrir un pequeño hueco. Suficiente como para dejar claro, por si queda alguna duda, que nadie más estaba invitado a la fiesta de la costa belga.
Todo el primer giro lo rueda Van Aert en cabeza, con ese estilo tan suyo. Como si en lugar de pedalear se pelease con su bicicleta. A patadas. A su rueda, grácil y etéreo, Van der Poel estudia a ese percherón que le quiere quitar, tras dos años de multicolor, su maillot arcoíris. Y lo ve enrabietado. Y da miedo. O, al menos, respeto.
Nada más pasar por la línea de meta, el oranje se coloca en cabeza. Le toca a él. Aprieta, pero nada. Van Aert no le deja marchar. Algo no va bien. En su mente, en su guion, a estas alturas el belga ya tendría que ir bastante más atrás. Estas cosas no se hacen así. No él. A él le gusta la soledad. Los monólogos. Le molesta la compañía, especialmente la de ese maillot azul celeste.
Tan empeñado está en irse que, de repente, está solo. Pero de una forma extraña. Porque el suelo está arriba y el cielo, abierto de par en par, abajo. El golpe ha dolido. La bicicleta ha salido volando y Van Aert, también. Cuatro segundos. Seis. Ocho… y, sin darse cuenta, algo más de diez segundos. Y Van Aert que se ha ido. Y Van der Poel, contrariado, trata de reponerse; pero patina. Y se desliza. Y la ventaja sigue creciendo. Y roza los 20 segundos. Sacude la cabeza. No puede ser. Tanto, para tan poco.
Van Aert, sufridor, cabezón, penador, no pedalea. Sigue golpeando. Dándole patada a los pedales. Saborea cada gota de agua salda que le salpica la boca cuando transita por la orilla. Se siente bien. Casi parece que no está rodando sobre la arena de la playa de Ostende sino que vuelve a volar alto, como en las rampas imposibles del Tour, cuando tiraba, tiraba y tiraba de Roglič sin desfallecer. Y entonces, el sonido. Esa especie de pfffiiiuuuuu.
Y el manillar que empieza a temblar más de la cuenta. Y la rueda delantera que no coge grip sobre el césped, ya casi inexistente, del hipódromo. Y la velocidad que baja. Y Van der Poel, que estaba al borde del jaque mate, se rehace. Y él le oye. Le siente regresar. 15 segundos. Viene el neerlandés. 10 segundos, la mancha naranja está cerca. La recta de meta a la vista. Van der Poel en el flanco. El box lejos. Van der Poel ya por delante. El arcoíris se desvanece.
Cambia al fin de bicicleta Van Aert, pero Van der Poel se le ha ido. No mucho, apenas doce segundos, un suspiro. Un mundo entre ellos. Pero Van Aert no es Van der Poel. Es menos elegante sobre la bici, pero tiene una cabeza dura como el granito. Una moral a prueba de bombas. Van Aert se vacía. Doce segundos ahora. De repente, seis. La remontada es posible. Acto seguido, doce de nuevo.
Quedan tres vueltas. Todo sigue igual. Tablas con ventaja para el neerlandés, que ya se ha quitado las gafas. Que se ha abierto, aunque sólo hay un grado de temperatura y el agua del mar está increíblemente fría, el maillot. Bajo el naranja, asoma la camiseta interior blanca. El mismo color sobre el que se serigrafía cada año un arcoíris horizontal. El que le pertenece, o eso piensa él.
Y tanto se ha convencido de ello que de esa quiebra mental del principio ya no queda nada. Todo lo contrario. Ahora sólo hay éxtasis. Las piernas no duelen, pero aprieta los dientes cuando empieza la última vuelta. Ya son más de 30 segundos. Le sobra tiempo… o debería sobrarle. Medio minuto, en el circuito de Ostende, es más que suficiente frente a cualquiera. Nadie puede regresar desde tan atrás. Al menos, nadie que no se llame Wout Van Aert. Porque ese chico, ese rival que le hace tan grande a él y al que él hace tan enorme, es capaz de cualquier cosa.
Y Van Aert ha pinchado antes. Y él se ha caído. Y quién sabe. ¿Qué es ese ruido? ¿Se ha movido el cambio o ha sido sólo su imaginación? Todo empieza a hacer cosas raras. O no. Quizás todo vaya normal. Todo salvo sus pulsaciones, disparadas. Por el cansancio. Por la emoción. Porque es, de nuevo, campeón del mundo. Porque tiene otro oro para la colección. Tres seguidos. Cuatro en total.
Para Van Aert, la plata. Quizás la aprecie algún día. Dentro de muchos años. Cuando mire atrás y vea, con perspectiva histórica, lo que significaron sus duelos con Van der Poel. Su rivalidad histórica. Como las de Coppi y Bartali. Las de Merckx y Ocaña. Las de Boonen y Cancellara. Pero no ahora. Ahora sólo hay decepción. Segundo. El primer perdedor. El olvidado de la historia.
Y Toon Aerts, el primer mortal, sonríe. Ha tenido que sprintar para asegurarse un bronce que otro imberbe, Tom Pidcock, quiso disputarle hasta el final. El británico tiene tiempo, mucho tiempo, por delante. Y los mismos objetivos que Van der Poel y Van Aert. Los Monumentos, claro. Y, por qué no, a ver qué tal en las grandes vueltas. Y, ya puestos, un poco de BTT. Y ciclocross, claro. ¿Quién da más?
Mientras, Van der Poel ya tiene cuatro mundiales, los mismos que consiguió durante toda su carrera Roland Liboton. Uno menos que Dufraisse, Longo y Zweifel y sólo tres menos que Erik De Vlaeminck.
DECLARACIONES
Mathieu van der Poel. «Tuve suerte de que Wout pinchase para regresar con él porque no sé si habría vuelto de otra manera. La carrera, ciertamente, no se perdió cuando me caí anteriormente. Mejoré vuelta a vuelta y dominé el recorrido cada vez mejor. Luego sentí que tenía el control en la segunda mitad. Sobre todo porque me sorprendió el desarrollo hasta ese momento. Esas zonas de arena eran bastante profundas pero me sentí como si estuviera hiendo sobre raíles, pero Van Aert hizo un buen hueco porque me quedé atrapado varias veces. Pero es verdad que el pinchazo fue la parte más definitoria. En ese momento pude realmente marcar la diferencia. Al principio fue Wout quien se alejó de mi, porque me quedé atascado. Pero después se dio la vuelta. Las carreras son así. Hubiera disfrutado más teniendo aquí a mis familiares y amigos pero eso no significa que no esté satisfecho con este título mundial. A partir de aquí, ya estoy deseando que llegue Roubaix, porque será mi primera vez. Pero también quiero ver de lo que soy capaz allí».
Wout van Aert. «Por supuesto que estoy decepcionado. En un momento me encontré en una situación favorable, pero pinchar me llevó demasiado tiempo hasta el cambio de bicicleta. Estoy decepcionado de mí mismo, no me defendí como normalmente lo hago. Creo que tuve un pinchazo más allá de la zona de boxes. No creo que pinchara por completo, perdía aire poco a poco. De todos modos, me dejé medio minuto con eso, luego me acerqué una vez más y al final simplemente exploté. Mathieu y yo estuvimos codo con codo desde el inicio y en esas condiciones el que obtiene una mínima ventaja se marcha solo ventaja. Entonces puede permitirse cometer un error de vez en cuando, porque tiene más control sobre la carrera. Estaba en la situación que quería, pero ese pinchazo desperdició mis oportunidades. No solo se requiere fuerza para ganar un Mundial, todo tiene que ir bien y hoy la suerte no ha estado conmigo. Hubiera sido diferente con los seguidores, eso igualó las opciones con Mathieu. Por supuesto que extrañé a los aficionados, pero esto ha sido asi para todos».
Toon Aerts. «Realmente necesitaba esto. Esta fue una temporada difícil. He tenido muchos altibajos este años pero siento que esto es mucho mejor que cualquier victoria en un cross más pequeño. Nuestra carrera ha sido desde el principio una carrera por el bronce. Creo que tal vez ataqué demasiado del grupo perseguidor. Estuve solo en la tercera posición casi toda la carrera y eso requirió mucho esfuerzo hasta el final. Pidcock no se rendía pero afortunadamente cometió muchos errores en la arena, mientras yo me defendía bien. En la última vuelta fue un sprint entre dos moribundos, pero estoy feliz de acabar así. Creo que es genial estar en el podio con estos dos corredores de clase mundial como Wout y Mathieu. No solo líderes mundiales en el CX sino en todo el ciclismo. Solo puedo decir que este tercer lugar es muy bonito».
Edición 2020: Mathieu Van der Poel
CLASIFICACIÓN
1 | VAN DER POEL Mathieu | 26 | Alpecin – Fenix | 58:57 |
2 | VAN AERT Wout | 27 | 0:37 | |
3 | AERTS Toon | 28 | Baloise Trek Lions | 1:24 |
4 | PIDCOCK Tom | 22 | Trinity Racing | 1:37 |
5 | SWEECK Laurens | 28 | Pauwels Sauzen – Bingoal | 2:05 |
6 | VANTHOURENHOUT Michael | 28 | Pauwels Sauzen – Bingoal | 2:14 |
7 | ISERBYT Eli | 24 | Pauwels Sauzen – Bingoal | 2:18 |
8 | HERMANS Quinten | 26 | Tormans Cyclo Cross Team | 2:23 |
9 | VAN DER HAAR Lars | 30 | Baloise Trek Lions | 2:41 |
10 | NIEUWENHUIS Joris | 25 | 3:15 | |
11 | VAN KESSEL Corné | 30 | Tormans Cyclo Cross Team | 4:09 |
12 | VERMEERSCH Gianni | 29 | Credishop – Fristads | 4:21 |
13 | KUHN Kevin | 23 | Tormans Cyclo Cross Team | 4:29 |
14 | SOETE Daan | 27 | Group Hens – Maes Containers | 4:57 |
15 | GRAS Yan | 25 | AAA Sörius | 5:11 |
16 | DUBAU Joshua | 25 | 5:28 | |
17 | MERLIER Tim | 29 | Alpecin – Fenix | 5:34 |
18 | STYBAR Zdenek | 36 | 5:42 | |
19 | RÜEGG Timon | 25 | Cross Team Legendre | 5:50 |
20 | WHITE Curtis | 26 | 6:33 | |
21 | VAN DER POEL David | 29 | Alpecin – Fenix | |
22 | MENUT David | 29 | Cross Team Legendre | |
23 | BERTOLINI Gioele | 26 | ||
24 | DORIGONI Jakob | 23 | Selle Italia – Guerciotti – Elite | |
25 | LINDBERG Jonas | 24 | ||
26 | ORTS LLORET Felipe | 26 | Teika-BH-Gsport | |
27 | CHAINEL Steve | 38 | Cross Team Legendre | |
28 | COMINELLI Cristian | 33 | ||
29 | SUAREZ FERNANDEZ Kevin | 27 | Nesta – Skoda Alecar CX Team | |
30 | MOTTIEZ Gilles | 24 | ||
31 | ESTEBAN AGUANDO Ismael | 38 | ||
32 | CARSTENSEN FINI Sebastian | 26 | ||
33 | BOROS Michael | 29 | ||
34 | WEBER Sascha | 33 | ||
35 | HAUSSLER Heinrich | 37 | ||
36 | KONWA Marek | 31 | ||
37 | GLAJZA Ondrej | 27 | ||
38 | SAMPARISI Nicolas | 29 | KTM Alchemist Powered By Brenta Brakes | |
39 | FOLCARELLI Antonio | 23 | ||
40 | ULIK Matej | 24 | ||
41 | MICHALEK Mariusz | 34 | ||
42 | HEIGL Philipp | 28 | ||
43 | KURTY Jakub | 24 | ||
44 | KOSTECKI Patryk | 28 |
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