Como era lógico, que Ralph Denk y Peter Sagan hayan decidido airear en la prensa unas desavenencias que, por otra parte, no son nada nuevo, ha provocado que hayan sido varios los equipos que hayan levantado las orejas a la espera del próximo movimiento del tricampeón del mundo eslovaco.
Sin ninguna duda, Sagan, que acaba de cumplir los 31 años, está ante su última oportunidad de firmar un gran contrato, algo que Denk, que considera que “ya ha entrado en el otoño de su carrera”, no está dispuesto a ofrecerle. Al menos, en las cantidades que actualmente maneja el corredor eslovaco y que rondan los cinco millones de euros por temporada.
Más allá del terreno económico, también es más que probable que Sagan afronte los que van a ser sus últimos buenos años como corredor profesional. Incluso si damos por hecho que Denk se equivoca y que la desdibujada versión del ciclista de Bora-hansgrohe –que, pese a todo, ya ha ganado en una prueba de gran nivel como la Volta a Catalunya y fue cuarto en Sanremo– se debe al retraso en su puesta a punto debido a la infección por COVID sufrida en Canarias; la edad no perdona y más pronto que tarde comenzará el declive definitivo de un corredor irrepetible que suma, a día de hoy, 118 victorias en su palmarés.
Sagan, no cabe duda, tiene su futuro económico más que resuelto y no sería del todo descabellado pensar que podría anteponer los intereses deportivos al dinero en su próxima negociación, algo que, como apunta L’Equipe, pone a Patrick Lefevere y su Deceuninck-Quick Step en la pole position para hacerse con los servicios del tres veces campeón del mundo.
Por todos es sabido que el líder del Wolfpack no es amigo de firmar grandes cheques, pero, a la vez, es muy generoso a la hora de introducir cláusulas contractuales que premien los buenos resultados. Además, resulta indudable e indiscutible que ningún otro equipo es capaz de sacar lo mejor de las piernas de sus corredores como lo hace Deceuninck-Quick Step.
En el otro lado de la balanza, eso sí, Sagan tendrá que valorar la política de Lefevere de no ofrecer más de un año de contrato a corredores que ya han pasado los 30 años en un intento, precisamente, de mantener viva su hambre de triunfos además, claro está, de protegerse a sí mismo del siempre temido bajón repentino de rendimiento llegada cierta edad.
Sagan (ver más abajo), no tuvo problemas a la hora de contestar de forma muy contundente a las declaraciones de su todavía jefe, Ralph Denk, pero, a la vez, volvió a evidenciar el abismo existente entre aquel volcánico y deslenguado joven corredor que se convertía en protagonista tanto por sus prestaciones sobre la bicicleta como por sus ocurrencias ante las cámaras y el actual hombre veterano que sabe que cualquier palabra suya servirá para hacer correr ríos de tinta.
La contundencia no está reñida con la elegancia, debió pensar Sagan, que, según aseguran personas de su entorno más cercano está realmente molesto con Denk por airear sus puntos de vista encontrados y ha sentido las frases de su todavía jefe como un auténtico golpe bajo.
Por ello, y aunque Sagan y Lefevere han chocado privada y públicamente en más de una ocasión en el pasado reciente, el rotativo francés sostiene que una llegada de Sagan a Deceuninck-Quick Step en 2022 es, a día de hoy, la mejor opción que tiene el eslovaco sobre la mesa, un movimiento en el que Specialized se convertiría en actor principal al cubrir una parte importante del salario del corredor eslovaco.
Pero todo ello, queda ahora en stan-by por distintos motivos. Uno de los más importantes, claro está, es que Lefevere todavía no tiene oficialmente asegurada la continuidad de su principal patrocinador. Han pasado ya seis días desde que se cumpliera la fecha límite que el propio mánager belga se impuso para tener firmado un OK que, por otro lado, nadie pone en duda. Quizás por ello, y porque ya sabe que Deceuninck extenderá su relación con el Wolfpack, Lefevere se reía al ser preguntado al respecto tras la Vuelta a Flandes, donde sumó un nuevo triunfo con Kasper Asgreen, y decía: “bueno, ya sabes… a veces soy un poco exagerado cuando hablo”.
3 ABRIL
Apenas dos días ha tardado Peter Sagan (Bora-hansgrohe) en contestar al que todavía es su jefe, Ralph Denk, tras las declaraciones del alemán dejando entrever que su relación podría terminar al final de la presente temporada ya que el eslovaco “afronta ya el otoño de su carrera” (ver más abajo).
En declaraciones recogidas por Cyclingnews, Sagan Peter Sagan, de 31 años, quiso templar los ánimos asegurando que “no sé si Ralph dijo exactamente lo que estaba escrito en los medios, no lo he leído y, a veces, una frase en una entrevista se saca de contexto».
Pese a ello, el tricampeón del mundo dejó claro que, llegado el momento, no le importaría cambiar de aires. “Sinceramente, no me siento viejo. Tengo 31 años, no me siento en el otoño de mi carrera y creo que he demostrado que todavía puedo ganar carreras incluso si mi primavera se ha visto obstaculizada por el virus COVID-19”.
Respecto a esa posible renovación, que Denk decía querer tener clara en el futuro a corto plazo, Sagan añade que “he estado ocupado compitiendo, así que todavía no me he sentado a hablar con Ralph, así que mi futuro aún está por decidir. He tenido algunos años fantásticos en Bora-Hansgrohe, pero si Ralph me ve más allá de mi mejor momento, esa es su opinión. Si cree que no me necesita para ganar carreras para el equipo, seré la primera persona en intentar encontrar un equipo que realmente me quiera”.
30 MARZO
Hace ahora cinco años que el eslovaco Peter Sagan, por entonces recién proclamado campeón del mundo por segunda vez, decidió, tras la desaparición del equipo Tinkoff, enrolarse en el equipo Bora-hansgrohe, en aquel momento, un proyecto que debutaba en el World Tour y que despertaba más incógnitas que certezas.
El día 1 de enero de 2017, cuando posó por vez primera con su nuevo maillot, acumulaba 92 triunfos desde que en 2009 consiguiera su primera victoria en el GP Kooperativa (1.2) de su país. Si tenemos en cuenta que a día de hoy Sagan acumula ya 118 triunfos, las matemáticas son fáciles: el tricampeón del mundo ha sumado 26 victorias como corredor de Bora-hansgrohe.
Su mejor año con el equipo de Ralph Denk fue, precisamente, el primero. En 2017 supo levantar los brazos en 12 ocasiones, lejos de las 22 de su mejor temporada en 2013, cuando defendía los colores del Cannondale. Con Bora-hansgrohe, eso sí, consiguió su segundo y, hasta ahora, último Monumento: la París-Roubaix de 2018, que sumó a la Vuelta a Flandes conquistada en 2016.
Además, Sagan ha aportado cinco etapas del Tour, dos maillots verdes, una etapa en el Giro de Italia, una Kuurne-Bruselas-Kuurne o una Ganta-Wevelgem al palmarés de su equipo sin contar, claro está, el tercer y último arcoíris –hasta ahora– que, lógicamente, se enfundó con su selección.
Tras cinco años y a nueve meses de que expire su actual contrato, Peter Sagan y Bora-hansgrohe se encuentran ya negociando una extensión de su relación, tal y como desvela hoy el rotativo alemán Kölner Stadtanzeiger, aunque Ralph Denk también apunta a que los caminos de ambos podrían separarse el próximo día 31 de octubre ya que “Peter está entrando ya en el otoño de su carrera deportiva”.
En ese mismo sentido, Denk explica que “el resultado final de nuestras negociaciones está todavía muy abierto. Nos gustaría tener una decisión tomada a lo largo del mes de abril, pero a día de hoy no me atrevo a decir de qué lado se inclina la balanza”.
Como suele ocurrir en estos casos, en los que las inversiones son multimillonarias y tienen que corresponderse con un retorno publicitario para las empresas que ponen el dinero sobre la mesa, Denk no se puede dejar llevar por las emociones y añade que “estamos muy agradecidos a lo que Peter ha significado para nosotros. Los patrocinadores han recibido mucha atención gracias a él, pero es un hecho que su carrera ya va a entrar en una fase de declive”.
Aunque Bora-hansgrohe nunca ha confirmado el salario de su ciclista estrella, varios informes le han señalado durante años como el corredor mejor pagado del pelotón y se calcula que a día de hoy Sagan recibe unos cinco millones de euros por temporada. Denk reconoce que “tenemos que pensar muy bien si aún queremos pagar ese dinero o si es mejor invertir esa cantidad en la juventud. Si Peter no se queda con nosotros, dispondré de mucho dinero y los patrocinadores confían en que puedo formar el mejor equipo posible esa cantidad”.