El ciclista británico ha reconocido en una entrevista publicada en el canal de YouTube de Wiggle en la que ha hablado sobre su lesión, sus inicios, la nueva generación y sus próximos objetivos. Chris Froome todavía no piensa en la retirada, a pesar de no haber tenido una buena temporada. En el año 2021 no ha podido demostrar su nivel, debido en gran parte a la recuperación que continúa afrontando y de la que todavía no ha llegado a recuperarse, pero confía en que en 2022 sea diferente para él.
Tras casi dos años y medio desde la terrible caída sufrida en el Dauphiné, Froome continúa arrastrando secuelas del accidente. A pesar de fracturarse el codo, el esternón y algunas vértebras, la fractura de fémur ha sido de la que más tiempo le ha llevado recuperarse. «La lesión en la pierna fue la más grave. Todo el proceso consistió en tratar de volver a tener equilibrio entre mi pierna izquierda y mi pierna derecha, por lo que hubo muchas pruebas que hice fuera de la bicicleta, y luego, por supuesto, también una vez que volví a subirme a la bicicleta, usando un medidor de potencia que mostraba la potencia de la pierna izquierda en comparación con la derecha en tiempo real mientras entrenaba. Volver a tener la fuerza a la par entre las dos piernas me llevó de un año y medio a dos años. A principios de este año pude volver al nivel que tenía antes con respecto a la simetría entre las dos piernas, fue un gran resultado», aseguraba el británico.
Sobre sus inicios en la bicicleta, Froome relató que su idilio con la bicicleta comenzó como algo natural, sin la presión de convertirse algún día en ciclista profesional. «Creo que crecer en Kenia fue una especie de bendición, experimenté el ciclismo con la simple idea de estar al aire libre mientras me divertía. Para mí era más un medio de transporte para poder desplazarme a visitar amigos o explorar nuevos lugares. No tenía nada que ver con las carreras o la competición. No lo viví tan en serio, tenía poco que ver con el entrenamiento ni nada por el estilo. El componente competitivo en Kenia es casi inexistente, cuando era pequeño solo había un par de carreras al año».
En el año de su regreso, el corredor británico ha podido comprobar en primera persona como se las gastan los corredores de la nueva generación. Van der Poel, Pogacar, Bernal o Van Aert han sido algunos de los grandes protagonistas de esta temporada. Acerca de su rendimiento, el británico solo tiene palabras de elogio. «Si pienso en cuando empecé, simplemente nos subimos a la bicicleta y pedaleamos sin saber exactamente lo que estábamos haciendo. Ahora los jóvenes que ingresan al deporte encuentran una estructura que no necesariamente existía antes. Así que creo que esto ayuda a esta nueva generación de jóvenes ciclistas que vemos en la cima del ranking y que se convierten en profesionales a los 19, 20 o 21 años e inmediatamente llegan a la cima. Hemos visto a tipos como Pogacar y Bernal ganar el Tour de Francia con solo 21/22 años. Si me lo hubieran dicho hace cinco años, habría pensado que era imposible. Sin embargo, vemos que estos jóvenes talentos emergen precisamente porque han estado entrenando tan bien durante cinco o seis años desde que eran niños. Se convierten en profesionales e inmediatamente son capaces de vencer a los mejores del mundo, es bastante increíble».
Contra todos estos jóvenes volverá Froome a verse las caras. Si podrá competir de tú a tú contra ellos es toda una incógnita, aunque el británico no se pone límites. De momento, deja caer su interés por las clásicas de un día, un tipo de carreras a las que antes de su lesión no solía acudir. «Lo que me viene a la mente es la Clásica de San Sebastián. Nunca he hecho muchas carreras de un día, pero antes de que termine mi carrera me gustaría poder obtener un gran resultado en estas carreras. Esta es una carrera en la que potencialmente podría lograrlo», finalizaba el ciclista del Israel.