Hace seis años por estas fechas Pablo Lastras colgaba la bicicleta tras una trayectoria profesional sencillamente brutal. Hijo de aquella generación que se encontró el ciclismo hecho unos zorros, con el escándalo del Tour del 98, redadas, acusaciones veladas en la prensa, entre el público, sospechas eternas…
En ese caldo de cultivo, Pablo Lastras se hizo un hueco en el equipo de casa, el que nunca ha dejado, pero también en el pelotón y entre los aficionados. Cuando Pablo Lastras recalaba en una fuga, había muchos números para verle ganar.
Su palmarés está lleno de trabajos para líderes, pero también de éxitos en las tres grandes vueltas, selecto club que no tiene muchos miembros y entre ellos el madrileño.