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Verona, con una cría de canguro © twitter
Carlos Verona inicia su cuarta temporada como ciclista profesional y su segundo año en el World Tour con Omega Pharma Quick Step. Sin embargo, este comienzo lo hará de forma diferente, no pasará por Mallorca como en los tres años anteriores. Su debut será más caluroso y complicado, a muchos kilómetros de la isla balear. Será en otra mucho más grande y cálida, pero que, sobre todo, albergará una de las pruebas más duras del calendario inicial de la temporada: Autralia y su Tour Down Under.
Para llegar en condiciones óptimas a la prueba australiana (que se disputará del 19 al 26 de enero), el fino corredor madrileño (San Lorenzo del Escorial, 21 años) ha debido pasar un proceso previo de adaptación: “llevamos en el país desde el día 9 de enero, llegamos doce días antes del comienzo del Tour Down Under, y la verdad es que de agradecer. En primer lugar por el cambio horario, hay nada más y nada menos que nueve horas y media de diferencia horaria con España, y en segundo lugar, por el contraste climático”, comenta. En efecto, el cuerpo del joven escalador tuvo que aclimatarse en tiempo record a un drástico cambio de estación; del crudo invierno de interior al más caluroso verano imaginable: “antes de venir aquí estuve entrenando en Madrid a temperaturas de cero a cinco grados, y de repente llegas a Australia y te encuentras con cuarenta y cinco. El cuerpo necesita tiempo para hacer frente a estos cambios”, explica con su habitual templanza.
Por ello, tanto él como los integrantes de la estructura belga comenzaron la preparación de la prueba de forma paulatina, sin hacer sufrir más de la cuenta a su físico: “la aclimatación ha sido simple, ha consistido en escuchar al cuerpo, y sobre todo, en darle tiempo para aclimatarse. Los primeros cinco días aquí hicimos entrenamientos muy suaves y ninguno superior a las tres horas y media. Ha sido ya esta última semana cuando hemos aprovechado para hacer un poco más”, destaca.
Sin embargo, todo este cúmulo de condiciones externas a la competición generan una duda razonable al corredor sobre cuál será su rendimiento en carrera: “creo que es la misma incógnita que tenemos todos los ciclistas al llegar aquí. Por mucho que entrenes bien, la carrera siempre es distinta, por lo que habrá que esperar a la próxima semana para evaluar mi estado de forma, pero llego tranquilo, relajado y con los deberes bien hechos”, se sincera.
Así, cuando se de el pistoletazo inicial a la prueba “aussie” en una tórrida Adelaida, Verona se olvidará de todo tipo de condicionantes externos, simplemente centrado en su principal objetivo, seguir siendo un soldado: “traemos un líder sólido como es Jan Bakelants, por lo que estaré a su disposición para lo que necesite”, señala, pero sin olvidar que en todas las batallas también hay guerrillas: “si me surge una oportunidad, trataré de aprovecharla también”. Actitud guerrera bajo el calor australiano, una nueva experiencia para Verona en una nueva temporada en la que seguirá sumando experiencia. De momento, ya ha disfrutado de una nueva: sacar una foto a un koala.
Fuente: Rafa Simón. Prensa Carlos Verona
