“Amargado”. Este es el estado de ánimo de Alessandro Ballan tras el veredicto del TNA que lo descalifica por dos años como ayer se hizo público. El campeón del mundo en Varese 2008 explica que esperaba “más compresión” y que los jueces “apreciaran la colaboración” aceptando “las explicaciones” que el ahora ya ex corredor del BMC les dio desde un principio. Sin negar nunca el hecho de haber recurrido a la terapia de ozono, el corredor de 34 años explicó haberse sometido al tratamiento “lejos de las carreras, fuera del ciclismo”, por enfermedad.
“Estuve ingresado en el hospital –detalla a la Gazzetta dello Sport y recoge spaziociclismo-. Mis valores estaban a cero. Tenía una hepatitis aguda debida a un citomegalovirus. En cuanto al pasaporte biológico, era ejemplar, las extracciones nunca fueron discutidas, es más, nunca fueron puestas en duda. Estaba hundido: me costaba andar, subir las escaleras, imagínense montar en bici”.
Admitiendo haber “pecado de frivolidad, negligencia, tal vez presunción”, Ballan considera que es “un precio a pagar demasiado alto”, sobre todo considerando que la investigación llevaba cuatro años en marcha y que le había ocasionado algunos problemas, como la suspensión preventiva en vista a algunas carreras. “Pero hay corredores que por un caso de dopaje verdadero después de un año ya están en el pelotón”, comenta amargamente, sobre todo considerando su edad y la posibilidad de dejar de correr.
“Espero conocer los motivos –añade- luego valoraremos si es oportuno hacer un recurso. Dos años de descalificación son demasiados para pensar en volver a correr”.