Israel Molina / Ciclo 21
Después de que el Giro 2022 nos dejara con un sabor amargo en cuanto al espectáculo deportivo ofrecido en muchas de las etapas, Mauro Vegni, director de la carrera, ha decidido dar un paso adelante que, en el fondo, no deja de ser una vuelta a los orígenes, a esas etapas por encima de los 5.000 metros de altitud y a esos encadenados montañosos que la carrera transalpina tiene como una de sus señas de identidad.
A falta de ascensiones míticas y conocidas -no veremos ni Fedaia, ni Mortirolo, ni Gavia, ni Stelvio, ni Finistre- el Giro 2023 ofrece un recorrido de notable alto, con dureza extrema en la última semana, más de 50 kilómetros contra el reloj (llana) y una cronoescalada que promete emoción y que es un soplo de aire fresco.
Eso sí, no es oro todo lo que reluce en esta ambiciosa propuesta del Giro por recuperar parte de su esencia tras lo ocurrido en los últimos tiempos. La carrera italiana, salpicada por la pandemia, por la nieve en el gran día de Bernal, por el plantón del pelotón de 2021… ha decidido dar un puñetazo encima de la mesa. ¿Lo ha conseguido?
Si la intención es lo que cuenta, hay mucho de eso en este nuevo recorrido que llevará a los ciclistas desde los Abruzzos hasta la icónica Roma, porque esta vez será la ciudad eterna la que eche el telón a la gran ronda italiana por etapas.
Contrarreloj y media montaña
Por el camino 21 jornadas divididas en tres semanas en las que escasean los metros llanos; no hay guiño alguno a los velocistas, que tendrán pocas opciones y a los que el Giro no pretende seducir de ninguna forma. La media montaña gana protagonismo, con varias etapas tramposas en Lago Laceno o en los alrededores de Bergamo, en un nuevo guiño hacia su añorado Giro de Lombardía.
Serán balas de fogueo que los favoritos tratarán de esquivar día tras día, mientras los grandes esfuerzos de esas dos primeras semanas se centrarán en dos días clave; la contrarreloj individual de la novena etapa en Cesena, así como el final en el Gran Sasso d’Italia, justo dos días antes y cuyo precedente más próximo nos retrotrae a aquella batalla a tres bandas entre Landa y Carapaz por un lado y Nibali y Roglic por el otro.
Crans Montana, Lavaredo y la cronoescalada, claves
La traca final, como es tradición en el Giro, llegará la tercera semana, cuando las piernas de los corredores tiemblen de frío y sientan el peso de cada kilómetro. Un terrorífico encadenado suizo con las ascensiones a San Bernardo y Croix de Coeur y final en Crans Montana servirá de aperitivo antes de afrontar, en la décimo sexta etapa, las rampas del Monte Bondone.
Pero si algo tiene de místico este Giro es ese final en Las Tres Cimas de Lavaredo en un maratón dolomítico de los que es imposible escapar. Con el temible Passo Giau como juez principal, Vegni ofrece un territorio bélico a izquierda y derecha y no deja lugar a la excusa. Las cartas expuestas sobre la mesa.
Quedará para el último sábado una cronoescalada al infernal Monte Lussari (7,3 kilómetros a más del 12% de pendiente media), una etapa que tiene el único pero de la colocación. Siendo el “último” día competitivo de la carrera, puede bloquear el desarrollo de la misma, siendo este el gran peaje que paga la carrera en su vuelta al origen. Porque del mismo pie cojea la ubicación de la primera contrarreloj, justo antes del día de descanso y tras dos etapas ‘ratoneras’ que podrían dar más juego sin el miedo a esos kilómetros contra el reloj que pueden marcar el futuro del Giro 2023.
Un notable alto a un recorrido ambicioso, que muestra lo que siempre debe ser el Giro, que ofrece oportunidad a multitud de grandes corredores, que evita las llegadas masivas a cambio de una pelea diaria, que recupera lucha contra el reloj y que ofrece altitud y dureza para que nadie pueda esconderse tras una rueda. ¿Cuánto queda para el seis de mayo?
Al final serán los corredores los que harán la carrera dura (o no). Pero a priori, el recorrido es bastante mejor que el del año pasado.
Más crono, y se incluye una cronoescalada, que es una modalidad casi en extinción (cuando fue la última en la Vuelta España….? )
Pienso que es un claro guiño a Evenepoel.
Solo un matiz no comentado. La etapa con final en Crans Montana, se produce a mediados de mayo. Ya veremos que climatología nos encontramos ese día, porque la nieve podría hacer cambiar el recorrido.
Tiempo al tiempo.