El ciclismo, por debajo de la media en positivos

Gand Wevelgem 2013 - 24-03-2013

Un momento de la Gante-Wevelgem © Movistar

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Seguramente, conseguir la limpieza total en el mundo del deporte sea una utopía. Una, eso sí, por la que merece la pena luchar y, por qué no, creer. Siendo realistas, sin embargo, seguramente a lo máximo que se puede o debe de aspirar es a reducir el número de tramposos al mínimo posible y, si puede ser, a una tasa del cien por cien de ‘cazados’. Las trampas son algo intrínseco a la condición humana, como podrá atestiguar cualquiera que se haya sentado en una mesa con amigos a jugar al parchís, las cartas o el monopoly una vez en su vida.

Cierto es, también, que el oscuro mundo del dopaje en el deporte vive muchas veces alimentado por la literatura y la imaginación. En ocasiones, la fina línea que separa la realidad contrastada de la suposición no es fácilmente distinguible. Así, se llegó a presentar el caso Armstrong y su “sistema de dopaje más sofisticado de la historia del deporte” equiparándolo prácticamente con el cártel de Medellín. Escándalos como el del Tour de 1998, la caída y muerte de Marco Pantani, los reiterados positivos de los ganadores del Tour de Francia o la esperpéntica Operación Puerto, además, no parecen haber hecho mucho bien al ciclismo dentro de todo este batiburrillo de historias reales o irreales.

Existe en el imaginario colectivo la sensación de que dopaje y ciclismo han sido, son y serán casi sinónimos. Los que vivimos y sentimos el ciclismo desde dentro, sin embargo, no nos cansamos de defender –algunas veces con más pasión que otras– que ningún otro deporte ha luchado tan profundamente contra esta lacra, pero pocas veces somos capaces de acompañar estas afirmaciones con cifras concretas.

Por ello, resulta tan interesante echarle un vistazo al informe que acaba de publicar la Agencia Nacional Antidopaje de Flandes sobre su actividad durante todo el año 2013. Este reporte, que hace públicos el número de controles y positivos realizados a todos los deportes en aquella región de Bélgica puede servir, por qué no, como termómetro de lo que ocurre en otros muchos lugares.

El informe, en primer lugar, diferencia entre el número de controles efectuados en competición y fuera de ella. En el primero de los casos se realizaron un total de 1.543 tests, mientras que en competición la cifra se reduce a 640, es decir, que la agencia flamenca realizó un total de 2.183 controles durante todo 2013. A partir de esas cifras, hay varios puntos a destacar o analizar.

En primer lugar, evidentemente, nos interesa conocer la incidencia de positivos en todos esos controles. El número redondo de positivos fue de 56, de los que 55 fueron ‘cazados’ en competición y sólo uno fuera de ella, todo ello supone una media de, 3,6% de positivos sobre los controles efectuados durante las competiciones y de un 0,2% en épocas de descanso de los deportistas. Cifras, como se puede comprobar, muy bajas en relación al dramatismo que, en ocasiones, acompañan a los titulares al respecto.

Ahora, para analizar estas cifras iremos al segundo dato que puede interesarnos para comprobar cómo y cuánto se lucha contra los tramposos en cada deporte: el número de controles realizados en un año. Aquí, como era de esperar, el ciclismo gana por goleada. El ciclismo ha realizado un total de 478 controles en competición (370 a corredores federados y 108 a ‘otros’) y 317 fuera de competición, es decir, un total de 795 controles antidoping en un solo año. La pregunta está clara: ¿cuál es el siguiente deporte? El fútbol se sitúa como segundo deporte más controlado con 156 controles durante los partidos y 60 fuera de ellos, lo que arroja un total de 216 controles (579 menos que el ciclismo). El podio de las disciplinas con más visitas de los vampiros lo completa el atletismo. Los atletas fueron controlados 141 veces en competición y 49 fuera de ella, sumando 190 muestras (605 y 26 menos que el ciclismo y el fútbol, respectivamente).

Vayamos ahora a la engañosa cifra de positivos. Aquí, que es donde el común de los mortales suele quedarse, el ciclismo se ve muy perjudicado. Durante 2013, la agencia flamenca ‘cazó’ a 14 corredores (12 federados y 2 no federados) en competición y a uno fuera de ella, siendo el deporte con un mayor número de casos de positivo. Este ranking de dudoso honor lo completan el kickboxing con 10 positivos en competición (no tuvo controles fuera de ella) y el boxeo con ocho casos en competición (tres controles fuera de competición, con uno de ellos con resultado anómalo, pero sin poder demostrar el positivo).

Esas son las cifras globales, pero ahora es cuando llegamos a lo interesante. ¿Qué nivel de incidencia de uso de sustancias prohibidas encontramos en cada deporte? Es decir, qué porcentaje de casos positivos existen en cada disciplina en base a la cantidad de controles realizados.

El resultado es realmente sorprendente. El deporte que en Flandes cerró 2013 con un mayor índice de positivos es la pelota a mano (una variedad que en España no se practica llamada kaatsen) con, sorpréndanse, un 33% de casos positivos sobre el total de los analizados. Cierto es que se realizaron un total de seis controles de los que dos fueron demostrados positivos. El segundo de la lista, el turf (con un 28,%) no lo vamos a analizar por entender que no compete a los humanos. Los deportes de fuerza o ‘strongest man’ se llevan la medalla de plata con una incidencia del 20% con dos positivos sobre diez deportistas analizados mientras que el bronce se reparte ex aequo, con un 16,7% cada uno, entre el culturismo (seis positivos sobre diez análisis), el squash (tres positivos sobre 18 tests) y el waterpolo (un ‘cazado’ en seis analíticas).

Y, ¿qué es del deporte más analizado y con más positivos en números redondos? El ciclismo, si se ponen las cifras en perspectiva (usando los porcentajes), sale muy bien parado y, por lo tanto, desmintiendo gran parte de la mala fama que, quizá no tan merecidamente, se ha ganado en las últimas dos décadas. El ciclismo, que es el único deporte que diferencia sus controles entre federados y no federados cerró con un porcentaje del 3,2% entre los primeros y del 1,9% entre los segundos.

Si hacemos la suma de ambos, ese índice de incidencia de positivos se rebaja al 2,55% del total. Fuera de competición el ciclismo también es el único deporte que ‘cazó’ a un deportista, representando el 0,3% de positivos. Resumiendo, si sumamos todos los controles realizados a los ciclistas (recordemos, 795), resultará que la tasa global de positivos es del 0,53%.

Esa cifra es real pese a quien le pese, pero para que nadie nos acuse aquí de intentar esconder o maquillar la realidad, quedémonos con la más desfavorable para nuestra última pregunta ¿está el ciclismo por encima o por debajo de la media? El informe nos desvela que la agencia antidopaje flamenca ha ‘cazado’ al 3,6% de los deportistas que controló durante 2013. Las conclusiones, querido lector, sáquelas usted mismo.

TABLA DOPAJE FLANDES

2 comentarios

  1. Gran articulo, muchas cosas por discutir. Lo triste es que algunos medios, empresarios y ciclistas relacionados a la operacion puerto, que han sido expulsado de europa para compartir, terminaron en las hermosas tierras de Colombia… y aqui siguen corriendo, ganando campeonatos… COMO SI NADA HUBIERA PASADO.
    Deberia ser una verguenza, que la nueva epoca dorada del ciclismo colombiano tenga que aceptar que ex-dopados vivan y compitan en Colombia….

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