El Tour del Porvenir marcó la carrera de Miguel Indurain y su relación con Francia. Oporto es la proa del Duero en el inmenso Atlántico, una bella ciudad salteada de colinas y bellas viñas que un día puso en solfa el conocido Tour de la Comunidad Económica Europea, lo que hoy es el Tour del Porvenir, pero que entonces se vanagloriaba de cruzar varios países europeos. Desde allí la edición de 1986 se puso en marcha con un prólogo de pocos kilómetros que impuso el primer maillot amarillo de la carrera a Miguel Indurain.
El ciclista navarro seguía su romance con la carrera pequeña, la de jóvenes, y seguía sumando triunfos, siempre en solitario, para un palmarés que empezaba a tener consistencia. 22 añitos recién cumplidos y el mocetón del Reynolds domina la modalidad que habría de servirle muchas alegrías.
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