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Horner, en Palma
-¿Cómo se explica que un ganador de la Vuelta a España haya tardado tanto en encontrar equipo? Aunque sólo fuera por los puntos UCI…
-Cuestión del momento. El año pasado había 22 equipos optando a las 18 licencias del World Tour y ficharon a los que más puntos tenían de los rankings de Asia y África. Tras las desapariciones de RadioShack, Euskaltel y Vacansoleil, había 18 equipos para 18 plazas. El año anterior cuatro o cinco equipos se habrían peleado por mí. En este, nadie necesitaba mis puntos.
-El Giro y la Vuelta serán sus grandes objetivos, ¿no?
-Sí, pero antes tengo la Vuelta al País Vasco. Es una carrera que me gusta mucho, por su recorrido, por su afición, por su participación… Después del Tour de Francia, es la prueba donde se citan mayor número de campeones.
-¿Quién es el más duro?
-A mí me sorprendió mucho Nairo Quintana en el Tour. Necesito verle a mi lado subiendo un puerto, pero por lo que aprecié por la televisión, está muy fuerte.
-¿Qué es más difícil, el Giro o la Vuelta?
-Creo que el Giro, aunque a mi favor tengo que en el Giro las etapas tienen muchas montañas consecutivas y es más fácil sacar grandes diferencias que en la Vuelta, en la que normalmente sólo hay una gran montaña al final y en una sola subida, casi todos aguantan. Por contra, en la Vuelta me va mejor que las cronos no sean tan largas y que haga más calor. Yo rindo peor con el frío.
-¿Tiene pensado cuándo lo va a dejar?
-Pensaba que con 36 o 37 años ya no podría dar más. Pero cada temporada siento que las piernas y la motivación van bien. No sé cuándo me retiraré. Supongo que seguiré mientras el cuerpo y la cabeza aguanten.
