Redacción / Ciclo 21
La bicicleta, la ropa, el casco, las zapatillas, la nutrición, luces de seguridad, herramientas, guantes y… gafas. La vista y/o la visión, por muchas razones, es uno de los sentidos principales, sino el que más, a la hora de hacer deporte y sobre todo, en ciclismo porque siempre va a ser un vehículo en cualquier terreno donde se practique y especialmente en la carretera donde hay que cumplir, como los demás, las normas de la Dirección General de Tráfico y la seguridad vial por el bien común de todos.
Y al igual que para conducir coches, motos u otro tipo de vehículos, en bicicleta no llevar gafas graduadas o lentillas baratas puede suponer motivo de multa por parte de las fuerzas de seguridad competentes en cada territorio autonómico. Por tanto es más que recomendable y casi obligatorio el uso de ellas para dominar perfectamente todos los ángulos de visión que pueden rodear a la práctica ciclista, ya sea competitiva o cicloturista o lúdica.
De un tiempo a esta parte las principales marcas de gafas deportivas han ido evolucionando sus modelos con la inclusión de lentes graduadas adheridas a las reflectantes para la luz solar. Pero quizás la otra opción más cómoda es el uso de lentes de contacto multifocales que por su precio y su comodidad pueden ser la mejor alternativa porque supone poder utilizar las gafas específicas para el ciclismo sin ningún problema y sin el peso añadido de los cristales y la seguridad de que así no se pueden rallar y/o romper en el uso diario deportivo.
Independientemente del tiempo que haga siempre es recomendable el uso de gafas para montar en cualquier tipo de bicicleta y necesario si el usuario o usuaria no tiene la agudeza visual mínima. Los beneficios son evidentes. Si hace sol, filtra las radiaciones más negativas y no deslumbran durante el recorrido. Si hay más nubes, está cubierto o nieva, siempre hay varios tipos de lentes con diferentes grados de filtración para estar siempre cubierto. E incluso se pueden usar pantallas transparentes.
En cualquier caso, además de la luz, siempre van a proteger de otros posibles peligros como impactos de insectos, piedras, ramas de árboles y otros elementos de la vida natural con la que se convive en el uso de la bicicleta. Por tanto, como el casco o la propia bicicleta, las gafas o lentillas en cualquiera de sus múltiples versiones deberían ser un elemento fundamental en la vestimenta del o la ciclista en cuestión.
Y así lo certifican la mayoría de ciclistas profesionales en todas las competiciones -como en el inminente Tour de Francia 2023– que las usan para todo tipo de meteorología o condiciones. Además, equipos y ciclistas son los embajadores y probadores del material de las diferentes marcas que cada temporada evolucionan en tecnología, diseño, comodidad y peso para adaptarse a todo tipo de rostros y condiciones físicas de cada persona que las necesite. Toda una amalgama casi infinita de modelos y precios que se pueden encontrar tanto en las tiendas físicas -ya sean ópticas como especializadas en deporte y ciclismo- o en las cada vez más numerosas on-line en el vasto mundo de internet.