Introducido en el programa de los Mundiales en 1980, el keirin no era una disciplina demasiado apreciada para los velocistas españoles durante esas últimas décadas del siglo pasado centrados fundamentalmente en el kilómetro -con notables prestaciones de José Manuel Moreno y José Antonio Escuredo-, aunque la inclusión de esta disciplina en el programa olímpico en 2000 cambió la perspectiva.
Pero fue un año concreto en el que los españoles comenzaron a ser protagonistas en el keirin, aunque desgraciadamente esa presencia no se prolongó muchos años más. Fue el Mundial de Ballerup 2002, un 25 de septiembre concretamente, cuando por primera vez en la historia dos españoles se metieron en la final. José Antonio Villanueva lograba una histórica medalla de plata, solamente superado por el australiano Jobie Dajka, que vivía un momento dulce en aquellos meses, siendo el bronce para el alemán Rene Wolf, que superaba in extremis a José Antonio Escuredo, fenomenal cuarto. Como decía en entonces seleccionador nacional, Salvador Cabeza de Vaca, “nos quedamos con la miel en los labios del oro y con la miel en los labios del bronce”.
Ya en la semifinal, en la que coincidieron los dos españoles, mostraron sus aspiraciones. Ocupando las últimas posiciones desde la salida, supieron lanzar un oportuno ataque en el momento que la derny abandonaba la pista. Escuredo se destacaba en solitario mientras que ‘Villa’ aguantaba en cabeza del pelotón impidiendo la reacción de sus rivales: de hecho, sólo el alemán René Wolff conseguía superarlos, por lo que se clasificaban segundo y tercero y lograban el pase a la final.
Y la final fue espectacular. El madrileño salía en tercera posición y el catalán cerraba el grupo, con Jens Fiedler conduciendo. Y como había sucedido en la semifinal, Escuredo aprovechó el momento en que la motocicleta se retiraba para lanzar un ataque, aunque no tan contundente como el anterior y que no le valió para distanciarse. Villanueva aguantaba la cabeza, aunque al final era superado por el australiano. En cuanto a Escuredo, cedía en la lucha por el bronce ante Wolf.
El primer medallista español de la historia del keirin contaba entonces que “sabía que tanto José como yo estábamos muy fuertes, pero en esta prueba lo más importante es la colocación. Y hemos estado muy bien tácticamente tanto en la semifinal como en la final. Para ser la primera vez es para estar más que satisfecho, aunque quizá con algo más de tranquilidad podría haber conseguido el oro, aunque el australiano estaba muy fuerte”, a la vez que se lamentaba de que “podíamos haber sido medalla los dos” y consideraba que la experiencia de haber corrido el keirin japonés unos meses antes “me ha servido de mucho, sobre todo de cara a las tácticas, porque en Japón se corre muy parecido a lo que hemos visto hoy”.
Por su parte, Escuredo comentaba que “al principio estaba algo decepcionado porque había tenido muy cerca la medalla, pero ahora, viendo a los que hemos dejado atrás, es para estar más que satisfechos. Dos españoles por primera vez en una final… y segundo y cuarto”.
No tardó mucho en subir ‘Escu’ al podio, y además con una serie histórica de tres medallas de plata: en el Mundial de Melbourne 2004, en los Juegos Olímpicos de Atenas ese mismo año y en el de Burdeos 2006. Desgraciadamente allí se rompió la racha para el kerin español a pesar de algunos momentos puntuales de Hodei Mazkiarán y Juan Peralta. Pero esa es ya otra historia.