Carlos Verona: «Movistar siempre me dejó la puerta abierta»

Carlos Verona (San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 4 de noviembre de 1992, 31 años) afronta su decimocuarta campaña como profesional después de ser uno de los pioneros en pasar de júnior a profesionales allá en 2001 con el Burgos. Tras un lustro en Movistar, afronta un nuevo reto en Lidl-Trek, equipo que le acoge casi a última hora después de que Ineos rompiera en julio el compromiso con el madrileño. Eusebio Unzue le dejó la puerta abierta, pero Verona quiso cambiar de aires tras un año convulso, tenso, decepcionado por ser excluido del Tour de Francia, enfermo por el estrés que le dejó sin Vuelta y sin futuro asegurado. Pero llegó Lidl y ahora construye una nueva etapa en la que aspira a un ciclismo más agresivo y colaborativo. Una conversación clara después de coincidir por primera vez profesionalmente con su hermana y chef Marta que hizo una demostración de sus cualidades en la concentración del equipo.

Carlos y su hermana chef Marta Verona en la concentración de Calpe © Ciclo 21 / F. Ferrari

Fernando Ferrari. Calpe (Alicante). Enviado especial Ciclo 21

-Con 31 años y 13 temporadas como profesional ascendiendo desde júnior, ¿cómo valora su evolución?

-Estoy contento. El principio no fue fácil porque era júnior pero tampoco nada especial. Mi dinámica deportiva siempre ha sido buscar oportunidades y fue lo que hice. Mi cuñado [Airán Fernández] era muy buen ciclista amateur. Había ganado el Valenciaga y muy buenos puestos y vio que era imposible pasar a profesionales. Así que vi que si pasaba a amateur iba a ser muy complicado ser profesional. Buscando un camino diferente conseguir entrar en el Burgos porque me entrenador tenía una buena relación con Izquierdo. Nos caímos bien y de la noche a la mañana firmamos el contrato. Guardo muchos y buenos recuerdos. A partir de ahí también fueron cosas del destino porque el fichaje por el Quick Step tampoco me lo creía porque fue por facebook. Fueron cuatro años muy buenos en un equipo puntero como ahora y con grandes medios. Fue un gran máster para mí. Era un equipo centrado en las clásicas, pero tenía hueco para carreras que a mí me gustan como la Volta Catalunya o el País Vasco, debutar en la Vuelta España y tener posibilidades. Con Mitchelton tuve más confianza al lado de los hermanos Yates y Cháves. Y después llegó la oportunidad de entrar en Movistar con cinco años muy buenos aunque este último ha sido el peor. También es normal porque en la vida hay subidas y bajadas. Es cierto que al principio de la pasada temporada tenía claro que iba a cambiar de equipo porque con 31 años y 14 como profesional quería hacer un último cambio.

-¿Cuál es su versión de su relación con Movistar este pasado y último año?

-De la situación de Movistar se cuentan más cosas de las que realmente han sido. Siempre tenido muy buena relación con Eusebio [Unzue]. En febrero le comuniqué que me marchaba del equipo. Tenía oferta suya para renovar pero también de otro equipo que no era Trek si no el Ineos con quien estaba todo acordado. Pero por algún motivo que aún desconozco no fue para adelante. Me sorprendió todo bastante. Llegó un momento en el que pensé qué hacía antes de llegar Lidel aunque tenía la puerta abierta de Movistar y eso me dio mucha tranquilidad. No tengo ninguna queja de ellos, al revés. Tengo claro que si hay un corredor que el año próximo no quiere estar con ellos siempre resta más que suma y si fuera mi equipo pues pensaría lo mismo. No me lo tomé como un castigo el no ir al Tour, pero sí una decepción.

-¿Qué pasó con el Tour de Francia?

-Es cierto que yo quería estar en el Tour de Francia y hacerlo lo mejor posible. Quería ser ambicioso, quizás demasiado y me hubiera gustado hacer las tres grandes vueltas. Hablé con Eusebio para hacerlas porque había más tiempo de descanso entre ellas. Mi objetivo era ser útil para el equipo. Era el año que más podía aportar porque hacía las concentraciones por mi cuenta, pero en el equipo hay más gente que toma decisiones, no solo Eusebio. Después del Giro de Italia me fui a hacer altura y Eusebio me dijo que no me aseguraba al ciento por cineto la plaza en el Tour de Francia, pero tenía esperanzas y más después del Campeonato de España que para mí fue una de las carreras que mejor hice. Y ya me llamaron para decirme que no iba al Tour de Francia y que preparara la Vuelta España. En parte lo entiendo. Me fastidió y fue un golpe duro. Y empecé a preparar la Vuelta.

-Y tampoco fue de la partida en la Vuelta España. ¿Por qué?

-Lo del herpes zóster es totalmente cierto y ahí está el certificado médico. Se juntó con toda la tensión previa en la que yo no tenía equipo para 2024 y estoy seguro de que me salió por todo esto. No tuve grandes síntomas. Fue como una tortícolis y desde la nuca hasta el pecho. Ya sabía lo que era porque de niño ya me había pasado alguna vez. De hecho tuve la duda de comunicárselo al equipo porque pensaba que no iba a ser para tanto, pero obviamente lo hice porque es algo contagioso y el equipo decidió al final que mejor quedarme en casa. Tampoco estaba al ciento por ciento porque lo de Ineos me desestabilizó bastante y llegaba a contrapié. Salía de una y entraba en otra. Luego pensé que si esto sirvió para que entrara Imanol Erviti en la Vuelta, que se lo merecía por ser su última. Son cosas del destino y al final me ahorré el desgaste de una gran vuelta. Ha sido un año muy raro.

-Patxi Vila ha sido otra de las salidas del equipo en 2023. ¿La entiende? ¿Tiene que ver con el sistema clásico de Movistar?

-La relación con Patxi Vila ha sido muy buena. Desde la primera concentración conecté bien con él. Hemos entrenado juntos menos este último año que hemos estado más separados y he estado con Piepoli probando cosas nuevas. Patxi siempre ha sido mi referente y con el que más ha progresado. Llegó el equipo con ganas de cambiar muchas cosas, pero no ha podido hacer tantos cambios como él quería. Este equipo tiene su manera de hacer las cosas. Es muy tradicional, pero para mí no es malo, es uno de sus puntos fuertes. Hay ciclistas que necesitan más un equipo más científico, más controlador, que te lleve en altura, pero Movistar te da más libertad. Hay corredores que ya se conocen y saben que haciendo ciertas cosas se van a sentir bien como por ejemplo el caso de Valverde, Imanol o en mi caso propio que también que me han dejado mucha libertad. Pero después de cinco años me apetecía volver a un equipo con más entorno internacional, ver otras cosas, compañeros diferentes…

-Obviamente no puede hacer un balance positivo del equipo en 2023.

-No ha sido un año muy bueno para Movistar porque se han perdido muy buenos corredores en muy poco tiempo como Valverde evidentemente. Recuerdo el primer año en el que estaba Landa, Nairo Quintana en sus mejores años. Había corredores muy buenos y no se pudieron mantenerlos en gran parte por un tema presupuestario. Estos últimos años ha habido equipos extranjeros que han subido en presupuesto y Movistar no ha tenido la suerte de encontrar un segundo patrocinador que pudiera suplir esa diferencia. Mucho talento nacional que había se ha ido al extranjero y es muy complicado competir en salarios con otros equipos. El caso de Jorgenson lo veo más por mentalidad de irse a un equipo más científico como el Visma.

-¿Y cómo fue el contacto y firma con Lidl?

-Lidl llega a mi puerta y yo a la suya. Fue en el día de descanso del Tour de Francia cuando Ineos nos dice que rompían el acuerdo sin más explicaciones. Fue un palo porque yo ya estaba mentalizado y entonces pensaba qué donde iba porque tampoco había tantos equipos en los creía que podía encajar. Desde el inicio de año yo sabía más o menos los equipos a los que quería ir. A Trek ya estuve a punto de venir hace unos años, el último de Contador, pero tampoco se formalizó por muy bien no sé qué. Ahora era mi oportunidad. Conocía a Josu Larrazábal. Empecé a tocar todas las puertas que pude y fue una suerte entrar. Todas las cosas pasan por algo, Josu me llamó, todo cuadró y muy contento ahora. Es un equipo que se adapta muy bien a mi manera de entender el ciclismo. Creo que me van a potenciar como corredor, correr de una forma más agresiva. Es justo lo que andaba buscando, un ambiente más internacional. En Lidl hay muchísimos medios, es uno de los equipos punteros y estoy con muchas ganas de esta nueva etapa.

-¿Seguirá en su mismo rol de gregario?

-Mi función será un poco la de todos estos años pero con una manera de correr diferente e ir un poco más a la batalla. Si estoy aquí es por mi fortaleza y para ayudar a los líderes del equipo. Tienen muy buena clase media aunque falte esa gran referencia para las grandes vueltas. El año pasado fueron quintos en el ranking UCI y han llegado nueve corredores nuevos para crecer y seguir en esta dinámica.

-¿Le sigue seduciendo acabar la triple corona?

Lo de las grandes vueltas va a ser un poco más difícil porque aquí está todo mucho más medido.Pero Tour y Vuelta es lo que más me gustaría hacer este año.

Carlos Verona © Lidl

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