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Tadej Pogacar durante la crono del Tour de Francia © Sprint Cyling Agency
Si hoy hubiese ganado Pogacar seguro que ya se oirían algunas voces protestonas de que ya está todo el pescado vendido. Y eso que queda un mundo, pero siempre hay quien en la primera semana ya ve sentencias donde, en verdad, nada nunca está cerrado. Y si no, que se lo digan al esloveno, que empieza a ver que no es el más fuerte en todo, todo, sino que algunos le tosen y le van a obligar, más de lo que él mismo pensaba, a dar mucho más de lo que tiene.
Que Remco haya ganado hoy es, además, bueno para el espectáculo, porque evitamos no solo el rodillo UAE, sino que se anima el cotarro con muchos protagonistas en liza dado que aún quedan unos cuantos y muy valiosos kilómetros contra el crono, el último día, y todo por delante antes de eso. Esta victoria del belga es más importante a nivel mental que de segundos ganados, y eso en ciclismo también cuenta. Así es que ahora mismo lo que tenemos es un Pogacar crecido y alerta, un Remco animoso y contento, un Vingegaard dudoso y expectante, y un Roglic meticuloso y regular.
Ante este panorama, y perdonen si en la lista anterior consideran que me he dejado a alguno de los grandes, la batalla está servidísima. Lo que viene ahora en este Tour es, a priori, salseo, meneíto por aquí y por allá, etapas de escapadas y emboscadas, presumiblemente de sprint también, pero nada ni nadie asegura que esto llegue así como está a la jornada de Saint Lary Soulan, la primera de alta montaña y final en alto, con el permiso de alguna jornada como la del miércoles, con unos últimos 40 kilómetros que huelen a traca.
Esto es el Tour, y aquí un día tranquilo, tranquilo, ciertamente no existe, así es que el que crea que está en ese día, a lo mejor le cogen desprevenido y tenemos follón irrecuperable. Lo bonito, sin embargo, es que todos y cada uno de los favoritos está con el ay en el cuerpo, porque no se otean ni paseos triunfales ni explosiones extremas, con lo que tenemos a unos cuantos gallos cacareando esperando su momento.
Viva el Tour.
