Estrellas olímpicas: Iúri Leitão, cuando ganar es cosa de magia

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Leyendo sobre Iúri Gabriel Dantas Leitão en su perfil del Comité Olímpico Portugués, encuentro un curioso dato, su afición a los trucos de magia como talento escondido. Y después de haberle visto correr el pasado mes de agosto en el Mundial de Glasgow podemos dar fe de ello porque aquel día dio todo un recital mágico para imponer su dominio en el omnium, algo que no se plasmó en la clasificación, donde las diferencias fueron muy ajustadas.

Llevarse el oro mundialista -el primero jamás logrado por un pistard luso- le supone ser uno de los grandes favoritos para la prueba olímpica del próximo jueves 8. Una etiqueta que no le molesta al ciclista de Viana do Castelo, pero “será una prueba mucho más exigente que cualquiera de las que he hecho. Entiendo que la gente tenga expectativas, siempre queremos encontrar nuevos héroes nacionales, pero no veo las cosas así. No porque sea campeón del mundo tengo que lograr un gran resultado. Intentaré divertirme y conseguir el mejor resultado posible”, explica en una entrevista que reproduce Renascença el ciclista de Caja Rural, de 26 años, el tercer integrante del pelotón rutero nacional en el exigente ómnium olímpico, junto a Aaron Gate, del Burgos-BH, y de Albert Torres, de Movostar.
 
Como otros muchos corredores portugueses, se inició en la carretera, con seis años, gracias a un amigo de su padre. “Crecí con el deporte en mi vida y cada vez me enamoré más de él. Siempre he vivido el ciclismo con gran pasión. Siempre fue lo que quise ser y parece que fue una apuesta ganadora. Tuve suerte de poder hacer de esto mi vida”, cuenta en un amplio reportaje en Maisfutebol.
 
Poder ver el ciclismo en pista por televisión, y el gran trabajo realizado en el Velódromo Nacional de Sangalhos le atrajo para probarse en pista, cuando era un adolescente. Esa adrenalina de la velocidad le orientó definitivamente a la madera, aunque no se puede desdeñar su valía en el asfalto, donde ya lleva tres temporadas con el Caja Rural con el que suele conseguir subir al podio todos los años.

Y es que en la pista, es uno de los baluartes del ciclismo luso, que en el actual ciclo olímpico conseguía por primera vez clasificarse para unos Juegos en las disciplinas masculinas, cuatro años después de que su compatriota Maria Martins abriese el camino. “Tuvimos una pequeña celebración, pero sin mucha euforia, porque había que seguir trabajando”. Pero sobre todo fue una compensación al trabajo realizado de cara a Tokio, “donde sufrimos una gran decepción a última hora”, al perder su clasificación en la última prueba.

Es curioso también que se refiriese en la web del COP a la buena memoria como otro de sus talentos… cuando reconoce que ha perdido la cuenta de las medallas conseguidas. “Cuando llego a casa, se las doy a mi novia”. Solamente a nivel europeo tiene siete, con tres títulos continentales en scratch (2020, 2022 y 2024).  Claro, la de Glasgow sí la recordará siempre. “Ser campeón del mundo es un sueño de infancia. Y más en una prueba como el omnium, que es quizás el evento más difícil a nivel individual. No aspiraba a una medalla de oro, pero sabía que si estaba en un buen momento tal vez podría luchar por el podio. Pero nunca pensé que tendría un dominio tan grande. Fue muy nervioso desde el principio, muy tenso para mí, para todo el personal, para mi entrenador, para los mecánicos. Pero me traigo muchos buenos recuerdos de ese día”.

Ahora llega París donde insiste que “no me gusta poner expectativas demasiado altas, porque será completamente diferente a las carreras que he estado haciendo, pero no sé en qué lo será, porque nunca he estado en unos Juegos”. Pero si la magia le acompaña…

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