Redacción / Ciclo 21
Si es que son así. Todo el rato a palos. ¿Qué salta una y la cogen? Va otra. ¿Qué cazan a esta? Por la derecha lo intenta otra. Y así. Ese es este ciclismo que tanto nos gusta. Hoy han sacado a relucir el manual de su manera de entender este deporte, que es que no hay tregua ni complejo. Es como que da igual lo que lleven, lo que queda y lo que vendrá. A tope. Hoy ha sido un espectáculo, y sí, la dureza la pone el terreno, pero sobre todo las ciclistas.
Nada como una victoria en el Tour para justificarlo todo, y hoy ese honor ha recaído en la francesa Cédrine Kerbaol, que ha hecho la jugada maestra poniendo en jaque por momentos a la líder Niewiadoma. No es que, realmente, se pueda decir que haya peligrado el liderato de la polaca, pero la del Ceratizit ha pasado de cuarta a 47 segundos, a segunda a 16, y eso, con lo que queda, es insignificante.
Porque nadie duda de que mañana todas van a intentar algo. Todas. Kasia reafirmarse para tener opciones el domingo con el final en Alpe d’Huez como gran ogro, Kerbaol medir sus opciones, Faulkner creerse lo que ya va creyéndose, Pieterse que está en la pomada, y a quien no hay que descartar es a Demi. La neerlandesa, después del batacazo de ayer -físico y mental-, hoy ha estado atenta y ha tenido arrestos para salir a lo que tenía que salir. Vale que los ‘datos’ que ha ofrecido hoy son los de ‘está ahí’, sin más, pero eso, después de tener el cuerpo a rascones y/o en carne viva, ya es un mucho.
Quedan dos días de aúpa. Mañana el Grand Bornand y pasado Glandon y Alpe d’Huez, así es que es como si dijéramos que ninguna está, todavía, en la posición que le toca. Ni Niewiadoma es líder líder, ni el podio es de Keabol o Faulkner, y ni mucho menos Vollering es décima. El minuto y diecinueve segundos que lleva de lastre no es demasiado, porque en los morlacos de los Alpes ya se sabe que cuenta tanto cómo de fuerte vayas tú, como el nivel de reventón de las demás.