Ben O’Connor ha disfrutado de verdad, pero hasta hoy, de lo que es ser líder de la Vuelta. Hace días que está sufriendo para seguir las ruedas de los que le atacan -Roglic, Mas- y hoy ha sido todo dolor. Casi en cada jornada, menos en Granada, cuando picó la bonificación, ha ido perdiendo tiempo respecto a los dos hombres que ansían su puesto y que siguen ocupando posición de podio. 1’54” se ha dejado en Ancares ante un Roglic desatado, que ha reventado incluso a un Mas que hoy ha tenido que tirar hasta de las pestañas para minimizar daños respecto al esloveno, porque nadie dijo que esta empresa no implicaba salir indemne de daños. La general, en todo caso, deja a Roglic ya con la diana más cerca, ahora solo a 1’21”, y al balear a 3’01”.
Y lo que está pasando, sin embargo, es lo que parecía, o debía ser, una consecuencia natural. O’Connor es un fenómeno, pero el esloveno y el español están demostrando mejores piernas y son tres semanas de competición que él no suele gestionar tan bien como los otros dos. Cuando el aún líder se vistió de rojo con aquella cabalgada de la sexta etapa, no pocos lo daban todo por hecho. He aquí que no. Y ha sido una cuestión de paciencia, la que tiene que seguir dominando, además, en las próximas etapas, porque caer, caerá. Un acoso y derribo que O’Connor está asumiendo que le van a dar, Roglic y Mas, y si no se cuela alguien más, que puede ser, porque quieren su tesoro.
Y si no, vean, porque las cifras hablan por sí solas. La ventaja de O’Connor después de la etapa de Yunquera que ganó y en la que se puso de líder era de 4’51” respecto a Roglic y 5’23” respecto a Mas. Eso en la sexta etapa. En la séptima, con final en Córdoba, el esloveno rascó seis segundos de bonificación y se quedó en 4’45”. En la octava etapa, la de Cazorla con victoria de Roglic, el corredor del Red Bull limó, ojo, 55 segundos y se situaba en 3’49”, mientras que Mas, que llegó con el esloveno pero este sumó la bonificación, repeló 46” al líder. Iban rascando.
Luego vino la jornada de Granada, la nueve, donde O’Connor quiso decir que estaba enchufado y luchó la bonificación de la tercera plaza, bien, vale, poniendo cuatro segundos entre él y sus rivales (3’53” con Roglic, 4’35” con Mas). En la etapa 10 con final en Baiona, no hubo cambios, pero al día siguiente, el miércoles, tanto Roglic como Mas volvieron a poner a prueba al líder y volvieron a recortar, ahora quedándose a 3’16” el esloveno y por debajo de cuatro minutos ya (3’58”) el español. En Manzaneda no se movieron en la 12ª etapa, y en esta 13ª, pues ya han visto. Estacazo y a seguir esperando nuevas etapas, que quedan y muy duras –tela el fin de semana…-, para sacar al líder de ese puesto. De hecho, había tantas voces que daban al australiano como vencedor como las hay ahora diciendo que no sale del Cuitu Negru, el domingo, de rojo.