Todavía no es una rueda a vigilar, al menos, él no lo siente como tal, pero cuando la carrera se ofrece al sprint, las tres últimas curvas parecen adaptarse perfectamente a sus pedalas, a su instinto, a sus ganas permanentes por intentar hacer algo grande. En esos momentos su mirada parece brillar, como la de un lobo cuando huele a su presa en la oscuridad. No importa que haya equipos World Tour de por medio. Carlos Barbero sólo entiende de velocidad. Ayer, tras Michael Matthews (Orica-GreenEdge) y Francesco Lasca (Caja Rural), ganador de la edición del año pasado, Carlos Barbero hincaba su rueda delantera en la foto finish en tercera posición de la Vuelta a la Rioja (1.1).
El joven corredor burgalés (22 años), flamante ganador de la Volta ao Alentejo, a pesar de no haber podido levantar las manos, se mostraba contento por la tercera posición lograda: “Lo que nos gusta a todos es ganar pero un podio en una carrera siempre es buena señal, me siento satisfecho por el hecho de demostrar mi regularidad, pienso que es una de mis cualidades”, destacaba.
De hecho, su sprint fue fruto de un estudiado trabajo de equipo: “Sabíamos que el Orica determinaría la carrera y ellos la han controlado en todo momento. Nosotros hemos conseguido meter a Mínguez en la fuga y ganar la montaña con él, pero si se llegaba al sprint, conmigo había una baza más”, explicaba con una sonrisa. Así, una vez fue neutralizada la escapada del día, las instrucciones se personalizaban para él, era su turno: “El Orica ha demostrado su potencial poniendo un ritmo fortísimo ,ha enfilado muchísimo el grupo y la última curva a 200 metros de meta la hemos dado súper fuerte y como hemos entrado en la curva hemos llegado”, explica entre risas, mientras parece visualizar aún esos últimos metros con el pulso aún inyectado en pura adrenalina.
Preguntado por su participación el día anterior en el GP Miguel Induráin, el eléctrico corredor burgalés no considera que la fatiga acumulada le hubiera obligado a gastar excesivas fuerzas extra: “bueno, está claro que el ganador no corrió ayer y que Lasca se retiró bastante pronto, pero yo hice la carrera de Induráin a tope sin pensar en el día siguiente”, explica con determinación, zanjando inmediatamente la razón:“los continentales no nos podemos permitir el lujo de bajarnos o pasearnos”. De hecho, aunque Barbero formó parte del grupo de 20 unidades que estuvo prácticamente compacto hasta a falta de 15 kilómetros a meta en la que se decidieron las primeras posiciones finales, él reitera que no hubiese determinado su posición final en la Rioja “aunque llevase más fatiga en el cuerpo”.
Pero Carlos obtuvo un premio mayor tras concluir la prueba. Además de la satisfacción de ver a su compañero Mínguez con el premio de la montaña, y de su tercer puesto en un podio junto a equipos del World Tour, Barbero se llevó un regalo muy especial de la Rioja; el reconocimiento de sus compañeros de oficio por su victoria en Alentejo: “Me ha dado la enhorabuena mucha gente, tampoco sería justo señalar nombres porque correría el riesgo de olvidar muchos, pero que corredores de equipos como Garmin, Movistar, Caja Rural, Burgos o Ecuador valoren el trabajo realizado es mucho más que halagador”, describe.
Fuente: Rafa Simón. Prensa Carlos Barbero