El corredor español Igor Antón (Movistar Team), disputará su tercer Giro de Italia y lo hará en un nuevo papel, como gregario del colombiano Nairo Quintana, “un líder claro y un valor seguro”, y confía en poder cumplir con su cometido en las etapas de montaña. El escalador vasco confirma que “el reto es grande” y que su objetivo es responder a sus exigencias y del equipo en el objetivo de ser podio o incluso ganar.
El Giro del Trentino le sirvió para dar un paso adelante, aunque terminó con un sabor agridulce por no poder poner la frutilla del postre con un mejor puesto en la general y acabó 11º. “La contrarreloj por equipos ya me dio confianza –Movistar Team se clasificó cuarto-, era importante porque también la tendremos en el Giro. Las dos siguientes etapas me encontré muy bien. El día del muro era perfecto para mí. El último día sentí un poco de pena porque no pude llegar al nivel de los dos días anteriores, tenía el podio en la mano, pero tuve un día malo y no pude rematar. En cualquier caso, me vino muy bien para ver mi nivel competitivo, con corredores que van a estar en el Giro, y me ha dado una confianza que me hacía falta después de Cataluña”, afirma.
Antes de Trentino, redescubrió Navacerrada. Se puede decir que en la sierra madrileña encontró su santuario. “La concentración en Navacerrada me vino muy bien. Me ha gustado mucho la verdad. Cada corredor y cada cuerpo es un mundo y me encontrado mejor que en el Teide, por ejemplo. Están Villalba y Segovia, y viene bien para desconectar. No he tenido malas experiencias, pero está más cerca y tengo buenos recuerdos. Se puede decir que he encontrado mi lugar. Me ayudó a enderezar un poco el rumbo porque no terminé del todo contento la Volta a Cataluña”, apunta.
En el Giro de Italia, será un gregario de Nairo Quintana en la montaña. “Es un líder claro, es el presente y futuro de este equipo. Tiene los pies en el suelo, sabe lo que cuesta todo y es muy agradecido. Y es exigente. Yo estuve con él en Tirreno y Catalunya. Siempre quiere ir más rápido, a más velocidad, nunca es suficiente”, destaca sobre el colombiano que está en boca de todos como uno de los candidatos al podio y a ganar la carrera rosa. “El reto va a ser grande. Tiene que ir con la mentalidad de que no conoce el Giro y que lo va a descubrir. Está entre los elegidos a luchar por la general y no se sabe hasta dónde llegará; sí ha demostrado que tiene capacidad para estar en el podio”, aclara Antón. Su rol será el de trabajar, como hizo en Tirreno y Catalunya. “No es algo nuevo porque en Euskaltel teníamos a Samuel, aunque sí tenía más libertad. Aquí Nairo es un valor aún más seguro hay que apostar a tope por él, no hay duda. Si él gana y yo he podido estar ahí, cerca de él en la montaña, sería una pasada, disfrutaría muchísimo como si hubiera ganado. Sería una gozada de verdad”, asegura.
Antón vivió un momento mágico en 2011, cuando venció en el Zoncolan, y por delante de Contador –luego descalificado-, Nibali, Scarponi y Menchov-. Sabe que repetir un triunfo de etapa será casi imposible por estar dedicado a Quintana. “Fue la victoria de más nivel de mi carrera, aunque la más sentimental sea la de Bilbao (en la Vuelta a España de 2011). Tengo muy buenos recuerdos, de disfrutar. El ambiente que envuelve la carrera me gusta más que el del Tour, lo siento como un ciclismo más auténtico y puro. Si se presenta la oportunidad por supuesto que la trataré de aprovechar, pero no voy con esa intención. Me quedaré satisfecho si puedo dar mi nivel en ayudar a Nairo y al equipo en la montaña y seleccionar el grupo en las etapas duras. Y si él remata, me sentiré aún mejor”, asevera.
De hecho, las victorias en el Zoncolan y en Bilbao son las últimas de su palmarés. “Sí que pienso en ello –admite-, claro que me gustaría volver a levantar los brazos, tener esa gloria, que es única, aunque sea en una carrera menor. Es algo que quiero y que me hace ilusión, pero tampoco me obsesiona. Hay muchas formas de disfrutar del ciclismo sin tener que ganar aunque sí es cierto que es lo que más te llena. En el Giro será difícil porque mi rol cambia y tendré que gastar fuerzas que me podrían hacer falta en otros momentos. Pero lo tengo asumido. En Trentino tuve una pequeña oportunidad; sin embargo, ese salto de ganar es el más difícil. Nunca he sido un corredor que necesite ganar, no he tenido esa ambición o esa necesidad. Prefiero conseguir el sentirme realizado y aportar lo que el equipo me pida en cada momento”, explica.
Será su tercera vez en la carrera rosa, debutó en 2005, su primera ‘Grande’, y volvió en 2011. “El Giro es complicado, hay que ir etapa a etapa. Hay días y rivales muy duros, un buen ramillete de veteranos que no nos lo van a poner fácil. Hay que salvar los días malos y aprovechar los buenos. Y siempre presenta trampas, encerronas, hay que estar siempre atento, no es como en el Tour que depende más de la condición física, aquí influye también la concentración”, señala.
Tras el Giro de Italia, las posibilidades en su calendario son amplias. “Hay muchas opciones, hacer después Dauphiné o Suiza o descansar y preparar la segunda parte, depende de cómo terminemos el Giro. ¿La Vuelta? Primero hay que hacerlo bien en el Giro y entrar en el equipo de la Vuelta no es sencillo. Es lo bueno y malo de este equipo que hay mucha competencia para elegir corredores, como en el Giro que alguno que se lo merece se quedara fuera. O quizá podría conocer otras carreras, como las de Canadá, es algo que me apetece”, puntualizó.
Fuente: Giuseppe Acquadro