“Hoy no me busquéis en el pelotón, que no me vais a encontrar”, susurró con timidez pero determinado en su propósito. Lo comunicaba durante la reunión de equipo, en la salida de la segunda etapa del Tour de Japón (2.1), la prueba más importante del calendario Nipón, sobre todo para su equipo, el Matrix. Dicho y hecho, Airán Fernández, atrapaba la fuga buena y con premio final: el maillot de la montaña era suyo.
Al finalizar la etapa, Airán combinaba jadeos con satisfacción: “no me lo esperaba, era muy difícil coger la fuga y más en este nivel de carrera, pero al final me ha salido bien”, explicaba aún apoyado sobre el manillar mientras su vientre aún iba y venía bajo su maillot recuperando aire.
Ahora la tarea será más complicada; mantener el liderato en la montaña: “gran parte de los puntos se juegan mañana y no sé si podré estar en la fuga, aun que sin duda me gustaría defenderlo”, explicaba dubitativo.
Enseguida, en medio del barullo de la línea de meta, entre los pitidos de las motos y las preguntas de los periodistas en ese lenguaje todavía incomprensible para él, sus compañeros se acercaban para felicitarle, entre ellos Benjamí Prades, el hombre del equipo para la general: “¿Que fuerza tienes tío!, además de la escapada has tenido la garra de echarme una mano cuando he pinchado a falta de cinco kilómetros, ¡muchas gracias!”, le señalaba agradecido entre palmadas.
Tras la celebración en el podio, el apoyo era correspondido por sus otros compañeros de equipo: “están muy contentos por el maillot, el único problema es que Benjami Prades, nuestro hombre para la general, ha perdido segundos muy valiosos por el pinchazo”, repetía preocupado.
Sin embargo, en el equipo japonés, la satisfacción impera: “es la prueba más importante para el equipo con diferencia, así que están súper contentos, además Sebastián Mora ha conseguido entrar en séptima posición”, explicaba.
Ahora, el siguiente paso del corredor catalán representado por velofutur japan será mantener un maillot en una prueba representativa de un ciclismo diferente, el que se ha ido encontrando hasta llegar aquí: “las carreras van un poco más descontroladas que en el ciclismo español y eso me gusta, suelen ser carreras no muy largas.. de unos 100km mas o menos. Hace poco corrimos en Gunma, una carrera de repechos, que era en un circuito de coches.. allí conseguí irme del pelotón y terminar séptimo, las otras eran bastante llanas y siempre he intentado ayudar a Mora en el sprint”, relataba.
Mientras es acompañado por sus auxiliares, siempre aferrado a su maillot rojo, su cuerpo ya le va pidiendo descansar, aunque su mente ya trabaja en el día siguiente: “quiero defender el mallot y ayudar a Benjamí a que esté lo más arriba posible en la general del Tour de Japón, y a Mora en el sprint del último día en Tokyo”, apuntaba mientras le despegaban a duras penas de su maillot para abrigarle con ropa seca.
Tras el Tour de Japón, vendrán nuevos retos: “haré Tour de Kumano y Tour de Korea, ahí ya iré más rodado e intentaré luchar alguna etapa”, señalaba determinado. Pero antes está la tercera etapa de mañana y el masaje. Un gran premio a su esfuerzo. El problema lo tendrá Manuel, su padre, que de nuevo pasará la noche en vela para seguir la etapa en directo.
Fuente: Rafa Simón. Prensa Airán Fernández