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Las heridas de Malori © Movistar
Uno de los favoritos para la contrarreloj individual de 42 km entre Barbaresco y Barolo que deberá comenzar mañana a aclarar la general del Giro de Italia, Adriano Malori dio a la vez el gran susto y la lección de coraje de Movistar Team en la 11ª etapa -una de las más largas, con 249 km desde Collecchio hasta Savona- y quizás de todo lo que va de Corsa Rosa. El italiano cayó junto a varios corredores en una de las embarradas cunetas del Passo delle Cento Croci (2ª), primera dificultad de una etapa siempre a altísimo ritmo -acabó con casi media hora de adelanto- y de continuos ataques y alternativas.
Con grandes molestias y, sobre todo, abrasiones que cubrían todo su costado derecho, el italiano volvió a la bici, se reintegró en el pelotón, trabajó como acostumbra por Nairo Quintana hasta el Naso di Gatto (2ª), la dificultad más peligrosa del día a sólo 28 kilómetros de la conclusión, y se dejó caer hasta la grupeta, con la que concluyó, tranquilo pero dolorido, una jornada que con tan sólo completar ya es heroica para el de Parma.
Por delante, los favoritos dieron alcance -tras un impulso de Androni, uno de los equipos que no entraron en una fuga de 14 hombres que inicialmente fue de 23 y en la que figuró durante varios kilómetros José Herrada– a los atacantes en la última subida, a costa de menguar el pelotón a escasas cuarenta unidades entre las que se ubicaron, en su mejor prestación colectiva del Giro, cuatro azules. El propio Herrada, Jonathan Castroviejo e Igor Antón acompañaron a un Nairo Quintana que pasa a ser 8º en la general y luchará mañana por contener las diferencias con el líder Evans (BMC) en una CRI trascendental, como informa el equipo navarro.
