5ª Tour Francia: Triunfo de Boom y golpe de Nibali en el infierno

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El ataque decisivo de Boom © ASO

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

No hubo ducha fría en el velódromo para Lars Boom y Vincenzo Nibali. No la hubo porque en Arenberg no hay velódromo. Hay torres mineras y, ¡oh sorpresa!, hay lluvia. Y barro. Y drama. También hay en Arenberg, aunque eso ya lo sabíamos, héroes. Vencedores y vencidos. Y ciclismo. Mucho ciclismo. Ciclismo del bueno. Ciclismo en mayúsculas. Todo eso lo saborearon, mejor o peor, los grandes nombres del Tour de Francia, que nos dejaron un espectáculo dantesco de camino a la entrada del bosque de Arenberg. Todos menos uno. Todos menos un Chris Froome que, física y mentalmente, no pudo superar las tres caídas sufridas en menos de 24 horas.

La temida y esperada etapa adoquinada del Tour de Francia 2014 cumplió todas las expectativas que se suelen tener estos días. Comenzó con ese dramatismo que sólo los aficionados a este deporte, siempre enfrentados y apasionados, le pueden dar a la decisión de la organización de amputar los tramos de Mons-en-Pévèle y Orchies à Beuvry-la-Forêt. Y siguió, grandiosa, con la lluvia embarrando campos y transformando adoquines en trampas mortales. Y terminó, apoteósica, con una pelea preciosa entre un triunfador Lars Boom y un también triunfador Vincenzo Nibali. El holandés, por fin, se confirma en la ruta con un triunfo de calibre. De los gordos. El italiano, tatuándose un poco más en la piel el amarillo que, eso seguro, va a defender como un titán.

No había pisado el pelotón el primer adoquín. Pasó, de refilón y sin mirar, por las calles de Roubaix y cerca del velódromo. Sí, con mayúsculas. Ese al que, cuando unes en una frase el nombre de la ciudad y la instalación, todo el mundo sabe a qué te refieres. Comenzaban a pelearse los grandes nombres para coger un buen sitio a la cabeza de un pelotón que ya respiraba en la nuca de los intrascendentes fugados iniciales. Ocurría todo eso y Chris Froome se iba al suelo por segunda vez hoy y tercera en 24 horas. Dolorido su brazo. Hundida su moral. Se subía al coche del equipo sin quitarse el casco. Mucho en lo que pensar. Quizá, sólo quizá, maldiciendo no haberse traído a su vera a Sir Bradley Wiggins para ayudarle en esta particular visita turística al Infierno.

No sería el único en besar el suelo. Muchos lo harían a lo largo del día. Alejandro Valverde, que andaba relativamente bien colocado poco antes del primer tramo adoquinado, también cayó. Movistar se paró en bloque e inició la caza. Volvería a contactar el murciano, pero no conseguiría situarse de nuevo en posiciones delanteras y eso, en estos terrenos, se paga. Y se paga caro.

Al final, las cosas como son, nadie echó en falta los dos tramos anulados. En todo caso, si preguntáramos ahora, quizá a Nibali no le hubieran importunado demasiado. Alberto Contador, su máximo rival tras el adiós de Chris ‘Crash’ Froome –un mote que seguro que será recuperado por la prensa británica en las crónicas de mañana–, iba literalmente cuadrado. Aterrorizado más bien. Lo que vimos hacer al pinteño en los primeros tramos de piedras sobrepasaba a todas luces la frontera de la prudencia para adentrarse, y mucho, en el del miedo y la falta de pericia y experiencia en un terreno en el que, quizá, haya echado en falta esos kilos que a otros les sobrarán en la montaña. Luego, más tarde, llegaría –quizás– la pájara. La falta de fuerzas por no comer, pero el resultado final habría sido, más o menos, el mismo.

Por delante, Vincenzo Nibali iba pasando tramos. Los superaba sin problemas. Uno menos. Otro. Y otro. Sin pinchazos. Sin caídas. Sin sustos. Con esa flor en el trasero que siempre acompaña a los campeones. La que se ha marchitado entre los magullados glúteos de Froome. Y no sólo los pasaba sin pena ni gloria, que es lo que se podría haber esperado. El Tiburón aceleraba y seleccionaba. Van den Broeck. Mollema –liquidado también por su propio equipo–. Talansky. Costa. Todos iban desapareciendo.

Sep Vanmarcke, que no abandonó esa mala suerte que le persigue desde el inicio de la temporada y que evitó que fuera el más laureado de la primavera, se averió. Él no, que de motor vuelve a ir finísimo, sino su bicicleta. ¡Hasta Fabian Cancellara! El Expreso de Berna tenía que claudicar ante unos Nibali y Boom realmente desbocados. Acelerando en cada tramo.

La llegada de Boom © ASO

Finalmente, el holandés hizo valer su experiencia y, superado el último trecho infernal, aceleró para irse solo a por el triunfo. Aumentó la velocidad pasando entre los pilares del derruido Pont Gibus. Fue una preciosa pelea. Un bonito epílogo a una etapa para recordar. Tremendas las imágenes y la repercusión del día. Inolvidable el espectáculo.

Ahora, centrándonos en la pelea por la general, tenemos a un Nibali majestuosamente vestido de amarillo. Con un Kwiatkowski –ojo al polaco– a 50” aguantando, como único rival de los considerados fuertes antes del inicio en Leeds, dentro del minuto. Con un Van den Broeck que se aprovechó de la experiencia de su equipo en este complicado terreno a menos de dos minutos (1:45). A un Richie Porte que, ahora sí, tiene que asumir los galones y el peso de la superpotencia Sky (a 1:54). A un Valverde que salvó el día mejor de lo que parecía que iba a ser posible al principio (a 2:11). A un Van Garderen que también supo lo duro que es el suelo del norte francés (a 2:11). A un Rui Costa que no pudo hacer brillar su arco iris bajo el encapotado y plomizo cielo de julio (a 2:11). A un Bauke Mollema al que alguien le tendrá que explicar (pese al triunfo de Boom) si el cometido de Belkin en este Tour es llevarle a él al podio o ganar etapas (a 2:27). Y, por detrás de todos ellos, a un Alberto Contador que tendrá muchísimo sobre lo que pensar y todo un libro de ruta que estudiar para marcar en rojo los lugares donde atacar al resto (a 2:37). Y, por qué no, a unos Mikel Nieve y Haimar Zubeldia que no han dicho, ni mucho menos, adiós a sus opciones. Purito Rodríguez y Dani Navarro -el jefe de filas del Cofidis- perdían más de 22 minutos.

Todavía en shock por la minutada concedida por un Contador incapaz hoy, muchos se apresuraron a augurar una pronta revancha en las cumbres de los Alpes y los Pirineos, pero lo único cierto a estas alturas es que, mucho más fresco tras no mostrarse tan bestialmente en las citas previas, Vincenzo Nibali no se antoja un corredor al que el de Pinto vaya a poder meterle esos cerca de tres minutos tan fácilmente como pudieran pensar muchos.

El Tour, por supuesto, no ha terminado. Todo lo contrario. Acaba de comenzar. Está casi todo por escribir. Acabamos de cerrar el primer capítulo que se ha saldado con la muerte en combate del líder de la manada, lo que deja una carrera mucho más abierta por delante. Sin Froome perdemos una referencia (que no un referente) y, seguro, ganamos un guión mucho más imprevisible.

Tras la etapa de Arenberg, todo aquel que quiera quitarle el amarillo a Nibali, deberá de pasar al ataque. La única conclusión clara tras la etapa de hoy es que la montaña en este Tour va a ser apoteósica.

La 6ª etapa en la Guía del Tour de Francia de Ciclo 21

GALERÍA DE FOTOS

Balances equipos: Movistar / Omega Pharma / Giant / Tinkoff / Astana / Lotto / fdj.fr / BMC / Sky / Trek /

Puntos TOP Ciclo 21: Alejandro Valverde, 8 (primer español etapa GV)

DECLARACIONES

-Lars Boom: “¡Ha sido una etapa increíble! Durante años, he soñado con una París-Roubaix lluviosa y ha tenido que ser el Tour de Francia quien lo ha hecho realidad. Además, exactamente nueve años después de la última victoria de un neerlandés en el Tour (Pieter Weening, Gerardmer), con lo cual esta victoria es muy especial para mí. Ha sido el triunfo más hermoso de mi carrera. Ha llovido durante todo el día y la calzada estaba verdaderamente resbaladiza. La carrera ha sido una locura en lo que se refiere a las caídas, pero he logrado rodar delante y evitar los problemas. Después del octavo sector, el pelotón se ha fraccionado y le he pedido a mi compañero de equipo Sep Vanmarcke que subiera un poco más el ritmo. Nos hemos descolgado pero Nibali se ha mostrado también muy fuerte, ha elegido una buena táctica. Esta mañana, cuando he visto el tiempo, me ha dado por sonreír. Me he sentido bastante relajado y confiado. En la última curva, cuando me he girado y he visto que iba a ganar, me ha invadido una sensación maravillosa. No me ha acompañado precisamente la suerte esta temporada, con la fractura de codo. Esta victoria es lo que necesitaba para mi carrera.”

-Vincenzo Nibali: “Estoy satisfecho con la etapa. Ha sido un día muy estresante, una carrera difícil. Ni siquiera he pensado en el maillot amarillo, me he mantenido concentrado en rodar lo mejor posible. Me siento en forma. Me había preparado a conciencia para esta etapa, pero el clima era muy distinto cuando vine a hacer los reconocimientos. También ha sido muy diferente a lo que viví durante la etapa de las ‘Strade Bianche’ del Giro d’Italia (en 2010, cuando perdió el maillot rosa). Hoy he controlado la bici mucho mejor, aunque el terreno estaba terriblemente resbaladizo. Algunos de mis compañeros de equipo se han caído, pero al final hemos podido hacer un buen trabajo de equipo de la mano de Jakob Fuglsang y Lieuwe Westra, que se había unido a la fuga con el objetivo de ayudarme en el tramo final de la etapa. No pensé que podría sacarle tanta ventaja a Contador hoy… Pero hay que mantener la calma y los pies sobre la tierra. Queda un largo camino por recorrer, con mucha montaña. Y todo el mundo ha visto que nadie está a salvo de las caídas.”

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