El auge de la práctica del ciclismo entre el común de los mortales y el uso de las redes sociales durante la retransmisión de cualquier evento deportivo han permitido que cualquier detalle, por mínimo que pueda parecer en un primer momento, se convierta rápidamente en hecho noticiable. El problema, claro, viene cuando la inmediatez y la imposibilidad de contrastar fuentes o, simplemente, la opinión mayoritaria (aunque infundada) inclina la balanza de la opinión pública hacia una conclusión errónea.
Algo así sucedió ayer en los minutos posteriores a la caída y abandono de Alberto Contador. Entre los aficionados existe, cada vez más, un muy profundo conocimiento de los materiales usados por los ciclistas profesionales. Por ello, una foto en la que aparecía una bicicleta con el dorsal 31 (el de Contador) con el cuadro completamente roto, no tardó en hacerse viral. Muchos especularon con la posibilidad de que el de Pinto se cayese a causa de una rotura previa de su montura y no por los motivos esgrimidos en la versión oficial. Por fortuna, la enorme presencia de reporteros gráficos en el pelotón permite, pasados los primeros momentos de dudas, confirmar o desmentir esas primeras informaciones.
Eso ocurre ahora con la cuestión de la bicicleta de Contador. Las imágenes demuestran que, efectivamente y tal y como aseguraban los responsables de su equipo, la bicicleta que aparece rota en la famosa imagen viral, no era la que estaba utilizando Contador en el momento de su caída. Como se puede comprobar en las imágenes que acompañan esta noticia, las dos monturas son distintas y, sobre todo, la que aparece en el suelo -la McLaren de Nicolas Roche con el dorsal 37– junto al corredor en los primeros segundos tras su caída (nótese que no había llegado todavía el coche médico) no tiene el cuadro roto. El madrileño cambió la bicicleta con su compañero irlandés previamente -sin explicación oficial- y según fuentes del equipo la suya con el dorsal 31 se cayó de la baca del coche del Belkin -que la recogió en el momento de accidente del madrileño- y fue arrollada por otro vehículo seguidor.
La última novedad- y que por fin parece aclarar y confirmar el asunto- es la galería de imágenes captada por el mecánico del Lampre, Enrico Pengo, y que publica tuttobici. En ella se ve cómo se cae -ya partida- la S-Works de Contador de la baca del coche del conjunto holandés.
Roche desmiente a las imágenes
Y, pese a que las imágenes, como hemos dicho, parecían dejar bien claro que el madrileño no había roto su bicicleta antes o durante la caída, ha sido el irlandés -y compañero de equipo de Contador- Nicolas Roche ha desmentido todo este razonamiento en declaraciones al dirario Independent.
Según el corredor del Tinkoff-Saxo la historia habría comenzado algunos kilómetros antes, cuando «rodábamos cerca de la cabeza del pelotón a unos 70 kilómetros por hora sobre una recta bastante larga. Alberto [Contador] intentó coger algo del bolsillo trasero de su maillot y metió la rueda en un agujero de la calzada. No fue capaz de controlar la bicicleta con una sola mano y cayó con la cabeza por delante. Yo iba unos puestos por detrás de él y frené de inmediato, pero a la velocidad a la que íbamos conseguí parar a unos 50 metros de él», explica el hijo de Stephen Roche.
Lo que sucedió después, según su versión de primera mano es que «corrí hasta donde estaba tumbado [Contador] y, mientras le ayudaba a levantarse, me di cuenta de que su bicicleta estaba rota y que tenía una herida que sangraba bastante en la rodilla. La herida tenía mala pinta, pero como corredor mi instinto fue, simplemente, el de darle mi bicicleta y animarle a seguir. ¡Coge mi bicicleta, vamos, vamos!, le dije, pero él me respondió que no sabía si podía seguir. Símplemente, inténtalo, le constesté».
Una vez que Contador se subió a la montura de Roche y siguiese su camino, «esperé en la cuneta y parecía que toda la carrera me estuviera pasando. Había coches y corredores por todas partes, así que cogí la bicicleta rota de Alberto en una mano y me intentaba hacer ver con la otra preocupado de que el coche de equipo no me viera en todo ese caos. Cuando Riis y el mecánico me dieron mi bicicleta de repuesto no me habían oído por la radio y no sabían nada de la caída de Alberto».
Roche continua su relato diciendo que «cuando estaba intentando alcanzar de nuevo al grupo, volví a pasar a Contador. Estaba parado de nuevo. Esta vez estaba siendo atendido por los médicos y el mecánico unos dos kilómetros más adelante de donde se había producido la caída. Me paré unos 200 metros más adelante para esperarle y ayudarle».
Así pues, con esta explicación del corredor irlandés, la versión del Tinkoff-Saxo según la cual la bicicleta de Contador se habría roto al caerse de la baca del coche y ser atropellada por el de otro equipo estaría, de nuevo, en entredicho.