Cadel Evans se retirará en febrero

LA ÚLTIMA VICTORIA DE CADEL EVANS

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Cadel Evans, tras ganar el Tour de Francia

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

El australiano Cadel Evans, jefe de filas del BMC en el pasado Giro de Italia, ha decidido dar por finalizada su carrera deportiva de alto nivel. Según publica en su edición de hoy el rotativo italiano La Gazzetta dello Sport, el primer y hasta ahora único australiano que ha ganado el Tour de Francia ha tomado la decisión de colgar la bicicleta el próximo mes de febrero en su Australia natal tras tomar parte en la primera edición de la Great Ocean Road Race, pocos días antes de cumplir 38 años.

Como suele ocurrir en los corredores que llegan a Europa desde el ‘Down Under’, Evans no destacó en sus primeros años en la ruta, sino que su transformación se produciría ya más maduro. Contrariamente a lo que ha sucedido con muchos de sus compatriotas, Evans no destacó en la pista, sino que lo hizo en BTT, especialidad en la que consiguió imponerse en dos ocasiones en la Copa del Mundo (1998 y 1999) y ser séptimo en los Juegos Olímpicos de Sydney en el año 2000.

Fue poco después de esa cita olímpica cuando Evans decidió pasarse a la categoría más mediática en la que su progresión, aunque relativamente lenta, le llevaría a conseguir las cotas más altas posibles de éxito. Esa decisión le llevó a ingresar, de la mano del médico Michelle Ferrari y Tony Rominger en el Saeco italiano (2001) desde donde pasaría al Mapei (2002), Telekom (2003 y 2004) y a la estructura del Lotto (2005-2009).

Fue en el equipo belga donde Evans se destapó como uno de los mejores corredores de vueltas por etapas de su generación. En su tercera temporada (2007) con el conjunto de la lotería acabó el año como número uno del UCI ProTour gracias, entre otras cosas, a su primer puesto de honor en el Tour de Francia, donde acabó segundo tras Alberto Contador un puesto que repetiría un año más tarde aunque, en esta ocasión, superado por el también español Carlos Sastre.

En 2009, su último año en el Silence-Lotto, no estuvo fino en el Tour (acabó 30º), se colgó el bronce de la Vuelta a España y, como gran colofón, se vistió con el maillot arcoíris en Mendrisio.

Su primer año en el BMC Evans sufriría la ‘maldición del arcoiris’ ya que tras vencer en la Flecha Valona su temporada se desdibujó y no pudo estar con los mejores en las grandes citas, algo de lo que podría resarcirse en 2011 cuando, por fin, obtuvo la recompensa que buscaba desde hacía años y se subía a lo más alto del podio de los Campos Elíseos de París.

Todavía tendría tiempo Evans de subirse al podio de una gran vuelta al acabar tercero en el Giro de Italia de 2013, consiguiendo de esta manera obtener puestos de honor en las tres carreras de tres semanas del calendario, algo al alcance de muy pocos.

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