10ª Tour Francia: Segunda de Kittel antes de la CRI

La segunda de Kittel / Foto Tour

Fernando Ferrari / Ciclo 21 /

Tras la casi inocua contrarreloj por equipos y dos etapas de montaña pirenaica, llega mañana otra de las citas puntuales de cada gran vuelta, la crono individual. Disciplina inherente a una prueba de gran fondo como el Tour y causante de muchos maillots amarillos en París. Y la majestuosa e idílica abadía de Le Mont Saint-Michel albergará la meta de este apasionante duelo que no despeja dudas. Y el líder, Chris Froome, como en la salida de Córcega, vuelve a asumir el papel de gran favorito entre todos los aspirantes. Es el mejor en todos ellos y más sobre los 33 kilómetros prácticamente llanos que le van a propulsar desde una rampa de salida de la que sadrá el último, con la añadida ventaja que ello supone. Todo ello después de una clásica etapa de transición, con una larga fuga -con los españoles Maté y Oroz-, su neutralización en los kilómetros finales y el inevitable sprint en el que Kittel firmó su segundo éxito por delante de Greipel y Cavendish.

Todos los analistas coinciden en que Froome saldrá del insular enclave con un amarillo mucho más sólido. Parte con 1:25 de ventaja sobre Valverde y a partir de ahí el resto, por lo que no es desdeñable que afronte la duodécima etapa con una renta superior a los dos minutos sobre todos ellos, un colchón amplio para el final de la semana el domingo en las rampas del lunar Mont Ventoux. Y aquí no hay equipos que valgan. La aparente fragilidad del Sky mañana está fuera e juego y ahí sabe Froome que tiene que explotar todas sus condiciones de especialista y en gran forma. El resto de rivales -si nos ceñimos a los españoles Valverde (2º), Contador (6º), Purito (9º) y Nieve (11º)– se dedicarán a aplicar el mismo esfuerzo, pero con objetivo contrario, es decir, perder el mínimo tiempo posible con el presunto vendaval Froome. Una sensación parecida a la vísperas de cuando Miguel Indurain en sus Tours victoriosos (1991-95) disponía de semejante reto por delante.

Las referencias a tomar son las de la pasada cuarta etapa del pasado Criterium de Dauphiné, en la que Froome, sobre la casi idéntica distancia de 32,5 kilómetros, fue superado por el aleman Tony Martin -favorito para mañana si ha recuperado de su caída- y el fenómeno australiano Rohan Dennis, al que Vaughters, director del Garmin, le mandó para casa en este Tour tras estimar que ya había aprendido bastante. Aquella jornada, celebrada hace un mes y cuatro días- Froome le dio un repaso a los que serán sus rivales. Alejó en casi 3 minutos a Contador y lo mismo casi a los otros españoles protagonistas, Valverde y Joaquim Purito Rodríguez. Una losa que de repetirse les condenaría casi a no poder aspirar a lo mas alto de los Campos Elíseos. La incógnita es si mañana se repetirá la historia, los españoles y demás rivales han mejorado en este mes o si Froome acusa el desgaste de los ataques sufridos el domingo por Movistar. Es el aliciente que tendrá la contrarreloj, uno de los días decisivos de esta edición.

Maté y Oroz, en la fuga del día / Foto Tour

De ahí que el décimo trayecto del Tour fuera un medio descanso para los que mañana aprieten todos sus músculos. La llamada etapa de transición que casi nunca rompe el guion y que siempre acoge una fuga de los desperdigados por los Pirineos. Hoy supieron encontrar el hueco correcto los españoles Luis Ángel Maté -que acaba de renovar dos años con Cofidis- y Juanjo Oroz -quizás para compensar las malas nuevas sobre el Euskaltel-, acompañados de los franceses Jerome Cousin (Europcar) y Julien Simon (Sojasun) y el holandés Lieuwe Westra (Vacansoleil). Buena compenetración para rodar juntos desde el km 2 hasta el 191 y caer en la ley del pelotón, tirado por Omega, Argos, Lotto y Orica fundamentalmente para provocar lo que fue el desenlace definitivo.

Un epílogo agridulce para el Argos holandés con la victoria de Kittel, la segunda, y la caída-derribo de Veelers -el exfarolillo rojo del Tour- por un bandazo de Cavendish en los últimos 100 metros -luego pidió perdón en twitter-, que no pasó a mayores para la integridad física del holandés al que el propio Kittel, en un gran detalle, al volver a la zona del sprint donde cayó para interesarse por su estado. Una etapa de las que provocan la siesta entre los menos ciclófilos, pero que también forman parte de la historia de todas las ediciones.

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