Anna Sanchis ha regresado a España tras la disputa del Giro Rosa, una de las pruebas por etapas más importantes del calendario internacional, en la que ha terminado en decimosexta posición.
«Vengo muy cansada. La carrera ha sido muy disputada y el nivel muy alto. Ahora sólo quiero descansar», decía la corredora al aterrizar en el aeropuerto de Manises (Valencia), acompañada de su padre, el ex profesional Salvador Sanchis.
La valenciana, líder del equipo Bizkaia-Durango, se ha clasificado al final decimosexta, tras perder tres puestos en la séptima y última etapa, una contrarreloj individual de 16 kilómetros, completamente llana, terreno en el que la ciclista de Xàtiva, pese a ser campeona de España de la especialidad, encuentra su mayor hándicap frente a las mejores rodadoras del mundo.
«El recorrido de la crono no me venía nada bien y además me encontré muy cansada. El esfuerzo de las tres etapas de montaña, en las que me entregué a tope, y seguramente el cambio de desarrollos, me pasaron factura«, comentaba la corredora.
Sanchis fue de menos a más en la ronda italiana, y encontró en su terreno, la montaña, el mejor aliado para escalar posiciones en la general, hasta alcanzar la decimotercera plaza tras la disputa tres etapas seguidas de singular dureza orográfica. Lejos, no obstante, del séptimo puesto que la valenciana consiguió en esta misma carrera en 2008.
«Quizá llegué un poco verde al arranque de la prueba. Entre los estudios y los problemas de alergia que he pasado, la verdad es que no pude alcanzar mi mejor estado de forma. Así y todo, estoy contenta con mi actuación. Fui encontrándome bien con el paso de los días y en mi terreno, la montaña, acabé encontrándome muy a gusto», concluye la mejor ciclista española de la actualidad, como recoge la RFEC.