En sólo ocho ediciones disputadas, el Tour de San Luis se ha convertido en «la prueba por etapas más importante de Latinoamérica», según su organización. «No ha sido un milagro, y mucho menos una casualidad, sino el resultado de un trabajo perfectamente realizado que comenzó cuando en 2006 Alberto Rodríguez Saá, el antiguo gobernador de San Luis, presenció por casualidad el final del Tour de Francia en París y, maravillado con el espectáculo de los ciclistas en los Campos Elíseos, quiso trasladar la idea a esta provincia argentina», explican. Claudio Poggi, su sucesor al frente del gobierno, ha continuado su obra y por eso el Tour de San Luis puede presumir en tan escaso periodo de tiempo de ser la prueba más importante de América Latina.
Además del trabajo que desde el primer año ha venido realizando la entusiasta organización de San Luis, la clave del éxito quizás la tengan dos personas: Giovanni Lombardi, el asesor deportivo de la carrera y quien se encarga desde la primera edición de la contratación de los equipos y las figuras, y Roberto Coca, el asesor técnico.
“En 2007, con motivo de la primera edición, la Unión Ciclista Internacional me envió al Tour de San Luis como comisario”, explica Coca. “Como es lógico en una prueba nueva, había cosas mejorables y Gabriel Curuchet, el presidente de la Federación Argentina, y Lombardi, que me conocía por mi trabajo en la Vuelta a Castilla y León, me hicieron una propuesta para que les ayudara y empezara a formar parte del equipo”.
Desde entonces, Coca lleva junto a Andrés Martínez, el director de la carrera, los aspectos técnicos. “Un par de veces al año viajo a San Luis para diseñar los recorridos”, explica el comisario internacional español y presidente de la Federación de Castilla y León. “El Gobierno de San Luis nos dice desde dónde deben salir y a dónde deben llegar las etapas y nosotros diseñamos los trazados y hacemos la Guía Técnica”.
El éxito no ha tardado en llegar gracias, en buena medida, al conocimiento y a la experiencia en suelo europeo de Roberto Coca, que ha transferido ese ‘know-how’ (todo su saber hacer) a la organización de San Luis: “Muchas carreras, incluso de Europa, quisieran tener la participación que habitualmente tiene el Tour de San Luis”, dice quien todos los años también se encarga de los aspectos técnicos de la Vuelta a Castilla y León y, en 2014, del Campeonato del Mundo de Ponferrada. “Pero tenemos que reconocer que, desde el Gobierno de San Luis, nos dan todas las facilidades para hacer nuestro trabajo”.
Nadie mejor que Roberto Coca, por tanto, para hablar de los recorridos. “Puesto que la carrera se disputa en el mes de enero, nos encontramos con un dilema: los equipos europeos están comenzando la temporada, luego no están al máximo, y no podemos excedernos en dureza. Sin embargo, el organizador quiere que, como es lógico, sea una carrera exigente. Así, no nos queda otro remedio que buscar el espectáculo poniendo finales en alto, pero sin excesivos puertos y metros de desnivel”.
Coca disecciona el trazado del Tour de San Luis 2015. “Tiene tres llegadas en alto, tres etapas para velocistas y una contrarreloj”. Hay una etapa, sin embargo, que destaca sobre las restantes: la que finalizará, a un día del final, en la cima de Filo Sierras-Comechingones. “Está 7 km más arriba del Mirador del Sol”, donde en los últimos años estaba la meta de la etapa reina. “Es un final espectacular, pero la etapa es corta -117,5 km- y sin dureza previa. En mi opinión”, continúa Roberto Coca, “el Tour de este año se decidirá en esa etapa y en la contrarreloj”, que se disputará un día antes sobre 17,4 km.
Desde que en 2007 se disputó por primera vez, la radio-Vuelta, el vallado, las pancartas, los transponders, los hoteles y la foto-finish, entre otras muchas cosas, han ido mejorando. También los vehículos que se ponen a disposición de los equipos. “Aplicamos estándares europeos”, explica Coca. Este año, además, la cadena ESPN retransmitirá en directo los finales de carrera.