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Lance Armstrong considera que está llegando el momento en el que debería ser perdonado por haberse dopado y por sus mentiras, aunque admitió a la BBC que él lo volvería a hacer. En su primera entrevista en dos años, el exciclista estadounidense de 43 años buscó clarificar rápidamente esta afirmación. «Si estuviera corriendo en 2015, no, no lo haría porque no creo que lo tengas que hacer», dijo. «(Pero) si regresara a 1995, cuando el dopaje estaba completamente generalizado, probablemente lo haría otra vez«.
La entrevista de Armstrong con la BBC fue desafiante, franca y, por momentos, impactante. Para él, su confesión tuvo consecuencias «fuertes, injustas, difíciles y requirió paciencia». Sobre el caso de si el mundo estaría listo para aceptar su regreso a la vida pública, Armstrong dijo: «Egoístamente diría que sí, que estamos acercándonos a ese momento. Pero ese soy yo, mi mundo ya no importa. Lo que importa es lo que la gente piensa colectivamente, sea la comunidad del ciclismo o la comunidad el cáncer. Por supuesto que me gustaría salir de este tiempo muerto, ¿qué niño no quisiera?».
Cuando se le preguntó si escogería el mismo camino que tomó para hacer trampa, su respuesta fue sorprendentemente sincera. «Cuando yo tomé la decisión, cuando mi equipo tomó la decisión, cuando todo el pelotón tomó la decisión, fue una mala decisión en un tiempo imperfecto. Pero pasó. Y yo sé lo que pasó por culpa de eso. Sé lo que pasó con el deporte, yo vi su crecimiento. Sé lo que pasó con las bicicletas Trek (con las que corría), de 100 millones de dólares en ventas pasó a 1.000 millones. Y se lo que pasó como mi fundación (ahora llamada Livestrong), de no recolectar dinero a recaudar 500 millones de dólares, además de asistir a tres millones de personas. ¿Queremos botar todo eso? No creo que alguien diga sí».
Más allá de estas palabras, Armstrong parece lamentar parte de su comportamiento. «Me gustaría cambiar al hombre que hizo esas cosas, tal vez no las decisiones, sino la forma en que actuó. La manera en la que trató a las personas, en la manera que no podía parar de pelear. Fue inaceptable, inexcusable».
Otro tema que fue abordado por Armstrong fue referente a los títulos que les fueron despojados del Tour de Francia, los cuales quedaron vacantes debido a la extensión del problema del dopaje en la época. «Creo que debería haber un ganador, lo digo simplemente como un aficionado. Si miras la lista (de ganadores del Tour) hay un gran bloque durante la I Guerra Mundial en la que no hubo ganadores, y hay otro bloque por la II Guerra Mundial. Ahora parece que hubo otra guerra mundial».