15ª Tour Francia: Festival de Froome

Froome, desde la foto-finish / ASO

Fernando Ferrari / Ciclo 21 /

Poderoso, descomunal, sublime, demoledor, implacable… Pónganle todos los adjetivos calificativos que adornan el prolijo diccionario de la RAE y elijan el que más le guste para definir a Chris Froome. El británico maravilló en el Mont Ventoux con una prodigiosa ascensión que quedará para la historia del centenario Tour de Francia para teñir más de amarillo su maillot de líder y para reafirmar quién es el mejor de todos sin discusión. Un golpe majestuoso deportivo y psicológico para todos sus rivales, impotentes ante tamaña exhibición de fuerza, escaso estilo, pero eficiencia absoluta para prácticamente sentenciar -ahora sí- la gran ronda francesa a falta de seis etapas para su gran día en los Campos Elíseos de París. Si la justicia deportiva y poética exisitiera nadie debería ocupar el puesto más alto con el Arco de Triunfo como fondo dentro de siete días. Pero el Tour son tres semanas de agónico esfuerzo, una prueba de fondo y aún falta una, trufada con las cimas alpinas y una contrarreloj por equipos, donde a sus ahora apocados rivales les queda una ínfima ocasión de poder invertir una clasificación general que se antoja inamovible.

Conociendo el carácter ganador y ofensivo de Froome, no era complicado predecir lo que ha acontecido en las rampas boscosas y luego lunáticas del Mont Ventoux. En anteriores crónicas lanzamos esa posibilidad, a pesar de las heridas de sus rivales, como las del Saxo de Contador, el Belkin de Mollema o el Movistar de Quintana. Y el keniano-británico ha elegido la táctica aquella del mejor ataque, espoleado por un impecable Sky, que ha ahogado todas las críticas y especulaciones sobre su estado de forma. Es cierto que el Sky 2013 no es el de 2012 que encumbró al ausente Wiggins, pero, tras unos días desubicado, hoy ha tomado el mando de la etapa con inteligencia, trabajando todos sus efectivos -incluido David López– y rematado por, hoy sí, un soberbio Richie Porte que ha destrozado a todos en las rampas finales. Sólo les aguantó un voluntarioso Alberto Contador, sólo con fuerzas para poder seguir el frenético ritmo de su excompañero australiano, pero incapaz siempre de pasar a la ofensiva, objetivo principal de los pupilos de Sir Dave Brailsford. Contador no pudo más, Porte acabó su trabajo en la oficina y Froome se lanzó hacia la gloria.

La fuga del día con Sagan y Chavanel, entre otros / ASO

Por delante aún tenía a Nairo Quintana, la última bala del Movistar para la clasificación general, y a un valiente Mikel Nieve, que sigue mostrando al mundo que Euskaltel Euskadi existe. Un dúo que pugnaba por la etapa, tras la anulación de una fuga, donde el último superviviente fue el francés Sylvain Chavanel, que porfiaba por brillar en el día nacional de Francia. Pero hoy era imposible. Hoy el Mont Ventoux era británico -todo lo contrario que su compatriota Tom Simpson cuando murió dopado bajo un sol abrasador en 1967- por todas sus aristas. Nieve nada pudo hacer ante el vendaval Froome y solo Quintana aguantó al líder unos escasos kilómetros. Hubo el clásico diálogo para repartir el pastel. Etapa para el colombiano, relevos para Froome y más tiempo en la cima, pero el joven escalador andino aún no está para estas empresas. Le falta experiencia y fondo y hoy Froome le ha dejado en evidencia. Así que, con pasmosa facilidad, Froome -además nuevo rey de la montaña- se fue solo ante un fundido Quintana –nuevo maillot blanco– y remató un domingo perfecto para él y su equipo, tan puestos en duda las últimas jornadas. Y la mejor manera de acallar dicha rumorología es con golpes de efectos de esta guisa.

Nieve pudo conservar su tercera plaza de honor en la cima, después de descolgar a un Contador que pagó su osadía de seguir el tren de Porte y Froome y al final tuvo que ser rescatado en los kilómetros finales por su compañero Kreuziger. Una crisis final que no le permite ser segundo, ya que Mollema le supera en la general por escasos 11 segundos. Un buen duelo hasta París. La buena noticia es la recuperación de un Purito Rodríguez – ya es octavo en la general- que fue de menos a más y acabó cuarto, lo que presagia buenos días en los Alpes. Valverde, tras su percance, quiso pero no pudo. La cabeza ya no rige en esta situación igual y se perdió en la segunda línea de favoritos. Un balance negativo para todos los que no se llamen Froome y un canto a la realidad que no es otra que el Tour cada vez tiene un más que seguro ganador y que no es otro que el máximo y casi único favorito antes de la salida. La confirmación de lo esperado.

CLASIFICACIÓN 14ª ETAPA

GENERAL TRAS 14ª ETAPA