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Imagen de la polémica campaña del E3 Harelbeke en 2015
No. No se puede confundir la polémica con el mal gusto, pero en muchas ocasiones ambas cosas van de la mano. Los medios de comunicación, incluido Ciclo 21, sabemos de qué hablamos cuando se teoriza sobre la polémica y el ‘gancho’. Muchas veces, por no decir casi siempre, el periodista buscará la manera más llamativa para titular su artículo y, de esta forma, despertar el interés del lector. Esto, en ocasiones, lleva a dejar volar la imaginación. Uno, dejándose llevar por su imaginación y en muchos casos –y no es una excusa– por la forma en la que algo suena en su cabeza, decide escribir algo que, finalmente, no tiene gracia alguna. En ocasiones, y aquí está el problema, metiéndose de lleno en el mal gusto.
Si esto ocurre esporádicamente y se rectifica rápidamente, no tiene por qué existir un problema. El que tiene boca –o teclado– se equivoca y para eso se inventó el derecho de rectificación. El problema surge, como es el caso, cuando la provocación a través del mal gusto se convierte en la norma. En la forma de publicitar un producto.
Algunos de ustedes, seguramente, recordarán la gran polémica que suscitó la campaña de Benetton usando imágenes de enfermos de VIH. U otra usando fotografías de personas enfermas de anorexia. El límite de la decencia y de la corrección política saltan por los aires, en ocasiones, cuando lo que se persigue –y se consigue– es que se hable de uno.
El E3 Harelbeke ha vuelto a utilizar la imagen de la mujer de una forma degradante para su anuncio promocional de la edición de 2015. La imagen de marras hace referencia a la ya criticada y comentada hasta la saciedad ‘idea’ de Peter Sagan de pellizcar el culo de una de las azafatas del podio de la Vuelta a Flandes de 2013. “¿Quién la pellizcará en Harelbeke?” es el reclamo. La imagen, por lo demás, habla por sí sola.
En cualquier caso, y esto se olvida rápidamente en la era de las redes sociales y del calentón del teclado, no es la primera vez que el E3 Harelbeke utiliza esta estrategia. Ya en 2011 se usó la imagen de una mujer desnuda para promocionar la carrera. Una mujer, tumbada en una pradera y cuyo cuerpo recorrían las siluetas de varios ciclistas.
Imagen usada para la campaña de la edición de 2011
Un año más tarde, volvieron a recurrir a la imagen degradante de la mujer, pero en este caso con el agravio de añadir el factor edad y la fealdad. “Germaine –nombre supuesto de la señora de la foto– está lista. ¿Quién se atreve a ganar en Harelbeke?” era la leyenda de ese cartel que, evidentemente, hacía referencia al beso que el ganador debía de recibir en el podio.
Anuncio utilizado en 2012
El pasado año, 2014, el cartel se recató bastante… o no. Aunque seguía girando en torno a la figura femenina, en esta ocasión nos encontrábamos a cuatro señoritas. Tres de ellas formaban una bicicleta y una de ellas, con un maillot pintado con la técnica del bodypainting sonreía a la cámara imitando la celebración de una victoria.
Último cartel, hasta hoy, del E3 Harelbeke
Muy flaco favor, en definitiva, el que hacen los organizadores del E3 Harelbeke a una problemática social, la de la lucha por la igualdad de la mujer, que es igual (o debería de serlo) en todos los países civilizados. Incomprensible que, mientras en todos los países de la UE se lucha por esa igualdad y por erradicar la violencia de género (recuerden, en España el 016), esas mismas autoridades no se impliquen dando un toque de atención a este tipo de campañas.
Y, sí. Sí se pueden hacer publicidades efectivas de otra forma. El propio E3 Harelbeke nos lo demostró en 2013 cuando lanzó esta campaña bajo el lema “Ganar en Harelbeke no es un juego de niños”.
Ganar en Harelbeke no es un juego de niños
