Stijn Devolder. Él es el único componente del pelotón que el próximo domingo deje atrás Brujas camino de Oudenaarde que sabe lo que es ganar una Vuelta a Flandes. Lo hizo dos veces. Lo hizo de manera consecutiva. Lo hizo colándose, como un intruso, en la época de mayor esplendor de los dominadores del adoquín por excelencia en lo que llevamos de siglo. Desde que en 2005 Tom Boonen ganara su primera Vlaanderens Mooiste sólo Alessandro Ballan (2007), Devolder (2008 y 2009) y Nick Nuyens (2011) han evitado que Tornado Tom o su némesis, Fabian Cancellara, subieran a lo más alto del podio. Los adoquines han sido su territorio. Del suizo y del belga. Quizá, si sólo atendemos a los fríos números, un poco más del belga que del helvético. Ahora, en 2015, todo cambiará y, al menos eso parece, lo hará para siempre.
El infortunio se ha cebado con los dos grandes nombres de la carrera en los últimos años. La de 2015 estaba marcada como la temporada de su más que previsible paso al lado. El año en el que serían superados por las nuevas generaciones. La edición en la que, por fin, mordería el polvo. Y eso, incluso a sus más acérrimos e incondicionales fans, habría cerrado el círculo de manera hermosa. Poética. Histórica. Vencidos. Derrotados. Superados en su terreno. Dando paso, a los nuevos reyes. El Rey ha muerto, ¡viva el Rey! Con la fórmula antigua. Celebrando al joven monarca con el cuerpo del anterior todavía caliente en su cama. Pero no. El ciclismo, tan cruel en ocasiones, ha tenido algo más de prisa. Se ha querido asegurar un cambio de aires. No vaya a ser que alguno de los dos se sacara algo antológico de la chistera. Caídas y fuera. Así soluciona las cosas este deporte cabrón cuando quiere. Así, el nuevo rey llegará de manera más descafeinada. Tras una abdicación forzada. Menos poética. Un relevo al que siempre se mirará con la sombra de la duda. ¿Qué hubiera hecho este fulano –cambie el lector este sustantivo por el nombre del ganador del próximo domingo– ante Espartaco o Tornado Tom? Nunca lo sabremos.
Pero esto, señores, es así. Será menos poético, pero no más fácil. Será menos hermoso, pero no menos épico. Será un anticlímax respecto a lo que todos esperábamos hace sólo unos meses, pero, nunca lo olvidemos, estamos hablando de la Vuelta a Flandes. De la Vlaanderens Mooiste. De De Ronde. De, en definitiva, la primera o la segunda –depende de con quién hablemos– clásica más bonita del calendario internacional. Una carrera, al fin y al cabo, que se cuenta entre los cinco Monumentos del ciclismo. Una prueba, y esto es innegable, en la que conseguir una victoria justifica toda una carrera deportiva. Algo épico. Algo que pone los pelos de punta. Algo que consigue que millones de espectadores en todo el mundo no separen la nariz de sus televisores durante varias horas. Un espectáculo que hace que un país entero se paralice. Un evento que hace que millones de personas salgan a la calle e invadan las cunetas. Y, por qué no reconocerlo, catapulta el consumo mundial de cerveza como muy pocos eventos pueden hacerlo.
La Vuelta a Flandes ha encontrado su identidad. Su nueva identidad. Tras dos años infaustos y para olvidar, hace ya dos temporadas que los organizadores de la carrera dieron con la tecla de lo que los aficionados, esos que siempre tienen razón, esperan de una carrera del calibre de la Vuelta a Flandes. Y, por ello, el recorrido apenas ha variado respecto a ese trazado que ha atraído tanto a la afición.
Este año 2015 serán 19 las subidas que deberán de afrontar los corredores con el Muro, antaño tan importante, de nuevo ausente a favor de un Viejo Kwaremont que ha tomado el relevo de una forma mucho más que digna. Serán, como decimos, 19 colinas que irán haciendo su trabajo de selección. De desgaste. Con sus adoquines, su viento, su público. También con su frío, porque si se cumplen las previsiones meteorológicas hará frío. Y mucho. Pero volveremos a vivir una nueva Vuelta a Flandes seca. La lluvia, esa que le añade dificultad a la carrera y épica a las imágenes volverá a dar la espalda a la prueba.
Una prueba que, pese a todo, no necesitará que nadie le añada dificultad. La ausencia de las dos grandes figuras de los últimos años y, sobre todo, la ausencia de un claro patrón en el pelotón, nos deja a las puertas de una de las ediciones más abiertas, impredecibles y difíciles de afrontar a nivel táctico de los últimos años o décadas. Tras su hattrick en De Panne, sería lógico situar a Alenxander Kristoff como el corredor al que todos deben de vigilar. El noruego, que había dado la impresión que tras un inicio de temporada fulgurante había llegado a estos días algo pasado de forma, ha callado todas las dudas reivindicándose durante los tres días de la última carrera flamenca antes del gran domingo. Pero su favoritismo no es de los que meten miedo. No infunde pavor entre sus rivales. Y no lo hace porque todos han visto la puerta de la gloria abierta para ellos. Ahí tenemos a un Sep Vanmarcke que ha escogido un camino sensiblemente distinto al del resto de sus rivales. Un Degenkolb que ha reconocido que se ve con más opciones en Oudenaarde que en Roubaix. Un Van Avermaet que no busca excusas y que asegura estar recuperado de su caída en el E3 Harelbeke. Un Devolder que a sus 35 años tomará el relevo al mando del ejército de Cancellara. Un Sagan que, un año más, llega con más dudas que certezas y con una situación interna en su equipo que no parece que vaya a ayudar demasiado. Un Boom con ganas de reivindicar a su equipo.
Y, por supuesto, dos equipos en los que no podemos hablar de individualidades. Porque, entre esa jungla de favoritos ya nombrados, hay que nombrar dos conjuntos. Dos equipos. Por un lado, el Etixx-Quick Step. El equipo del caído en combate Boonen, que sustituirá al de Mol por la dupla que forman Stybar y Terpstra. Un equipo que ha demostrado que no ha perdido ni un ápice de su capacidad de control, pero que ha protagonizado algunos de los más sonoros y comentados fiascos de los últimos tiempos en este mundillo tan especial de las clásicas. Y, por otro lado, el Sky británico. El equipo de moda. El que ha sabido llevarse el gato al agua muchas veces aprovechándose de las meteduras de pata finales de los de Lefevere. Un Sky que, como el Etixx, apuesta por el liderazgo compartido entre Thomas y, sobre todo, un Sir Bradley Wiggins que acelera el pulso de los buenos aficionados pensando en poder ver, de nuevo, a un ganador del Tour de Francia triunfando en Flandes… o en Roubaix, aunque de eso ya hablaremos.
Luego están los demás. Los outsiders. Aquellos que todos sabemos que tienen opciones, pero cuyos nombres no suelen aparecer en los papeles por una mera cuestión de espacio. Una lista donde haremos la excepción de nombrar a uno. Y, además, lo haremos cometiendo el sacrilegio de mencionar al que no estará. Al ausente. Alejandro Valverde ha decidido a última hora, y sin dar explicaciones del motivo, no tomar la salida. Ya adelantó el murciano en exclusiva para Ciclo 21 que no debíamos de esperarle en Roubaix jamás de los jamases, pero que en Flandes, quizá, sí podría hacer algo. Hace poco más de una semana sorprendió diciendo que estaría en la salida y, sinceramente, sabiendo que el de Movistar no es capaz de estar en una carrera sin disputarla, muchas eran las ganas de comprobar qué es lo que sería capaz de hacer. De verle, por fin, en una de esas carreras que tanto le hemos pedido muchos que dispute. Era un reto complicadísimo. Casi imposible. Llegar a Flandes sin experiencia previa y pensar en ganar está sólo al alcance de unos pocos elegidos, pero el murciano es de esos. De los que no se arrugan ante el reto. De los que lo dan todo. De los que dan miedo antes de empezar. Es una lástima, pero seguiremos –y mucho nos tememos que nunca la despejaremos– con la duda de saber qué pudo pasar.
¿Qué equipo será capaz de controlar una carrera tan abierta? ¿Qué táctica será la acertada para triunfar ante un grupo de favoritos tan heterogéneo en sus características? Cada maestrillo tiene su librillo, dice el refranero. No sabemos si serán librillos, ordenadores o tabletas, pero no cabe ninguna duda de que los directores de todos los equipos están llenando cientos de folios o de ‘megabytes’ de posibles escenarios y tácticas ante la que, sin duda, será la Vuelta a Flandes más imprevisible de la última década. Una presa, De Ronde, de caza mayor para la que, ahora sí, la veda ha quedado abierta. Una jornada de caza en un coto abierto al público. Un coto al que puede entrar cualquiera y disfrutarlo. ¿Cómo? Háganme caso y busquen una buena receta de stoofvlees, elijan la cerveza que más les guste, siéntense en su sofá favorito y, durante unas horas, olvídense de que el mundo existe. Schol!
La prueba en directo
Perfil
ÚLTIMOS PODIOS
Año | Ganador | Segundo | Tercero |
2014 | Fabian Cancellara (Sui) | Greg Van Avermaet (Bél) | Sep Vanmarcke (Bél) |
2013 | Fabian Cancellara (Sui) | Peter Sagan (Slo) | Jurgen Roelandts (Bél) |
2012 | Tom Boonen (Bél) | Filippo Pozzato (Ita) | Alessandro Ballan (Ita) |
2011 | Nick Nuyens (Bél) | Sylvain Chavanel (Fra) | Fabian Cancellara (Sui) |
2010 | Fabian Cancellara (Sui) | Tom Boonen (Bél) | Philippe Gilbert (Bél) |
2009 | Stijn Devolder (Bél) | Heinrich Haussler (Aus) | Philippe Gilbert (Bél) |
2008 | Stijn Devolder (Bél) | Nick Nuyens (Bél) | Juan Antonio Flecha |
2007 | Alessandro Ballan (Ita) | Leif Hostes (Bél) | Luca Paolini (Ita) |
LOS MEJORES DE LA PRUEBA
Corredor | Victorias | Segundos | Terceros |
Johan Museeuw (Bél) | 3 | 3 | 2 |
Tom Boonen (Bél) | 3 | 1 | 0 |
Fabian Cancellara (Sui) | 3 | 0 | 1 |
Eric Leman (Bél) | 3 | 0 | 0 |
Achiel Buysse (Bél) | 3 | 0 | 0 |
Fiorenzo Magni (Ita) | 3 | 0 | 0 |