Si alguien podía darle mayor pedigrí a esta aventura iniciada por la UCI y su presidente Brian Cookson, era su compatriota Sir Bradley Wiggins, el actual campeón olímpico y del mundo contrarreloj. Era una apuesta casi segura, indiscutible. El otro interrogante era averiguar dónde iba a poner el listón que colocó hace escasas fechas otro británico, Alex Dowsett. La solución no tardó en llegar tras observar el pluscuamperfecto estilo sobre su bicicleta Pinarello -nueva muesca de la marca italiana como en su día con el presente Miguel Indurain-, sus registros y su aparente comodidad bajo esta especie de tortura moderna a la que se acercan los más masoquistas.
Y el registro es acorde a su calidad, a su trayectoria incubada en la pista -muchas horas en el Palma Arena– y trasladada con éxito a la carretera. Wiggo -despoblado de su barba en un toque aerodinámico- elevó la reformada plusmarca a los 54.526 metros, es decir, nada más y nada menos que 1.589 más que el ciclista del Movistar español. Poco más de seis vueltas más que su antecesor sobre la rápida y húmeda -la presión atmosférica era un factor tenido en cuenta- en una exhibición del arcoíris de Ponferrada vestido con casco y zapatillas doradas -sin guantes- y su nueva equipación azul y roja de su equipo continental con su apellido como marca. No necesitaba más cuando uno supera los tests previos y sabe de lo que es capaz de hacer. Su ritmo fue prácticamente calcado oscilando entre los 54,4 y los 54,6. Una auténtica máquina humana con trazas robóticas sin deslices ni desfallecimientos.
Y esa es otra de las cuestiones que con el paso del tiempo -nuevamente protagonista- quedará resuelta. Wiggins dejó entrever que los no oficiales 56,375 de -otro británico- Chris Boardman eran «accesibles». Son algo menos de dos kilómetros respecto a su registro londinense pero en el ambiente queda un olor de segunda parte, de que el excorredor del Sky tiene un recorrido más largo en 60 minutos y, sobre todo, que tiene la confianza y los datos de que puede. Como Obree, Rominger o el mismo Indurain -que fracasó el segundo en Colombia-, Wiggins tendrá que meditar si vale la pena ir un poco más allá, borrar ese «mejor rendimiento humano» y colocarlo en el diploma oficial de la UCI. La ventaja es que la pista va a ser su segunda casa hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y en ese hábitat la gesta puede ser mucho más cercana.
Quizás los que se alejen son los demás profesionales que pueblan el pelotón internacional. Y siempre salen los dos nombres recurrentes, el del suizo Fabian Cancellara -que ya da muestras de su declive- y el del alemán Tony Martin -que quizás se atreva tras la cita brasileña-, posiblemente con mayor progresión que el helvético. El caso es que el récord de la hora -tras los pioneros Voigt, Brändle, Dennis y Dowsett- ha entrado en una nueva dimensión, en un nuevo estrato ya reservado para estrellas de primer nivel superdotados y con un bagaje en el esfuerzo individual más que contrastado. Y hoy por hoy sólo es Wiggins. Y el próximo en intentarlo quizás sea él mismo porque nadie ha levantado la mano. Tiempo de paciencia para repetir una jornada idéntica.
Tiempos y promedios de paso
-Récord oficial: 54,526
-Km 50: 54:59.555 (54,553)
-Km 45: 49:27.371 (54,594)
-Km 40: 54,620
-Km 35: 38.26.950 (54,618)
-Km 30: 32:57.217 (54,622)
-Km 25: 54,612 media
-Km 20: 21.59.324 (54,573)
-Km 15: 16.30.401 (54,45)
–Km 10: 11.01.904 (54,46 media)
–13 segundos de ventaja en el km 5.
-Wiggins ha decidido afeitarse su barba para el intento.
PALMARÉS © wikipedia
- (a): Récord de la hora oficial según la UCI
- (b): Mejor esfuerzo humano según la UCI
- (c): Récord de la hora oficial según la IHPVA
La mejora del anterior récord es de 1589 m, poco más de 6 vueltas. En la tabla inferior aparece el dato correcto.