#Trend Todo en orden
A tres semanas del inicio del Tour Chris Froome ha demostrado que está a punto. La Dauphiné, una prueba del algodón aunque no siempre indiscutible, ha caído por segunda vez en manos de este ciclista que ataca tan a lo bruto que solo verle someter rivales trasmite dolor. Froome ha ganado claro y conciso curiosamente en la montaña y no en la crono por equipos, donde a su escuadra se le considera puntera. Paralelamente en Suiza se ha dado la salida a la penúltima carrera por etapas antes de la Grande Boucle. Aunque la helvética siempre es una carrera abierta no tendrá el atractivo de ver grandes aspirantes al trono de julio, eso sí será una guerra a cuchillo por suceder a Rui Costa. Posiblemente los focos se los lleve la Ruta del Sur con Nairo y Contador. Mientras lejos, en ambos lados del mundo, noticias ya familiares: Caleb Ewan ganando por combustión masiva en Corea y el Caja Rural aumentando su botín en Canadá.
#Click Un líder que ya no lo es
Pocas veces se alcanza en una fotografía tanta carga emocional como en ésta de Tejay Van Garderen al acabar la Dauphiné. El estadounidense se había medio soldado a la rueda de Froome para defender su prenda, pero el inglés curtido en África acabó siendo demasiado. Son ya cinco los años que han pasado desde la explosión del hombre del BMC, precisamente en la Dauphiné, y las temporadas pasan sin resolver la ecuación.
#Profile Froome pega duro
No muchos ciclistas transmiten la sensación de violencia que Froome plasma cada vez que acelera sobre la bicicleta. El ganador del Tour de 2013, parece estar fino y presto para asaltar su segundo triunfo en Francia. Este año también ha tenido sus complicaciones, y la ya usual infección de pecho de cada invierno-primavera, pero si evita las caídas que el año pasado le lastraron estamos ante un aspirante cinco estrellas en cualquier apuesta sobre el Tour que se acerca casi sin percatarnos.
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