Guillermo Prieto finaliza con éxito su QH de 700 kilómetros

Guillermo Prieto consiguió su hazaña.

Guillermo Prieto consiguió su hazaña.

A las 13: 30 de la tarde del domingo, Guillermo Prieto, ciclista discapacitado del Zuzenak, llegaba a Valladolid tras completar con éxito una machada: completar la Quebrantahuesos en seis horas y seis minutos  y volver a Valladolid, la localidad donde reside, en bicicleta. Llegó estirando su fina silueta sobre el manillar, sin poder apoyarse sobre el sillín desde hacía unas cuantas  horas. Sus brazos estaban abrasados por el sol, su rostro tallado en cansancio y sal y su mirada permanecía bañada en sueño. Pero valió la pena. Su “locura solidaria” ha servido para que cinco chicos etíopes y su director deportivo puedan tener un dinero extra para seguir formándose en España.

A su llegada, Guillermo relataba su hazaña con la naturalidad de quien ha salido a dar una vuelta en bicicleta: “La verdad es que de salida no las tuve todas conmigo. Ya en Suiza la semana pasada, en la prueba de la Copa del Mundo, tuve problemas de estómago, algo que temía que pudiera pasarme factura este fin de semana, como así fue”, explica dándole sólo la importancia justa de alguien que nunca busca excusas. Por eso, desde el inicio de su reto, en la salida de la Quebrantahuesos, salió a darlo todo: “No quise ahorrar nada. Desde la primera parte de la prueba salí a fuego, y sí que noté como el estómago me molestaba, pero la cosa fue a mejor durante la prueba”.

De hecho, el corredor guipuzcoano afincado en Valladolid recuerda un momento especial: “Cogimos a Miguel Indurain a la altura del Portalet, que había estado escapado. Me acerqué a saludarle un segundo y cuando le dije que luego me tocaba volver en bici a Valladolid me dijo que tenía que hacérmelo mirar, que el calor iba a ser insoportable…fue tragicómico”, recuerda entre risas.

Por eso, sería tras su llegada a meta, con un tiempo de seis horas y seis minutos, cuando realmente empezaría lo más duro: “La verdad que ni me lo pensé, en cuanto crucé la meta me puse en camino, tuve la compañía de mi hermano y un amigo durante un rato, pero luego ya lo tuve que hacer sólo, con mi mujer en el coche asistiéndome desde detrás”, explica.

Durante su recorrido, fueron numerosos los obstáculos que quiso ponerle el fin de semana: “Encontré mucho calor desde Sabiñánigo, en Navarra y La Rioja y viento en contra también”, enumera. En la Rioja fue donde se refugió en el bálsamo del atardecer. Pero por poco tiempo. Sus enemigos se fueron turnando. El sol se dio una tregua para que el viento y el frío de la noche siguiera martirizando su camino: “El viento la verdad es que me puso las cosas difíciles, y la noche tampoco ayudó. También tuve que parar un par de horas, porque el muñón me rozaba muchísimo y cada pedalada era molesta”. La noche riojana, además, quiso jugarle una mala pasada: “Llegué a confundirme de carretera y de repente me vi en la autovía, donde me paró la policía. El agente que me hizo parar no se podía creer lo que hacía yo allí, en plena noche, pero fue muy amable”, explica entre las toses que provoca la risa.

guillermo prieto_15 qhY el domingo le regaló más viento, pero le trajo a Castilla. Burgos le empujó a duras penas, siempre con un viento que no ayudaba, hasta enlazar con el secarral que ya describe el campo palentino en verano, hasta Baltanás. En ese momento los pitidos de Gema, su mujer, le alertaron. No era un espejismo: “Fue un momento increíble, iba pedaleando bien, pero sin poder casi sentarme en el sillín, la badana ya no ayudaba nada, pero el calor era otra vez muy pesado. Entonces vi que mi ‘grupeta’ venía de frente, habían venido a buscarme. Fue realmente especial”, recuerda con los ojos lo suficientemente brillantes para expresar con sobriedad un cariño especial.

Ellos le escoltaron hasta Valladolid, exhibiéndole con orgullo por las carreteras vallisoletanas. Le dejaron ante su gran meta: “me esperaba mi hija, Vega, a un kilómetro de Valladolid, con ella acabé de cumplir mi reto”, concluye orgulloso. Y hoy lunes, habiendo dormido lo justo, su cabeza ya empieza a carburar de nuevo: “tengo ya una nueva ‘locura’ en mente, otra cosa es que me deje mi mujer”, bromea de nuevo.

De momento con el de ahora es suficiente. Nuguse, Getaso, Haile, Kubron y Goyton tendrán más recursos para seguir pedaleando en España. Lo mejor será que se vuelva a la cama. Ya ha cumplido con creces.

Rafa Simón

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