“Me encantaría que Tony Martin siguiera con nosotros hasta el final de su carrera deportiva”. Así de explícito se mostraba ayer Patrick Lefevere en relación a su corredor alemán, nuevo portador del maillot amarillo de líder tras una poderosísima demostración de fuerza en la parte final de la temida etapa adoquinada de esta edición del Tour de Francia que, contrariamente a lo que se esperaba –y a lo que parecía que podía ocurrir cuando antes del entrar en el grueso de las piedras la lluvia hizo un tímido acto de presencia–, se saldó con una tensa calma chica entre los grandes favoritos al triunfo.
El plan del mandamás del Etixx-Quick Step no era precisamente alcanzar el liderato en la jornada de ayer. Lo quiso hacer antes. En el mejor de los casos en Utrecht y, como plan b, en la etapa de los diques holandeses. Allí las cosas se torcieron a más no poder y el propio Lefevere mostró su enfado con sus corredores. Pero ayer, como suele ocurrir en el deporte, la enorme victoria conseguida por el alemán hizo olvidar todas esas penas. Ahora las cosas se ven de otro color –amarillo– y el Etixx-Quick Step ya ha salvado su participación en el Tour. Ahora, claro, toca trabajar para intentar llevar a Rigoberto Urán lo más cerca posible del podio de París.
Cómo y con quién va a contar Lefevere de cara al futuro es toda una incógnita. Sus grandes nombres acaban contrato y, por el momento, sólo Michal Kwiatkowski y Tom Boonen han hablado de su situación. Los demás, callan y otorgan. Tanto los corredores como el staff técnico.
Por ello, las palabras de Lefevere sobre Tony Martin y su deseo de seguir contando con él durante muchos años llaman poderosamente la atención. Y más, si añadimos el ‘pero’ que le añadió a ese deseo con el que empezábamos este artículo. El mánager belga aseguraba que el único escollo que a día de hoy puede vislumbrar para conseguir la continuidad del líder del Tour es que “cuando el año pasado le puse delante un contrato de tres años, él sólo quiso firmar por dos temporadas. Su deseo es correr algún día en el mismo equipo que Kittel y Degenkolb. Si tengo el dinero suficiente para conseguirlo, me encantaría poder concederle ese deseo en agradecimiento a su esfuerzo y entrega”.
Estas palabras, que siempre hay que leer en clave de euforia tras un logro tan importante como conseguir una etapa –etapón– y el liderato en el Tour de Francia, también deben de ser entendidas como un aviso a navegantes. Kwiatkowski (¿con Degenkolb?), Boonen (¿a su edad?), Cavendish (¿con Kittel?), Stybar (¿cuándo se confirmará?)… todos pueden ir tomando nota.