El paso por los Pirineos y el macizo central han dejado, de eso no cabe ninguna duda, un líder sólido y temible. Chris Froome, arropado por sus compañeros del Sky, toda una garantía cuando de proteger a un líder se trata, pasarán esta segunda y última jornada de descanso debatiéndose entre la alegría del trabajo bien hecho y la incertidumbre de lo que está por venir, que no es poca cosa. Seguro que todos tienen esa sensación de mariposas en el estómago. Algunos, los más optimistas, porque están cada vez más cerca de volver a llegar a París con la satisfacción del trabajo bien hecho. Otros, los más realistas, porque saben que no podrán despistarse ni un solo momento en la aventura alpina que ahora servirá de epílogo a la Grande Boucle de 2015.
Si sigue al nivel mostrado hasta ahora, resulta muy complicado pensar en que Chris Froome pueda acabar perdiendo este Tour. Algunos hablan de que la única manera posible de conseguir reventar al inglés de Nairobi es una alianza entre los equipos de sus grandes rivales, que a estas alturas son el Movistar de Quintana y Valverde, el Tinkoff de Contador y, en menor medida, el BMC de un Tejay Van Garderen que parece estar viniéndose a menos y el Astana de un Nibali que, por el contrario, da la impresión de estar creciendo según pasa la carrera. Pero, a la vez, los intereses de esas escuadras hacen muy complicado plantear los términos de esa alianza. ¿Cómo la podrían llevar a cabo sin riesgo de acabar perjudicados? Ya hemos visto, en este sentido, la tensión existente entre el Movistar y, en concreto Valverde, y Contador y, por lo tanto, el Tinkoff.
De lo que no cabe ninguna duda es de que, con alianza o no, los Alpes deben de ser el lugar donde los aspirantes a derribar a Froome toquen a zafarrancho. Donde le ataquen por todos los flancos posibles. Donde, para llegar al rey, deban de tumbar, uno a uno, a todos sus peones que, con Thomas –parece que su caída de ayer no le va a mermar– y Porte –tendremos que comprobar si estos días se ha estado reservando o si está perdiendo fuelle– como puntales ofrecen una imagen de seguridad apabullante.
El más combativo durante los días que el Tour ha tocado el macizo central ha sido Nairo Quintana. El colombiano, muy bien guardado y protegido por un espectacular Alejandro Valverde, ha probado las fuerzas de Froome y su equipo. Quizás en algún momento su intención sí fue la de sacar algún segundo al líder, pero el terreno no era el adecuado. Por ello, parece que todos esos ataques del maillot blanco tenían que servir más para testar las fuerzas del británico que para marcar diferencias. El problema, claro, es que Froome no ha mostrado debilidad. Y eso, si uno tiene como misión derrocarle, es un gravísimo inconveniente.
Junto a Quintana el Movistar deberá de gestionar qué hacer con un Valverde que, por momentos, podría haber parecido incluso más fuerte que el colombiano. El murciano, fiel a su costumbre de seguir envejeciendo como los buenos vinos y liberado de la presión mental de capitanear a su equipo, parece que ha encontrado un golpe de pedal incluso mejor que el que el pasado año le llevó a la cuarta posición. Tiene, no cabe duda, el podio a tiro siempre y cuando no sufra su típico mal día en las etapas alpinas. Con 30 segundos de desventaja respecto al hombre que ahora mismo marca el podio, el americano Van Garderen, la gran pregunta es cómo puede alcanzar ese objetivo sin perjudicar o dejar desprotegido a su jefe de filas.
Tampoco parece que vaya a quedarse quieto un Nibali que empezó realmente mal esta carrera pero que se está rehaciendo y que, etapón mediante, podría intentar redimirse de la triste primera semana que protagonizó y que le dejó casi sin opciones de victoria. El italiano, todo pundonor, se ha enchufado a la carrera y, aunque sin posibilidades en la general (es octavo a 7:49 de Froome), peleará como el que más por alguna etapa y, si es posible, acabar en el top-5 de la más importante carrera por etapas del calendario internacional.
Contador, por su parte, sigue siendo la gran incógnita. Su rendimiento parece estar mejorando. Le hemos visto un pedaleo algo más alegre que durante la primera semana, aunque en ningún caso –si hacemos caso a las sensaciones que transmite– suficiente como para poner en aprietos a Froome. El pinteño, acostumbrado a jugar al despiste con la prensa cada vez que habla, ya ha avisado de que se ve incapaz de seguir al británico, pero su pasado hace que nadie sepa a ciencia cierta si está diciendo la verdad o jugando de farol. Seguramente, a estas alturas la verdadera meta del madrileño sea el podio más que el triunfo en París.
En Tinkoff tienen, como en Movistar, dos frentes abiertos. Por un lado, ayudar a aupar a Contador al podio y, por otro, seguir peleando por brindarle a Peter Sagan, el corredor que parece haber llegado más pletórico a esta carrera –no confundir con ‘fuerte’, como dijo Oleg Tinkov– y que por el momento, pese a pelearlo cada día, no ha tenido la recompensa del triunfo.
De la misma manera que Contador es una incógnita, también es un misterio la capacidad real de un Tejay Van Garderen que sigue anclado al podio. El problema con el de BMC no es otro que no le hemos visto hacer absolutamente nada en este Tour. Ha sabido mantenerse con los mejores en todo momento, pero no ha tomado la iniciativa en ningún momento. ¿Va justito o está guardando algo? Con 3:32 perdidos respecto al líder Froome, cabría esperar algo más de ambición de un hombre que, pese a su juventud (26 años), podría estar ante una de las grandes oportunidades de su vida para hacer algo realmente grande. Evidentemente, todavía tiene margen de mejora en el ciclismo, pero estos trenes no siempre pasan con la frecuencia deseada.
Y, por último –o en primer lugar–, tenemos a Chris Froome. El todopoderoso e imbatible líder. Rodeado de una polémica constante, el genio de Nairobi está mostrándose al mundo no sólo como el corredor más fuerte, en forma y todoterreno del pelotón internacional, sino también como un deportista con una capacidad única, asombrosa y envidiable de concentración. Siempre que se evalúan las opciones de un corredor se habla tanto de su capacidad física como de esa capacidad de soportar la presión inherente a jugarse toda una temporada en un objetivo concreto. Si a esa presión que seguro que siente tenemos que añadir la que añade todo el debate generado alrededor de sus prestaciones, lo que nos resulta es que Froome está sabiendo gestionar a la perfección cada uno de los elementos de la carrera. En definitiva, y por segunda vez, todo un genio.
Quedan cinco etapas. Cinco jornadas en las que, además de lo ya comentado, tendremos que tener muy en cuenta otras variables como, por ejemplo, que existen 13 equipos que todavía no han alcanzado un triunfo de etapa en esta edición del Tour de Francia. Mientras que Etixx-Quick Step, Lotto Soudal, BMC (3 cada uno), Katusha (2 triunfos), AG2R, Sky, Tinkoff-Saxo, MTN-Qhubeka y Lampre ya han ‘mojado’, tenemos a un total de 13 escuadras que, en su gran mayoría necesitan pelear ese triunfo para tener contentos a sus patrocinadores.
Porque los triunfos de etapa y los lideratos de cada una de las clasificaciones de esta carrera reportan, además, beneficios económicos para los equipos. En este sentido, el gran papelón que está completando Peter Sagan y el triunfo de Rafal Majka han conseguido que Tinkoff-Saxo encabece la clasificación de ganancias llegado el segundo día de descanso con unos ingresos de 72.580 euros, mientras que el Orica-GreenEdge sigue cerrando este capítulo con sólo 6.100 euros ingresados.
Clasificación por ingresos
Posición | Equipo | Ingresos |
1 | Tinkoff-Saxo | 72.580€ |
2 | Etixx-Quick Step | 50.690€ |
3 | Lotto-Soudal | 47.470€ |
4 | BMC | 46.190€ |
5 | Team Sky | 36.130€ |
6 | MTN-Qhubeka | 30.600€ |
7 | AG2R-La Mondiale | 26.810€ |
8 | Katusha | 26.650€ |
9 | Movistar | 23.820€ |
10 | Giant-Alpecin | 22.640€ |
11 | Bretagne-Séché Environnement | 15.660€ |
12 | Cannondale-Garmin | 15.560€ |
13 | Lampre-Merida | 14.770€ |
14 | Europcar | 13.300€ |
15 | Astana | 12.270€ |
16 | Bora-Argon 18 | 12.090€ |
17 | Cofidis | 11.780€ |
18 | Trek Factory Racing | 11.200€ |
19 | LottoNL-Jumbo | 11.180€ |
20 | FDJ | 10.280€ |
21 | IAM Cycling | 9.880€ |
22 | Orica-GreenEdge | 6.100€ |
Todos estos ingredientes han conseguido, además, disparar las audiencias de Tour de Francia en las retransmisiones de TVE. Desde que el Ente decidiera pasar el final de la etapa a La 1, el promedio de televidentes es espectacular. Si descontamos la jornada de domingo, que volvió a ser emitida de forma íntegra por Teledeporte (donde consiguió un buenísimo 8,30% de share con más de 900.000 espectadores), Carlos de Andrés, Perico Delgado y los distintos invitados que han ido pasando por el estudio de Torrespaña han reunido a una media de 1.748.000 espectadores diarios, lo que significa un seguimiento del 15% de cuota de pantalla habiendo alcanzado los 2.028.000 espectadores en la jornada del Plateau de Beille lo que supone casi medio millón de espectadores más que la etapa más vista del pasado año (el triunfo de Rafal Majka en Risoul).