Froome es humano… y terrenal

Froome_Pierre-Saint-Martin

Las prestaciones de Froome no son achacables a un origen extraterrestre

Nicolás Van Looy / Ciclo21

¡Por fin! Este periodista, a falta de sólo unas pocas horas para que acabe el segundo día de descanso de este Tour de Francia no puede dejar de repetir en su cabeza esas dos palabras. ¿Por qué? Pues porque hace mucho tiempo que al despertar por la mañana en este tipo de días uno cuenta los minutos para que salte la noticia desagradable. Vomitiva. Execrable. La que ensucie al Tour y al ciclismo. Un positivo. Un no apto. Un escándalo. O, como hace ahora unos días, una mala noticia como el cáncer de Ivan Basso del que, afortunadamente, ya ha sido operado y todos los presagios son optimistas.

Hoy hemos recibido, al contrario de lo que suele ser habitual en estos casos, tres muy buenas noticias. Por un lado, la renovación por un año más de dos veteranos y enormes corredores españoles como son Joaquín ‘Purito’ Rodríguez y Samuel Sánchez por sus respectivos equipos, Katusha y BMC. Y, por otro lado, los datos que confirman lo que todos esperábamos y, seguramente, queríamos pensar: que Froome es humano y, además, bastante terrenal. En otras palabras, que el corredor de Nairobi es, sencillamente, un genio de la bicicleta como ya hemos dejado constancia en más de una ocasión.

Hace sólo un par de días que nos hacíamos eco de la penúltima –no duden ustedes de que en la semana que nos resta volveremos a hablar de ello– acusación más o menos velada de dopaje que apuntaba directamente hacia Froome. Un experto francés aseguraba que los valores de potencia desarrolladas en la Pierre-Saint-Martin estaban fuera del alcance de un organismo humano al haber superado los 7 w/kg. El equipo Sky, tal y como prometió, ha aprovechado el día de descanso para hacer públicos los valores de Froome y, sin lo que esperaba el lector eran unos datos astronómicos como los vaticinados por el doctor Sallet… sólo encontrará decepción.

Fue Tim Kerrison, jefe de rendimiento del equipo Sky, el encargado de mostrar y explicar los valores reales alcanzados por el líder del Tour de Francia en aquella etapa. El primer dato llamativo es que Froome no pesa lo que Sallet vaticinó (71 kilos) sino que su peso actual es de 67,5 kilogramos. A partir de ahí, mostró los datos de potencia desarrollados por el británico en esa ascensión de 15,3 kilómetros en la que invirtió 41:30 minutos, lo que supuso una entrega de 5,78 vatios por kilo, muy lejos de los 7,04 w/kg aventurados por Sallet que, recordemos, aseguró que “desarrollar menos de 6,5 w/kg es normal. Todo lo que esté por encima de 7 w/kg ha estado relacionado en el pasado con atletas que se doparon”. Con esto en mente, por fortuna y como era de esperar tras todos los análisis a los que ha sido sometido, sólo cabe sacar una conclusión: el pipí, la orina y el organismo entero de Froome están limpios.

Kerrison, además, dio una explicación por la que con una entrega de potencia tan ‘baja’ –nótese la licencia literaria del adjetivo por parte del periodista– Froome fue capaz de sacar de punto a todos sus rivales. “Hay que tener en cuenta que los platos ovales que utiliza han provocado una sobreestimación del 6% respecto del rendimiento anunciado por los expertos”.

Varios estudios indican que, sin recurrir al dopaje, un deportista de élite podría alcanzar algo menos de 6,5 w/kg durante un esfuerzo de 40 minutos de duración. Aunque con ello nos metamos en un terreno seguramente demasiado técnico para la mayoría de aficionados, es interesante manifestar los datos del momento exacto en el que Froome soltó a Nairo Quintana. Según Kerrison, en ese preciso instante –que tuvo una duración total de 24 segundos–, Froome entregó una media de 556 watios (8,23 w/kg) con una punta de 929 watios (13,76 w/kg) alcanzando una velocidad media de 25,3 kms/h y una máxima de 27,7 kms/h en una pendiente del 10%. Estos valores, en perspectiva, no resultan excesivos teniendo en cuenta que un velocista alcanza, en plena disputa de un sprint, unos 1.500 watios durante un espacio de 200 metros.

En diez segundos Froome puede alcanzar una potencia máxima de 652 vatios, así que lo que hizo en Soudet sólo fue el 60 por ciento de su potencial máximo” explica Kerrison. El técnico del Sky también mostró los datos relativos a la cadencia de pedaleo del inglés que se situó en 97 pedaladas por minuto, muy lejos, por lo tanto, de las 115 que algunos habían asegurado que llegó a producir.

Con todos estos datos en la mano, sólo caben dos conclusiones: o bien Froome se enfrenta este año a un grupo muy mediocre de rivales o, como suele ser lo habitual, la explicación más sencilla –aquella que ven nuestros ojos– es la acertada: Froome, aunque humano y terrenal, es, sencillamente, un genio de la bicicleta.

Sir David Brailsford, mánager general del equipo británico, anunció a velonews que “la Vuelta se encuentra en el radar de Chris. No tomaremos una decisión definitiva hasta comprobar en qué momento de forma concluye esta carrera. Sin embargo, se trata de una posibilidad real, definitivamente. La ronda española nos gusta”. Una prueba en la que ha terminado dos veces segundo. El año pasado ante Alberto Contador y en 2011 ante Juanjo Cobo. Dos lugares con anécdota ya que en ambas fotos finales aparece situado en el tercer cajón cuando le correspondía el contrario.

2 comentarios

  1. Buen artículo, gracias por la información. Yo no necesitaba en este caso de esos datos, epro se agradecen. Creo incluso que algún rival al que superó generó más watios.

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