18ª Tour Francia: Bardet aprovecha y Froome más líder

La primera del francés © ASO

Nicolás Van Looy / Ciclo 21

Cuando las fuerzas son las que son y ya no cabe espacio para los postureos que permite la primera semana, lo único que queda es la pura y dura realidad. Cuando el Tour de Francia entra en su tercera semana lo que queda, en realidad, son dos o tres carreras distintas. Por un lado, la de aquellos que van a pegarse por las etapas. Por otro, la de aquellos con intereses por meterse o aguantar entre los diez primeros. Y, por supuesto, aquella protagonizada por los que quedan vivos buscando el amarillo en París. La etapa de hoy, la que ha transcurrido sobre los 186,5 kilómetros que han unido Gap y Saint-Jean-de-Maurienne, ha sido una clase magistral de esas tres competiciones… o casi.

Romain Bardet ha ganado a lo grande. Como hay que hacerlo en la última semana si uno quiere ser recordado. Si desea que cuando dentro de unos años enseñe a sus nietos el vídeo del día de hoy, un escalofrío les recorra la espalda. Porque, admitámoslo, no es lo mismo meterse en una fuga y llevarse el gato al agua que, como ayer Geschke y hoy Bardet, dar una lección de fuerza y capacidad de sufrimiento, pero, sobre todo, de inteligencia sobre la bicicleta.

Ganó Bardet, como decimos, que le ganó la partida a la casi treintena de unidades que conformaron la enorme escapada del día y que, debido a la entidad de alguno de sus integrantes, nunca abrió ese hueco permitido por el pelotón y que hace que se puedan centrar en pegarse entre ellos sin mirar constantemente la pizarra de diferencias de los jueces.

El pelotón, como decimos, no quiso permitir que la escapada adquiriera tiempo porque, entre otras cosas, se estaba disputando esa segunda carrera de la que hablábamos. Se vaciaba Markel Irizar defendiendo –otra situación típica de la última semana del Tour– el top-10 en la general de Bauke Mollema, el holandés que finalmente aguantó cediendo sólo unos segundos respecto de los mejores. Pululaban por ahí también los LottoNL-Jumbo, mientras aguantaron, protegiendo a Robert Gesink (sí, ese tipo de amarillo que siempre va con los mejores, pero que nunca toma la iniciativa) y, por supuesto, los Astana preparando el terreno para el ataque de un herido y, por lo tanto, nunca tan peligroso como ahora, Vincenzo Nibali.

No abrió hueco la escapada mientras los chicos del Sky, del Movistar y, en menor medida, los del Tinkoff se miraban de refilón. Sin fiarse los unos de los otros. Ellos eran los grandes protagonistas. Los de la tercera carrera. La de la lucha por el amarillo. Y los Sky, que tantas veces han jugado de farol, esta vez sí han mostrado debilidad. Por fortuna para ellos, el trabajo realizado por los que peleaban por esos otros objetivos ya comentados, les ha excusado de gran parte del trabajo de control en el pelotón. Eso les ha permitido mantener un grupito numeroso de peones junto a Froome hasta el primer ataque de Contador, valiente y suicida, en las rampas del Glandon. Se fue el de Pinto. Se abrió Quintana para ver quién era el que atacaba al frente. Miró el boyacense a Valverde y todos entendieron en mensaje: “te toca. Esa es la rueda que tienes que seguir”. La táctica del equipo, al descubierto. Pero el murciano no estaba para muchas cosas. Como se comprobaría poco más tarde, cuando perdió contacto con Froome y compañía tras un ataque de Nibali a por el que sí saltó el británico, El Bala no tenía su mejor día. Las piernas no eran las de ayer. Cosa del flato, explicaría tras la etapa.

Por fortuna para él, el cartel con esa palabra francesa mágica, “sommet”, estaba ahí al lado y, asumiendo algún riesgo más de lo que la prudencia indicaría, Valverde enlazó en la bajada anterior al precioso ascenso a los Lacets de Montvernier.

Y ahí, en esa preciosa sucesión de curvas tan parecida en su estética al mitiquísimo Alpe d’Huez que nos espera el sábado, vimos lo que hasta ahora no habíamos atisbado: el depósito de Froome está entrando de forma alarmante en reserva.

Froome y sus rivales llegan a meta © Sky

Primero fue Nairo Quintana el que le atacó con una de esas arrancadas tan raras a las que nos está acostumbrando en este Tour. Una especie de acelerón muy corto con el que siempre consigue abrir hueco para después, a la primera vez que mira hacia atrás, parar casi de inmediato. ¿Falta de fuerzas? ¿Inteligencia al ver que Froome puede acelerar? Sólo el corredor lo sabe, pero no cabe duda de que esa imagen, que ya hemos visto repetida en más de una ocasión en las últimas tres semanas, es muy extraña.

Luego fue Nibali y ahí, por fin, flaqueó el de Nairobi. Saltaron todos a por el Tiburón. Se cortó unos metros un Froome al que ni la rueda de Thomas le servía. Pero, incomprensiblemente, nadie dio un relevo al italiano. Todos se metieron a su rueda. Evidentemente, el campeón de Italia se paró y con eso Froome salvó los muebles. No quedaba, también es cierto –e incomprensible– terreno para abrir demasiado hueco (la cima estaba a apenas 500 metros), pero daba la impresión de que tenían al líder de la carrera contra las cuerdas y que nadie quería darle el golpe de gracia.

Luego, la cosa fue evidente. Nada más coronar, casi desesperado, Froome buscó –sin éxito– geles o comida en el bolsillo trasero de su maillot. Su cara y sus gestos hablaban de que iba seriamente apajarado. Le tuvieron, no cabe duda, contra el paredón, pero nadie dio la orden de disparar a discreción.

Los distintos hoteles de los equipos servirán hoy para el visionado de los vídeos de la etapa por parte de todos los equipos. Muchos sabrán que han dejado pasar una gran oportunidad hoy. Otro, que ha salvado un match ball importante. Y mañana… ¡ay mañana! Un perfil parecido al de hoy, es decir, kilometraje cortísimo y sucesión de subidas (más duras que las de hoy). El Col de Chaussy pondrá a prueba las piernas de los corredores nada más salir. Toda una trampa para aquellos motores diesel que necesiten de su tiempo de calentamiento. Y, por qué no, para aquellos que tengan algo que esconder si sus rivales deciden probarle de salida. Luego, tremenda, la Croix de Fer seguida del Col du Mollard. Esa concatenación de puertos se antojan, si alguien se atreve, como el lugar ideal para derribar a Froome si vuelve a dar señales alarmantes como hoy. Y, a diferencia de hoy, mañana sí acabaremos en alto. Habrán de subir los corredores La Toussuire, una ascensión final de 1ª categoría. Todo un espectáculo.

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Perfil de la 19ª etapa © ASO

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DECLARACIONES

Romain Bardet (ganador etapa): “He respetado el plan que habíamos trazado en la reunión de esta mañana. Sabía que tenía que coger la fuga y eso ha sido quizás lo más difícil. Desde el principio del Tour hemos visto formarse grupos muy nutridos en cabeza, con una treintena de corredores y eso es algo que siempre es difícil controlar. Tenía que coronar el Glandon acompañado por el menor número de corredores posibles. Y eso es lo que ha pasado. Luego, he podido contar con mis habilidades en el descenso para crear el hueco. Lo que he hecho es pensar que el Glandon era la meta de la etapa. Me dolían las piernas pero he pensado en todos mis esfuerzos por estar en forma en este Tour. Sabía que contaba con la confianza del equipo, por eso esta victoria es en parte de mis compañeros. He tenido que resurgir de los problemas que nos han acuciado. No he estado cuando se me esperaba ya que el objetivo era estar entre los cinco primeros de la general y no era fácil darle la vuelta a la tortilla pero hemos tirado para adelante hoy con Bakelants y Riblon. En la etapa de Mende cometí un error táctico. No conocía la llegada y toda la culpa es mía, solo puedo reprochármelo a mí mismo. Esa noche no conseguía asumir que habíamos perdido. Pero tal vez eso haya contribuido a aumentar mi motivación. Hay que perder para poder ganar…y creo que mi resurgir de hoy se debe, en parte, a ese fracaso”.

Froome ante Nibali © Sky

Chris Froome (líder general): “Ha habido varias carreras en la misma carrera. Rodríguez corría delante para en su lucha por ser el Rey de la Montaña. Otros, que son 8º o 9º en la general han puesto a su equipo al frente del pelotón para defender sus puestos. Y a nosotros, todo esto nos viene genial. Que Geraint Thomas sea cuarto en la general es el guión perfecto. Quintana y Valverde han sido más conservadores porque si saben que si juegan al ‘todo o nada’, pueden arriesgar sus puestos en el podio así que nosotros nos centramos únicamente en esos dos corredores. Estoy en forma, mejor que hace dos años. Confío en controlar la situación. Quedan dos etapas muy duras pero espero superarlas sin problemas. Ganar una etapa sería increíble pero llegados a este punto no voy a matar a mis compañeros por conseguir una victoria de etapa. El maillot amarillo sigue siendo la prioridad. Será la primera vez que escale el Alpe d’Huez con un holandés en el equipo, Wout Poels. Su familia y sus amigos estarán ahí, en la Curva de los Holandeses. Será nuestro último reto. Esperamos un gran final. Hemos hecho subidas más difíciles que la del Alpe d’Huez durante este Tour de Francia, pero esa es mítica. Espero que no me ocurra lo que me pasó hace dos años cuando toqué fondo por una pájara. En la etapa de mañana, será la primera vez que pase el col de Chaussy. Sin embargo, conozco muy bien La Toussuire. Es una subida complicada pero se suaviza al final y creo que Movistar intentará atacarme en los últimos 4 o 5 km”.

Nairo Quintana (líder jóvenes): “Alejandro tuvo una pequeña crisis y tuvimos que estar un poco más tranquilos para que se recuperara. Mañana esperamos que sea un día bueno; la montaña que viene es diferente y hoy teníamos que estar un poco más tranquilos, ya que era una etapa donde no se podía hacer diferencia en meta. Para mí es muy importante tener cerca a Alejandro, siempre me ayuda tapando huecos de los rivales. Mañana jugaremos de otra manera”. Audio

1ª (Dennis) / 2ª (Greipel) / 3ª (J. Rodríguez) / 4ª (T. Martin) / 5ª (Greipel) / 6ª (Stybar) / 7ª (Cavendish) / 8ª (Vuillermoz) / 9ª (BMC) / 10ª (Froome) / 11ª (Majka) / 12ª (J. Rodríguez) / 13ª (Van Avermaet) / 14ª (Cummings) / 15ª (Greipel) / 16ª (Plaza) / 17ª (Geschke)

CLASIFICACIÓN 18ª ETAPA

GENERAL TRAS 18ª ETAPA

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