Albert Torres: «Tienen que aparecer esos automatismos»

Albert Torres durante un entrenamiento esta semana © RFEC

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Dentro de nueve días, comenzará la participación española en las pruebas de pista de los Juegos Olímpicos, aunque aún no se ha precisado si será Sebastián Mora u Albert Torres quien afronte ese ómnium del jueves 8 de agosto. Sin embargo, el menorquín nos dice que «en mi caso no estoy trabajando de una forma distinta si voy a correr o no el ómnium. Las dos pruebas son muy similares en la preparación y es cierto que en esta semana y media que llevo con Sebas hemos hecho más trabajo de madison, porque es en donde más tenemos que incidir, en ese trabajo de tomar las distancias para los sprints. El trabajo de esta última semana es el remate a muchos meses de preparación con el objetivo de llegar lo mejor posible».

Una preparación que tiene la suerte de realizar en el Velodrom Illes Balears. «Me siento afortunado de poder tener una instalación así, de madera, que me queda a cinco o seis minutos de casa. Tener un velódromo de madera donde resido hay que aprovecharlo. Pero sobre todo porque durante todo el año pasas mucho tiempo fuera de casa, sin ver a la familia. Y tener ahora a la familia cerca, pudiendo entrenar cerca de la mujer y del niño es una suerte».

Un trabajo que se ha extendido durante muchos meses y que en esta temporada no ha tenido los percances de otros años. «Otros años siempre he tenido algún problema en primavera, de lesiones que te parten la preparación, y que te obligan a plantear otras alternativas. Este año el único contratiempo fue la gripe que cogí en enero. Había preparado muy bien el Europeo, que era el inicio de esta segunda campaña de clasificación, y fue una rabia no poder rendir como esperaba. Pero al final ha sido un año sin ese estrés de lesiones y de recuperaciones, en el que he podido alternar las competiciones con Movistar, con calendario muy comprimido, con otras en el velódromo. Después del Giro tuve una fase de recuperación activa, para correr el Nacional y luego a Gante antes de comenzar esa preparación específica para la pista, para los Juegos».

Hong Kong, un resultado reconfortante, pero sobre todo pulir detalles

De esas competiciones realizadas en el velódromo, hay una que tiene un especial significado, que es la Copa de las Naciones de Hong Kong, donde el dúo español subió al podio después de mucho tiempo. «Un buen resultado, pero para mí un poco inesperado, porque venía de correr París-Niza y no sabía cómo iba a adaptarme. Pero me recuperé muy bien y volver a subir al podio fue reconfortante. Pero más que el resultado, lo importante de estas pruebas es que nos sirve para pulir algunas cosas, esos momentos en los que no estuvimos en el sitio correcto, saber lo que paso y como se puede resolver para otras carreras. Lo mejor es que hicimos los sprints muy cuadrados, y que plantar cara a una Nueva Zelanda que está fortísima, con un Aaron Gate que lleva año y medio o dos tremendo es muy importante, aunque también es cierto que faltaban muchas naciones».

Esa misma lectura se puede hacer de Gante, la última competición en pista realizada antes de esta fase final de su preparación. «Para muchos de los que participamos era la última carrera antes de los Juegos. Venía sin correr desde Hong Kong, y me sirvió para ver cómo estaba sin hacer pista. Donde están los demás, donde estoy yo y para encarar esa recta final».

Plata en Glasgow, en un día pletórico

Sin embargo, también queremos dar un salto a otra prueba que no ha sido este año, sino el pasado, el Mundial de Glasgow precisamente en las mismas fechas que los Juegos Olímpicos, donde Albert Torres recuperó su mejor versión, con la plata en la puntuación. «Aparte de la importancia de que tenía como prueba para clasificar los Juegos, nos venía muy bien por esas fechas coincidentes, de cara a ajustar la mejor preparación, de realizar un trabajo específico que nos sirviera para este año. Pero la puntuación es una prueba que siempre me ha gustado. La generación actual quizá no lo aprecie tanto, pero hace unos años estaba en el programa olímpico y era la carrera estelar, con esas grandes actuaciones de Joan Llaneras. Es una prueba que se adapta a mis características y en la que tenía ganas de hacerlo bien. Y fue un día en que me sentí físicamente y mentalmente a tope, dispuesto para luchar por ganar. Me encontré realmente pletórico en algunas fases y me moví para poner contra las cuerdas a Gate, pero lo cerró siempre muy bien. Por ello solo me quedó felicitarle, y terminar satisfecho porque hacer una medalla nunca es fácil». 

Y además,también le permite hacer comparaciones. «La puntuación es más dinámica, pero es más larga que la del ómnium y esos momentos finales, ese último tercio cuando te escasean las fuerzas es similar.  Cuando la carrera va por la cuerda negra y es difícil hacer movimientos».

No entrar en la dinámica de ir a remolque

En más de una ocasión hemos hablado de las madison de ahora, esas en las que hay que sumar en los sprints desde el principio, para que cuando la carrera se pone patas arriba, haya opciones de ganar vuelta sin preocuparte de las parejas que van contigo, de que tengas más puntos y el ataque no valga para nada. Y siempre que puede ganarse ese ‘bonus’ a las velocidades cercanas a los 60 kilómetros por hora a las que se corre. «Si supiera con certeza cómo va a ser la madison en París. Coger vuelta son 20 puntos, más algún punto de los que puedes coger te da ya una ventaja, pero que no te garantiza poder luchar por el podio. Y además, puede no salirte el intento de ganar vuelta, a esas velocidades tan altas que se rueda. Por ello es tan importante rascar puntos al principio y coger ese colchón sin hacer un desgaste desmesurado. Además, el momento del sprint es uno de los que puede servirte para atacar, dando la continuidad a ese momento. Si no estás metido en esas posiciones, es más complicado poder reaccionar».

En este sentido Torres destaca otro aspecto, «estar metido siempre en carrera. No puedes tener un mínimo despiste, aunque no cojas puntos. Antes nos pasaba más, pero ahora menos, correr demasiado detrás y entrar en una dinámica de ir a remolque. Y ello te supone gastas fuerzas que no te dan ningún beneficio. Y si estás en el sitio correcto, no haces ese desgaste. Una madison es una suma de muchos detalles, de técnica, de administrar fuerzas, de saber esperar. Incluso las últimas vueltas son fundamentales, porque ya no quedan apenas fuerzas, y no puedes ni pensar. Cuanto te llevan al límite, tienen que aparecer esos automatismos que te permitan poder seguir luchando por el objetivo».

Thomas, el gran candidato «pero ya lo era en Tokio»

Sabemos que tanto Torres como Mora no son muy amigos de señalar rivales, aunque en esta ocasión el balear se moja. «Thomas, por correr en casa, tanto en el ómnium como en la madison. Ya en Tokio era el candidato y no le dejaron moverse. Pero además Walls estuvo pletórico ese día y Viviani que no parecía tan sólido, tiene una calidad impresionante y supo jugar sus bazas para meterse en el podio, dejando fuera precisamente a Thomas. ¿Favoritos? Solo hay que mirar a lo que ha pasado en los dos últimos años para tener en cuenta. Aparte de Francia, Nueva Zelanda ha estado a un gran nivel y Hayter ha hecho auténticas exhibiciones. Alemania es más irregular, pero nunca hay que subestimarlos. Y veo muy sólida a Dinamarca, aunque no corra Lasse Norman. Ya conocemos a Morkov y Larsen es un gran corredor. O Bélgica, que tiene una cultura en esta prueba que no tenemos otros países».

En todo caso, Torres señala que «aunque hay un abanico muy amplio, la carrera te puede cambiar todos los planes. Mira a Leitao en Glasgow. Le estaba saliendo una carrera perfecta, pero terminó ganando sólo por un par de puntos. Hay gente que a lo mejor parece que no pinta nada, gana vuelta e iguala la clasificación y se mete en la lucha por el podio. Es muy distinto a una prueba de cronometro donde sabes donde se va a mover cada uno. En el ómnium, según lo que te vaya saliendo o no, tomas unas decisiones. O en la madison, donde tienes que decidir el momento en que vas atacar, si esperas más o menos. No es fácil, no».

Una semana para asimilar «y empezar a ser conscientes de que estamos ya en los Juegos»

De esta forma se entra en la última semana -viajarán a París el próximo martes-, en la que «nos quedan un par de entrenamientos bien hechos, pero sin volverse loco, sin la intensidad de días atrás, que era un trabajo más de carga. Ya no nos va a cambiar nada. Lo primordial es recuperar de los esfuerzos. Ahora asimilar y empezar a ser consciente de que estamos ya en los Juegos. Hemos visto alguna prueba por televisión, pero todavía no tenemos esa sensación, de estar en la competición más importante y que es un orgullo correr por tercera vez».

Esta vez no le preguntamos sobre si estos van a ser los últimos Juegos, porque viéndole actualmente no dudamos de que puede y quiere llegar a Los Ángeles. Pero sí sobre si correrá el Mundial, en octubre, algo sobre lo que no duda. «Si claro, siempre que esté bien físicamente. Después de los Juegos volveré a la carretera. No haré la Vuelta, pero si un calendario alternativo. La clave para el Mundial se llegar mentalmente fresco, que es lo que más cuesta. Hay mucha diferencia entre la gente que está ya saturada de carreras y quien llega con hambre de velódromo».

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