El último suspiro del año que vio el regreso de Alberto Contador nos dio un par de entrevistas que relatan el presente que rodea al ciclista de Pinto y da pistas sobre el futuro, pistas que como veremos toman derroteros nunca ecuchados de su voz pues como bien dice Fernando Llamas, el primero en sacarle en las páginas de Marca, se trata de la primera ocasión en que se oye hablar a este profesional de su vida fuera de la bicicleta.
“El ciclismo exige muchas cosas en la vida y yo le doy mucha importancia a los amigos, a la familia…”
La conversación con Llamas no evidencia, por eso, la complicidad que el ciclista estrecha con otros periodistas. Llamas inquiere al ganador de la Vuelta sobre el mal rollo que pudo generar su historieta de la rodilla herida en el Tour. El ciclista quita hierro, pero la pregunta tiene fundamento pues que algo recorrió el pelotón fue obvio. Por cierto que fue el propio diario Marca quien dio colofón a la “gesta” de Contador con portadas como la entonces referida.
A los pocos días, Carlos Arribas, en El País, y con ese torrente literario que el periodista saca en cada texto, entrevistó al ciclista en un tono mucho más próximo que el periodista del Marca. No obstante los tiempos han cambiado, y el periodista ya no usa aquello tan inocente de “el chico de Pinto” cuando caminaba acosado por el clembuterol que apareció en un control. Llevado el hilo hacia la competición, Arribas le preguntó por la indulgencia que no le regaló a Chris Froome en Ancares.
“Es diferente cuando en un puerto te vas con otro corredor y este te ataca una o dos veces por kilómetro. Es diferente de cuando va a un ritmo permanente, porque cuando te va probando cada pocos metros la situación cambia. Te pone al límite y es inevitable que llegue el momento en que tú decidas probarle a él. Y así fue con Froome”