¿Puede el Camino de Santiago transformarse en un aventura con destino Tailandia?. Para el joven berciano Alberto Pérez, sí… y en bicicleta. A mediados de julio inició su especial Ruta Jacobea, que continuará más allá de Compostela y que le llevará hacia el sur y, bordeando toda la costa de la península ibérica, a cruzar Europa para realizar una escala en Estocolmo y seguir el viaje por el continente asiático hasta llegar a la Tierra de los Thai. Será dentro de dos años y después de más de 52.000 kilómetros y 24 países recorridos.
«Surgió todo a raíz de que me despidieron. Yo era soldador, y me di cuenta que mientras encontraba un nuevo trabajo no quería la rutina de siempre, quería experimentar algo diferente, tengo 32 años y soy joven, pero siento que no he vivido muchas otras cosas», explica Alberto. Así, el desempleo le empujó a hacer el Camino y mientras lo planeaba descubrió que quería llegar mucho más lejos, a vivir la experiencia de cruzar medio mundo sólo él con su bici y se fijó como meta final ese atractivo país del sureste asiático.
Y es que mientras organizaba las etapas de la ruta pensó que podía aprovechar el llegar a Santiago para seguir por la costa y conocer Portugal, »que el año pasado ya había tenido ganas», y después se le ocurrió la idea de poder continuar por la costa andaluza y levante. »Y llegados a ese punto y cuando la ruta que estaba trazando en el ordenador llegó a Barcelona pensé: quiero ir a Tailandia. Tengo un amigo en Estocolmo, por qué no recorrer Europa en dirección a Estocolmo a casa de este amigo mío, descanso y tengo unas merecidas minivacaciones en el viaje y después ya cruzo todo el noreste de Alemania y luego ya sigo hacia Asia y Tailandia», cuenta.
Y así empezó todo. Lo primero, buscar información en internet y se dio cuenta de que eso de viajar en bicicleta «no es tanta locura» como él pensaba. «Hay mucha gente que lo hace, incluso por años, que es cómo lo voy a hacer yo», precisa Alberto, que prevé que su viaje le lleve unos dos años aunque sabe que «se puede alargar un poquito más». La experiencia de estos meses haciendo el Camino de Santiago le ha enseñado que el tiempo es relativo y que los 15 ó 20 días en los que el esperaba haber hecho el recorrido hasta Compostela se han convertido en dos meses «y aún me quedan etapas».
«Lo que no he pensado todavía es cómo volveré», confiesa.
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