Bronce en el kilómetro del Europeo junior de 2016, su última temporada en la categoría, Alejandro Martínez se hizo rápidamente con un hueco en la selección española absoluta, donde hacía falta un arrancador para el equipo de velocidad. 18.174 era su tarjeta de presentación en su debut en Glasgow, para bajar a 17.997 una semana más tarde en Apeldoorn, y marcar un tiempo similar, 18.086, en Cali.
“Fue increíble… pero ahí me quedé”, reconoce con honradez este alicantino, que el próximo 28 cumplirá 21 años y que ahora mismo se encuentra en esa situación del que sabe que puede dar más, pero que no termina de encontrar el camino para ser ese primer relevista que tanto necesitaba, y necesita, el equipo de velocidad.
“Me di de frente con la realidad y me di cuenta de que no iba a ser fácil. Pensé que perdiendo peso iba a mejorar, pero todo fue a peor. Y ahora mismo estoy en una situación complicada, pero sé que puedo salir adelante”, basándose en que su evolución está siendo positiva “ya que estoy mejorando en todo, menos en lo que debía mejorar, en donde debería tener el mayor rendimiento. Comparo la velocidad por equipos como un equipo de fútbol, y yo soy el portero. Si ellos juegan bien, pero yo fallo, fastidias al equipo. Y sé que, si mejoro mi rendimiento, mejora todo el equipo”.
Quizá por ello, los tres –Alejandro y sus compañeros Pepe Moreno y Juan Peralta- han apostado por contar con el mismo preparador, el alemán Bill Huck. “Es una persona súper sencilla, que te da mucha tranquilidad. Juan le conocía de cuando estaba en el centro de Palma y por su experiencia y conocimientos pensamos que podemos ir mejorando”. Una mejora que no ven distante, aunque con matices. “La realidad es que estamos cerca, pero también lejos, porque parece que tres décimas no es nada, pero hay cinco equipos en este margen. Tenemos que ir paso a paso. El sueño de los Juegos Olímpicos es imposible. Soy realista y no me hago ilusiones. Pero hay otra serie de objetivos a más corto plazo y sobre todo lo importante es ir evolucionado de cara al futuro”.
Respecto a estos objetivos, el primero son los Juegos Europeos. “Es una prueba que está en un momento distinto al del resto de la temporada, por lo que no sabemos qué rivales vamos a tener. Para Pepe y Juan es una situación distinta, ya que ellos son élites, pero yo soy todavía sub23 y unas semanas más tarde tengo el Europeo –a mediados de julio, en Gante (Bélgica)- y me vendrá muy bien como preparación”.
Allí su principal objetivo será el kilómetro, la prueba más larga y aparentemente la más distinta a su función en el equipo, donde debe rendir a tope en apenas 18 segundos. “Es una prueba que me gusta mucho, aunque parezca muy diferente de lo que hago normalmente, de la arrancada de la velocidad por equipos. El problema del kilómetro es que no está en Copa del Mundo, por lo que no puedo correrlo durante la temporada, y coger puntos. La temporada pasada me quedé el 28, muy cerca de poder clasificarme para el Mundial”.
Curiosamente, a pesar de haber estado en la seis Copas del Mundo, en Mundiales y Europeos absolutos, su participación se ha ceñido exclusivamente a esa primera vuelta de velocidad. “Ahora mismo sabemos que el objetivo es que Juan se clasifique para Tokio, en velocidad y keirin, y por ello es lógico que tenga más presencia en las pruebas de la Copa del Mundo. Lógicamente me gustaría tener alguna oportunidad de hacer algún 200, y probar en velocidad. Pero está Juan, y Pepe también tiene mejores marcas. Y en keirin, que también me gusta bastante y cada vez me veo mejor, solo hay una plaza. En este sentido, no tengo prisa”.
El alicantino también incide en que “el hecho de que solamente seamos tres y que tengamos además que estar en todas las Copas del Mundo nos genera un cansancio adicional, una presión mental buscando ese objetivo de clasificar para el Mundial y poder conseguir una beca y poder tomarnos esto con una cierta tranquilidad. Sería bueno que fuésemos más, y así poder tener un descanso en algunos momentos de la temporada. Este año hemos ido a todas las Copas y el año que viene aún será peor porque tenemos desplazamientos más largos”.
Además, no se ve ningún relevo entre los más jóvenes, con la única excepción del junior Ekain Jiménez. “Jimmy –como le conocen- tiene mucha ilusión, pero aún está lejos. Hay que dejarle que evolucione, que siga creciendo y ojalá pueda estar con nosotros”
Hablando con Alejandro se nota que es optimista. “Soy joven y no me quiero meter presión, pero lo cierto es que lo he pasado muy mal. Quizá sea un problema mental, que sea mi cabeza la que no se lo cree. Pero me considero mentalmente fuerte y pienso que en cuanto lleguen los primeros resultados, que vea ese progreso, ya será todo menos complicado”.