Tras haber hablado en días anteriores con pistards como Albert Torres, Sebastián Mora o Alfonso Cabello, que nos contaban como llevan estos días de #MeQuedoEncasa y cómo ven el todavía incierto futuro de cara a Tokio, hoy nos encontramos con otro especialista en una situación muy distinta, el velocista Alejandro Martínez, que se encuentra en Cottbus y aunque no está clasificado para los Juegos Olímpicos, ha hecho una apuesta muy fuerte, como nos contaba hace unos meses para irse a entrenar en Alemania, donde reconoce que “me siento un privilegiado”.
¿Por qué tomaste la decisión de quedarte en Cottbus?
En realidad, la decisión no fue así, sino al revés, si me iba o no. Tras el Mundial me tomé unas vacaciones, y luego estuve entrenando en casa una semana. Mi idea era preparar el Nacional y para ello quería estar cerca de Bill (Huck, su entrenador). Y por ello me volví a Alemania. Entonces no pensaba que todo esto iba a ser tan grave.
¿Satisfecho de la decisión?
Totalmente. Ha sido un acierto, ya que todo está cerrado y la gente se lo toma con mucha responsabilidad, pero podemos salir a la carretera a entrenar, y seguir con la preparación. Eso sí, ahora lo hacemos de dos en dos y yo voy con Eric Engler. Se ve que quien sale es porque tiene que hacerlo, apenas te cruzas con otros ciclistas y son gente como Max Levy o Roger Kluge, con los que coincidimos hace pocos días. Es cierto que los velódromos están cerrados, pero han habilitado un gimnasio en una cochera. En este caso, voy solo ya que Engler puede ir al del centro de alto rendimiento.
Cuéntanos un poco como es tu día a día…
La verdad es que madrugo muchísimo, me levanto de seis y media a siete y media. Hago algo de core, para fortalecer el tren superior antes de salir en bici, sobre las diez. Lo normal son tres horitas. Si voy a llegar tarde, dejo la pasta preparada, si tengo tiempo, intento cocinar, ya que es algo a lo que ahora me estoy aficionando. Las tardes las dejo para ver alguna película en Netflix, para estar más distraído, charlando o hablando con la familia, con los amigos. Los fines de semana son distintos, echo de menos poder salir con los amigos o ir al cine, algo más parecido a lo que hacía en casa. De todas formas, tanto Eric como Bill están procurando hacérmelo más fácil, y suelo ir de vez en cuando a sus casas a desayunar, o a tomar un café. En resumen, te puedo decir que me siento un privilegiado, pudiendo entrenar y dándome las mayores facilidades, aunque la situación sea un poco extraña, a diferencia de lo que me pasaría si ahora estuviese en España.
¿Qué tal llevas la adaptación?
De alemán sigo sin saber casi nada, salvo unas palabras, pero con el inglés es como me comunico, sin ningún problema. Y si salgo a entrenar, como voy con Engler, menos aún. En cuanto al frío y al mal tiempo, es algo a lo que nunca te acostumbras, como me dice Bill, y más cuando vienes de un sitio como Alicante, que siempre tenemos sol. Ver un día gris o lloviendo te desanima, pero por lo menos te puedes preparar. Los primeros días, me congelaba, no podía seguir después de una hora y media; ahora ya completo el trabajo, sobre todo en esta fase de preparación en la que me toca hacer trabajo de base y bastante fondo.
Precisamente en estos días deberíamos estar en Tafalla, en los Campeonatos de España. ¿Te ha trastocado mucho la suspensión?
Recorté mi tiempo de vacaciones, con el fin de perder lo menos posible la forma del Mundial, y prepararlo lo mejor posible, pero con el objetivo único de intentar ganar títulos, no en fijarme en los tiempos, ya que no es un velódromo en el que se puedan considerar una referencia. Mi verdadero objetivo, como ya sabéis, es el Europeo sub23 de Anadia. Este es mi último año como sub23 y tengo que darlo todo. De momento han dicho que mantienen las fechas de julio y mi trabajo está orientado a ello, aunque si se retrasa procuraría adaptarme. Lo tengo entre ceja y ceja, sobre todo después de que el año pasado no me salieran las cosas.
¿Qué contacto mantienes con tus compañeros de selección?
Hablamos de vez en cuando y más al tener el mismo entrenador. Para ellos es una situación diferente porque no tienen ahora mismo una perspectiva. No sabemos cómo va a quedar la temporada y así es difícil mentalizarte. Por ejemplo, el Campeonato de España lo iban a afrontar con más tranquilidad, tras un periodo de descanso más largo. Lo que sí es cierto es que el Europeo absoluto, que iba a ser bastante más tranquilo, si se puede decir así, al ser después de los Juegos, ahora va a ser una guerra, al ser la única gran competición que hay antes de Tokio. En todo caso, espero que se vean los resultados de lo bien que están trabajando. Por ejemplo, Juan (Peralta) hizo 9.6 en el Mundial, su mejor marca a nivel del mar y muy cerca de la que hizo en Aguascalientes, en altitud, pero hay muchísimo nivel en esta temporada.
Volviendo al Campeonato de España, ¿qué fechas crees que serían las más convenientes ahora?
Ahora mismo es bastante complicado hacerse planes, pero pienso que la mejor fecha más acertada sería en septiembre, como otros años, antes del Europeo elite, ya que sería un test de cómo nos encontramos todos, sobre todo en un año en el que vamos a tener pocas referencias.
Y en la situación actual, ¿cuándo te planteas regresar?
Mi idea era volver a casa tras el Nacional, estar allí una semana con la familia y regresar. Iba a hacer Cottbus, que se ha suspendido al ser en mayo, por lo que espero que Moscú, a principios de junio, pueda ser la primera competición. Ahora me he mentalizado que no voy a volver antes del Europeo, salvo que Raúl (Mena, el seleccionador) realice alguna concentración y me convoque, algo que lógicamente me gustaría. Y así aprovecharía para ver a la familia. Pero me he marcado una línea, estoy haciendo un sacrificio muy grande y no quiero salirme del camino, y más cuando todo está yendo bastante bien.